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Editorial
Variante delta
El autocuidado, la protección y la vacunación, tenemos que priorizarlos dentro de nuestras actividades diarias con el fin de que esa acción individual conduzca a proteger a la sociedad en general.
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Martes, 27 de Julio de 2021

Colombia -que hoy está situado como el noveno país con más muertes en el mundo por coronavirus- enfrenta al reto de la variante delta que llegó justamente cuando empezaba a notarse una disminución de la oleada de contagios y fallecimientos que ya muestra una luctuosa estadística de 119.182 personas que sucumbieron a la enfermedad.

Por ese hecho confirmado el pasado sábado, entramos al club de los 105 países en que la nueva cepa ataca y que según la Organización Mundial de la Salud  pronto será la dominante a nivel global.

Luego los colombianos deben escuchar y acatar lo dicho por los expertos, como es mantener y acatar las medidas de bioseguridad e igualmente vacunarse, porque indudablemente ahí reposa la más efectiva protección.

El riesgo con la delta es que es más transmisible, porque mientras la variante original puede  contagiar entre dos y tres personas, la nueva puede llegar a entre cinco y ocho, asunto que preocupa a las autoridades especializadas.

Aquí resulta de alta valía lo expuesto por Maria Van Kerkhove,  epidemióloga jefa de la OMS, quien ha advertido que nuevas cepas seguirán surgiendo e impactarán en todos los aspectos de la respuesta a la pandemia, porque las medidas sociales y de salud pública siguen siendo inconsistentes en todo el mundo.

“Tenemos nuestros sistemas significativamente bajo presión; nuestros sistemas de salud, nuestros trabajadores de la salud, nuestros suministros globales, nuestros sistemas de vigilancia, nuestros sistemas de rastreo de contactos… Y nuestras comunidades siguen estando poco comprometidas y empoderadas para poder llevar a cabo medidas sociales y de salud pública comprobadas”, es otra de las desalentadoras afirmaciones de la científica.

Para no caer en escenarios catastróficos, en este momento por ejemplo, los habitantes de Norte de Santander deben es comprometer a vacunarse contra la COVID-19, que hace parte de uno de los componentes fundamentales para proteger la salud y la vida frente al ataque pandémico.

En ese sentido, en nuestro departamento el Ministerio de Salud les han entregado a los municipios 835.176 dosis, de las cuales han sido aplicadas 703.566, lo cual indica un nivel de cumplimiento del 80,63%  hasta el pasado 23 de julio.

Y la idea es que no se baje el ritmo  y que las personas acudan a los puestos de vacunación donde ahora ya hay atención para quienes tengan entre 30 y 34 años de edad y la unificación del Plan de Nacional de Vacunación en los municipios de menos de 100.000 habitantes.

El autocuidado, la protección y la vacunación, tenemos que priorizarlos dentro de nuestras actividades diarias con el fin de que esa acción individual conduzca a proteger a la sociedad en general y más aquí en esta zona fronteriza colombo-venezolana, porque en los dos países ya circula la variante delta.

Por lo tanto, no hay razón para desatender los llamados a aplicarse las dosis de las vacunas y mucho menos debe de haber relajamiento en el uso del tapabocas y el lavado contante de manos, pero también deben evitarse las aglomeraciones y el incumplimiento de normas tan sencillas como las de mantener el distanciamiento social.

Un elemento esencial adicional es que quienes todavía tienen cierta aversión hacia las vacunas y se llenan de información sin contrastar ni contexto por redes sociales o se dejan llevar por quienes juegan con teorías conspirativas o antivacunas, deben acudir a su médico de confianza o a la EPS para que les expliquen y orienten, puesto que después los desenlaces pueden llegar a ser fatales.

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