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Una pesadilla sin fin

En Cúcuta y Norte de Santander, escenarios de la guerra que vivimos, el problema del desplazamiento también se agrava.

El desplazamiento forzado en Colombia se ha vuelto una pesadilla sin final. 

A pesar de los esfuerzos y acciones del Gobierno, de las ONGs, de los organismos internacionales y de las autoridades locales, lejos de resolverse o reducirse, este problema se complica y agiganta con el paso de los días.

El último informe de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) puso a Colombia como el primer país del mundo con más desplazados (6,3 millones), por encima de Siria e Irak.

Es una situación calamitosa que amerita la máxima atención.   

En Cúcuta y Norte de Santander, escenarios de la guerra que vivimos, el problema del desplazamiento también se agrava con ribetes de dramatismo y tragedia.

Por ser un territorio con una riqueza importante en recursos naturales, la región se convierte en zona de disputa constante por parte de actores armados legales e ilegales y el abandono y despojo de los territorios de los campesinos e indígenas. 

Es preocupante que no dispongamos de cifras reales y actualizadas sobre la magnitud de la situación en nuestra zona de frontera. 

Un informe de este diario publicado ayer señaló que la regional de la Defensoría del Pueblo había recibido hasta junio de este año 320 declaraciones de familias desplazadas.

Durante el 2014, según otras fuentes, se evidenció un marcado movimiento y de acciones por parte de grupos armados como el Eln y el Epl, que se han dedicado al reclutamiento forzado, siembra de coca, afectación al oleoducto Caño Limón – Coveñas y el hostigamiento a bases y puestos militares y de la Policía en la región del Catatumbo, a lo que hay que agregar las acciones del reducto del Epl que comandaba ‘Megateo’.

El desplazamiento, pues, sigue siendo una constante en Norte de Santander. 

Las principales causas son las amenazas e intimidaciones, los enfrentamientos y hostigamientos, las infracciones al Principio de Distinción del DIH, el reclutamiento forzado y el uso de niños, niñas, y adolescentes por parte de grupos paramilitares o bandas criminales.

Por otra parte, entre 2012 y 2014 se incrementaron los desplazamientos masivos en un 50 por ciento. 

La región del Catatumbo es la más afectada, en particular el municipio de El Tarra. 

Hay que tener en cuenta que la guerra y los enfrentamientos entre bandas criminales como ‘Los Úsuga’ o los antiguos ‘Rastrojos’, ‘Urabeños’ y ‘Gaitanistas’ están y originan los desplazamientos en los centros urbanos como Cúcuta, Ocaña, El Zulia, Villa del Rosario y Los Patios. 

Hay otro problema que nos afecta en materia grave y es el de las limitaciones al acceso humanitario. 

Se estima que en Colombia cerca de 100.000 personas presentan limitaciones al acceso humanitario y con comunidades confinadas, y la mitad de ellas se encuentran en Norte de Santander.

Es urgente que nuestras autoridades y líderes asuman como asunto prioritario la atención y búsqueda de soluciones al grave problema del desplazamiento.

Domingo, 3 de Julio de 2016
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