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Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda hace una reflexión sobre la geopolítica

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Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda hace una reflexión sobre la geopolítica
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Mauricio Cárdenas
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Sábado, 10 de Diciembre de 2022

Hay una curiosa coincidencia que no puede pasar desapercibida. Mientras las potencias globales están inmersas en sus propios problemas y rivalidades, América Latina ha ganado independencia y autonomía para tomar sus propias decisiones, por lo menos frente a Washington y los organismos multilaterales.

Lo interesante es que esto ocurre justo cuando la región está gobernada por una coalición de líderes de izquierda que comparten un proyecto político común. La lucha contra la desigualdad es su principal objetivo y la reivindicación del Estado como actor protagónico, su estrategia.

Se trata de un grupo de líderes que se apoyan mutuamente –basta ver sus cuentas de Twitter y los mensajes que se cruzan–. Esta semana, por ejemplo, dejaron en claro su apoyo a Pedro Castillo en Perú, a quien le reclamaron no haberse defendido utilizando el poder de la calle. Es decir, sabemos a qué atenernos la próxima vez que los gobernantes tengan que enfrentar una fuerte oposición.

Puesto en otros términos, en la nueva realidad latinoamericana son más influyentes las ideas de Mariana Mazzucato, la economista preferida de los gobiernos, que los documentos del Fondo Monetario o del Banco Mundial. La razón es que está más sintonizada con lo que la gente quiere oír: salidas fáciles a problemas complejos, o por lo menos propuestas que no tienen que entrar en los engorrosos detalles que requieren las políticas públicas.


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Mientras las tensiones entre China y Estados Unidos o la crisis energética dominan la conversación mundial, América Latina se alista para dar un viraje fuerte. Esto es posible porque, hoy por hoy, la región es vista como parte de la solución a los problemas globales, más que el problema por resolver. Tiene los alimentos y la energía que el mundo necesita. Cuenta con los bosques y selvas indispensables para contener la crisis climática. Es, además, un socio seguro y confiable que no va a iniciar guerras como arma de negociación.

Estados Unidos sabe bien que una confrontación con el nuevo liderazgo latinoamericano no le genera ningún beneficio. Por el contrario, tendría grandes costos pues impulsaría la región a un mayor alineamiento con China, que es lo último que desea.

En el caso de Colombia, el contraste entre el antes y el ahora no podría ser mayor. Hace poco tiempo, conversaciones sobre la necesidad de acabar la guerra contra las drogas, replantear la extradición, legalizar el cannabis recreacional o restablecer las relaciones con Venezuela habrían sido recibidas con un baldado de agua fría por la Casa Blanca.


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El gigantesco aumento de los impuestos de las empresas mineras y petroleras, muchas de ellas norteamericanas, tampoco parece haber hecho fruncir el ceño de los funcionarios norteamericanos.

El que todos estos temas se puedan discutir sin imposiciones externas es muy positivo. Pero también hay que ser conscientes de que la mayor autonomía nos obliga a fortalecer nuestra propia democracia, especialmente si el Congreso no tiene la capacidad de ejercer los contrapesos necesarios.

Además, hay que tener en cuenta que se avecinan tiempos difíciles en materia económica. En estas condiciones, y con mayor autonomía que en el pasado, la nueva generación de líderes latinoamericanos va a duplicar sus apuestas. No vendrán tiempos de moderación, o virajes hacia el centro.

Todo lo contrario, hay mayores grados de libertad que serán aprovechados para proponer reformas cada vez más audaces. Y la audacia en estos campos no solo representa riesgos, sino que, peor aún, puede ser fuente de errores cuando las ideologías y los dogmas toman el control. Esto quiere decir que aumentarán las tensiones y la polarización, que es justamente cuando las democracias sufren retrocesos.

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Hernán Ceballos Gacharná, gerente de iNNpulsa Colombia, recomendó apalancarse en la academia para fortalecer habilidades.
Magaly Rubio
Magaly Rubio

Buscar aliados que ayuden a impulsar el desarrollo de la economía popular, apoyando los procesos de alfabetización digital y crecimiento del emprendimiento social dentro de la economía digital es uno de los objetivos de iNNpulsa para las regiones y así lo dejó claro su gerente en su visita a Norte de Santander.

Hernán Ceballos Gacharná, gerente de iNNpulsa Colombia, habló con La Opinión de lo que le hace falta al sector empresarial para fortalecerse. 

¿Cómo ve el sistema emprendedor en Norte de Santander?

Aquí la gente tiene mucho entusiasmo porque tienen unas buenas universidades, pero el tema también hay que trabajarlo desde el punto de vista de dinamizar el tejido empresarial, que es lo que estamos planteando desde iNNpulsa con el sector de la moda que, tradicionalmente, ha sido muy importante. Vamos a mejorarla, meterle diseño, incorporar tecnología. Además, vamos a montar unos centros de desarrollo productivos, en alianza con la academia, para capacitar a las personas y, de esta manera, mejorar los procesos y ser más productivos.


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¿Qué están buscando los empresarios y emprendedores?

Después de la crisis por la frontera, las personas están buscando alternativas productivas. Y es una ventana que se abre desde la política del gobierno en temas industriales en defensa de la producción nacional, potenciar las capacidades y darle a la gente el ánimo para que sea emprendedor, para que cree empresa, para que fortalezca las que ya tienen y apoyar todo el ecosistema emprendedor y el tejido empresarial de la región.

¿Cómo ve la articulación academia-empresa? 

Hay que fortalecerla. Tenemos buenas instituciones, pero tenemos que enfocarlas para que vayan acorde con las necesidades del mercado.

¿Qué viene desde iNNpulsa para Norte de Santander?

Apoyo a los centros de desarrollo productivo, a los programas en temas de emprendimiento y el facilitamiento del comercio. Estamos trabajando con el ministro  de Comercio para facilitar un poco el comercio y dinamizar el comercio con Venezuela.


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¿Cómo analizan el panorama con Venezuela?

Lo vemos bien. Lo que pasa es que no va a ser un proceso rápido, será un proceso que va a tomar tiempo. Hay que esperar a que se reactive la demanda y a que se reactive la producción acá. Vamos a trabajar con Venezuela, pero también buscando que Norte de Santander sea una plataforma de exportaciones, tanto para nivel internacional como para el resto del país.

¿Qué le hace falta al sector productivo?

Fortalecer más la relación la universidad-empresa y enfocarnos a fortificar y reactivar la región. Se toma su tiempito, pero hay que hacerlo si queremos ser innovadores y más productivos.  

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