Contados con los dedos eran los proyectos de vivienda rural que se construyeron tanto en Colombia como en Norte de Santander, asunto generador de desigualdad que ojalá llegue a su fin con la estrategia que empezó a definir el Gobierno Nacional.
En esa perspectiva, el Ministerio de Vivienda que traza y maneja las políticas públicas relacionadas con esa materia, ahora estará a cargo de los planes habitacionales tanto de construcción como de mejoramiento, para los campesinos colombianos.
Con dicho propósito allí se abrió la Dirección de Vivienda Rural, para que ejecute dichas acciones dentro de los conceptos de inclusión y participación, presencia permanente desde los territorios y el diálogo social.
Para evitar los errores del pasado, uno de los cuellos de botella que es fundamental romper, se relaciona con el modelo operativo que conllevó a ‘frenar’ lo que se intentó hacer cuando el desarrollo de este programa estaba en el Ministerio de Agricultura.
Sucede que en el antiguo sistema, se registraban dificultades para la ejecución de las obras y la entrega de las mismas, conllevando aumentos en los costos y desfases en los cronogramas.
Por eso resulta de vital importancia -como ya lo ha venido exponiendo el propio Gobierno- que el nuevo modelo que se estructure esté alejado de tantos intermediarios y con un alto grado de eficiencia para reducir los tiempos de entrega a un año cuando se trate de soluciones habitacionales nuevas y a menos de seis meses si tiene que ver con plan de mejoramiento.
Otro punto al que ahora el Ministerio de Vivienda decidió ponerle mucha atención es el referente a la regionalización de los proyectos, para que las empresas locales sean las que se encarguen de desarrollarlos y de surtir las materiales e insumos requeridos para los mismos, generando un impacto positivo en materia de empleo y de generación de recursos a la economía de las regiones.
En Norte de Santander ya se empezaron a dar los primeros pasos con el fin de estructurar un plan de vivienda rural para los municipios que se encuentran dentro del Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), en la región del Catatumbo.
Las administraciones municipales de Tibú, Teorama, San Calixto, Convención, El Tarra, Hacarí, Sardinata y El Carmen, que hacen parte de esta región afectada por el conflicto armado, dentro del enfoque territorial de la nueva política, comenzaron un trabajo articulado con el Ministerio de Vivienda.
El planteamiento que ha empezado a debatirse para la financiación de este plan en concreto, es que se haga una especie de bolsa con dineros provenientes de los OCAD-Paz, de las regalías departamentales y una porción restante del Gobierno Nacional, con el fin de permitirles acceder a una vivienda digna a centenares de familias de esa importante región del departamento.
Ojalá se logre lo más pronto posible, en medio de esta pandemia del coronavirus, lograr la consolidación de un aspecto fundamental para el mejoramiento de las condiciones de vida de los campesinos, que en esta época de crisis sanitaria, los demás colombianos pudieron entender que son pieza fundamental en el engranaje social, puesto que con su labranza son quienes garantizan la seguridad alimentaria de millones de personas.
