Hoy todos los nortesantandereanos tienen la oportunidad de hacer valer su derecho al voto y a elegir, sin ningún tipo de constreñimiento, al candidato que mejor lo represente o considere que es el más idóneo para gobernar en los próximos cuatro años, tanto por su capacidad de liderazgo como por su capacidad de gestionar los cambios que la capital y el departamento necesitan, sobre todo, en un momento en que la percepción de seguridad no es la mejor y los funcionarios públicos son protagonistas de grandes escándalos de corrupción.
Si los ciudadanos quieren que el rumbo de sus municipios y del departamento cambie, y poner fin, de una vez por todas, al continuismo, al clientelismo y a la aceitada maquinaria política de los partidos tradicionales, tienen que salir a votar con la firme convicción de que en sus manos está el poder para castigar a quienes se mantienen en el poder para beneficio propio, en detrimento de sus gobernados, y de respaldar a aquellos que tienen un gran sentido de pertenencia por sus municipios y están dispuestos a darlo todo por su gente.
Así que hoy tiene el compromiso no solo de decidir por su presente sino por el futuro de miles de niños y jóvenes que anhelan una mejor ciudad en materia de salud, educación, recreación y deporte, transporte, agua y saneamiento básico, seguridad, o sea, una mejor calidad de vida que perdure más allá de los cuatro años que dura el mandato de un alcalde o un gobernador. Hoy, más que nunca, cobra fuerza aquel dicho de que la ciudad es el reflejo de nuestras decisiones y, solo por eso, debemos hacer una seria reflexión antes de votar.
Si ninguno de los candidatos llena las expectativas, no hay que olvidar el voto en blanco como una expresión política de disentimiento, que no se está de acuerdo con ninguna de las alternativas propuestas. De ganar el voto en blanco, la votación deberá repetirse por una sola vez para elegir miembros de una corporación pública, gobernador, alcalde o la primera vuelta en las elecciones presidenciales, cuando el total de los votos válidos, los votos en blanco constituyan la mayoría.
El proceso electoral que hoy termina, con la elección de 40 alcaldes, 40 concejos, un gobernador y 13 diputados, será recordado por tener doce candidatos aspirando a una alcaldía, en el caso de Cúcuta; de ellos, la mayoría llega por coaliciones entre partidos, algunos como independientes impulsados por firmas y otros por la apuesta de los partidos tradicionales. A esto se suma los episodios de violencia, como el asesinato de un candidato a la alcaldía de Tibú, hechos que tienen a Cúcuta y Norte de Santander en riesgo extremo para la celebración de los comicios.
Ante este panorama, 11.789 uniformados, tanto del Ejército como de la Policía, garantizarán la seguridad electoral. Tibú y El Tarra fueron priorizados, de acuerdo con los comités de seguimiento electoral que se han cumplido. La Policía de Norte de Santander desplegó 2.379 hombres para labores de vigilancia tanto en zonas urbanas como en veredas, y la Policía Metropolitana habilitó a 1.500 uniformados que serán distribuidos tanto en Cúcuta como en los municipios de Los Patios, Villa del Rosario, El Zulia, San Cayetano y Puerto Santander.
Este esquema permitirá que las elecciones se desarrollen libremente y dé confianza a aquellos que votan por primera vez.
