Leyendo recientemente una información sobre la reacción ciudadana en varios municipios nortesantandereanos que están en una disputa por la sede de la tan mencionada Universidad del Catatumbo, hay que decir que es afortunado que este tipo de hechos ocurran.
Es una manifestación por contar en su territorio con las instalaciones de una institución del conocimiento que permitirá la formación de profesionales en distintas ramas en una región de la importancia como la catatumbera.
Se trata de un mensaje afortunado de los niños, jóvenes y de la comunidad de Convención que salieron a marchar con consignas en favor de tener en esa municipalidad al centro de estudios superiores del que se ha venido hablando desde 2019 cuando fue socializado el proyecto.
Esta reacción, que tiene un gran componente de empoderamiento de los convencionistas en favor de la promoción de la educación universitaria, es producto de que ahora aparecieron las candidatura de El Tarra y Tibú para ser el municipio en que se levante dicha infraestructura educativa.
Los tarrenses dicen que merecen que esté allí porque es el ‘corazón del Catatumbo’ mientras los tibuyanos afirman que allí se gradúan 400 alumnos anualmente y que sería más fácil que los jóvenes de El Tarra o Teorama, llegaran a cursar sus estudios superiores.
Sin embargo, los habitantes de Convención no entienden por qué se quieren desandar los pasos dados, al recordarse que fue la Gobernación de Norte de Santander la que se comprometió con la donación de los predios en el Instituto Técnico Agrícola, mientras que la Alcaldía arregló la arteria vial que conduce hasta allí.
Independientemente de que se logre solucionar todo mediante el diálogo para la búsqueda de fórmulas consensuadas, debemos extraer de este tipo de hechos, el mensaje filosófico de que la educación es el valor fundamental para el desarrollo local y que por tal motivo valen la pena todas las expresiones populares, porque indican que hay un fervor hacia esta clase de programas, en los que antes zonas como estas no tenían posibilidad alguna.
Los jóvenes del Catatumbo no tienen por qué estar buscando oportunidades de estudio lejos de su región, por ejemplo en Cúcuta o Bucaramanga, o tal vez aplazar esa alternativa de la educación superior porque a veces también la situación económica no les permite dicho acceso.
Necesariamente hay que subsanar el lío desatado por la manzana de la discordia que surgió luego del que el subsecretario de Articulación con Educación Posmedia, Jesús Alberto Escalante Ascencio dijera que el avance de proyecto universitario se encuentra suspendido, debido a una solicitud de cambio de sede expresada en las peticiones de las mesas de diálogo en el marco del paro nacional del año pasado.
El presidente del Concejo Convención, Javier García Pineda, dijo que en 2019 se efectuaron los estudios y diseños donde se determinó que el lugar equidistante para facilitar el proceso de formación era el municipio panelero nortesantandereana.
En esa tarea de aplicación de las encuestas y de elaboración del diseño y estudios intervinieron las universidades de Pamplona, Cúcuta y Ocaña, los cuales tuvieron un costo de 163 millones de pesos.
La materialización de la Universidad del Catatumbo sigue siendo en este momento una de las iniciativas bandera de la administración departamental. “Lo que resta es ponernos de acuerdo como región para que este sea el proyecto bandera de la reivindicación social y económica de estos municipios que tanto han sufrido los rigores de la guerra. Hay un compromiso con el Catatumbo y es el de ofrecer la construcción de la ciudadela universitaria”, según el gobernador Silvano Serrano.
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