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Los 7 pasos para tomar buenas decisiones empresariales
Un estudio de la firma de consultoría McKinsey reveló que los gerentes pueden gastar hasta el 30% de su tiempo tomando decisiones.
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Los 7 pasos para tomar buenas decisiones empresariales

Un estudio de la firma de consultoría McKinsey reveló que los gerentes pueden gastar hasta el 30% de su tiempo tomando decisiones.

Casi que a diario, sin importar si es una pequeña o gran compañía, los empresarios se ven obligados a tomar decisiones importantes que marcan el futuro de sus organizaciones.  Eso ha sucedido especialmente en épocas de crisis y recuperación económica, como las que hemos atravesado durante los últimos dos años.

De acuerdo con Albana Llaneza, Directora General de SAP Concur, “las decisiones empresariales no deben tomarse de manera impulsiva. Son un proceso que se desarrolla a través de los años y que mantiene una estructura cíclica, la cual se retroalimenta a partir de las acciones que se ejecutan”.

En este orden de ideas, para tomar decisiones oportunas es preciso conocer cada proceso tanto positivo como negativo de una empresa.

Además, en estas situaciones resulta imprescindible no solo tener a un buen equipo de trabajo que analice y proponga soluciones que resulten efectivas. También se requiere de muchas microcompetencias que los directivos deben aprender a desarrollar como la observación, saber escuchar, preguntar, identificar criterios, ser creativos, entre otras.


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1. Identificar el problema

Un problema surge cuando se percibe una alteración del estado actual de una situación y el estado que se desea de ella. Esta situación pone en alerta al responsable del área comprometida y lo obliga a conocer la problemática, su naturaleza y, mediante un análisis, actúa para resolverlo o para llevarlo al estado que se quiere alcanzar.

Para que esto se desarrolle de la mejor manera, el responsable deberá contar con la información y con los recursos para identificar el problema y luego encontrar la mejor solución posible.

2. Identificar los criterios 

Es importante señalar la pauta o los métodos que serán esenciales para resolver el problema en cuestión. Aquí lo fundamental es saber detectar cuáles son los más favorables para la toma de la decisión.

Si el problema de la compañía es, por ejemplo, el aumento de fraudes en los reportes de gastos, quizás las posibles soluciones sean educar a los colaboradores con la política de gastos, pedir la entrega de justificantes de pago para todas las notas de gastos, diseñar nuevas políticas de reembolso, entre otras. Para tener un mejor panorama de la situación es importante discernir de entre todos los criterios aquellos que pueden ser de ayuda y los que se deben omitir. 


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3. Evaluar la prioridad de los criterios

Una vez que haya seleccionado los criterios para gestionar el proceso, elija cuáles de ellos serán los más eficientes para la toma de la decisión final.

4. Analizar las alternativas

En esta etapa se presentan todas las alternativas que podrán resolver la problemática. Esto facilita el estudio minucioso de cada una de ellas. Se recomienda identificar las fortalezas y debilidades de la empresa con el fin de escoger la mejor opción para resolver el problema con éxito.

5. Seleccionar la alternativa ideal

Una vez presentadas, establecidas y evaluadas todas las alternativas posibles ha llegado el momento crucial en la toma de decisiones. La persona al mando de la situación escogerá la alternativa más adecuada para resolver el problema y garantizar el buen funcionamiento de la empresa.

En este paso, se deben considerar factores como los financieros, corporativos, legales y éticos; todo de acuerdo con los parámetros y las necesidades de la compañía.


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6. Implementar la decisión

Esta etapa es una de las más importantes. Como se mencionó anteriormente, este proceso se sostiene sobre una estructura cíclica, lo que significa que cuando todas las partes afectadas participan, las soluciones a futuro son inmediatas y eficaces.

Albana Llaneza, Directora general de SAP Concur, aconseja que las personas afectadas participen en todo el proceso, desde la planificación hasta la dirección efectiva. “Sin duda, la decisión final se les debe comunicar. De esta manera se comprometerán con la alternativa que permitirá solucionar el problema”.

7. Evaluar la efectividad de la decisión

Una vez implementada la solución, es necesario evaluarla para saber si el problema fue resuelto. Para ello, es importante contar con un estudio que documente y analice todo el proceso. Si hubiese un error, este se podrá detectar dentro de las etapas y la nueva decisión para afrontarla será más fácil de encontrar.

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Miércoles, 13 de Julio de 2022

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A partir de 2019, el consuno se disparó en Cúcuta, sobre todo, en el grupo de gasto de alimentos.
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De acuerdo con cifras de Migración Colombia, más de 1,7 millones de ciudadanos venezolanos se encontraban en Colombia en enero de 2021. Esta población ha ingresado al país principalmente en los últimos 5 años y se concentra la mayoría en edad productiva, realizando el proceso migratorio en especial en la búsqueda de empleo y para acompañar otros miembros del hogar. 

Según Cálculos del Observatorio del Proyecto Migración Venezuela 2019, con base en encuesta a migrantes venezolanos en Colombia, nueve de cada diez de las personas encuestadas reportó que la escasez de alimentos fue una de las principales razones por las que salieron de Venezuela. La segunda razón de importancia fue la necesidad de buscar mayores recursos económicos para sostener a la familia, algunas necesidades médicas, y la falta de educación para sus hijos.

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El 11% de los migrantes que llegan a Colombia, se ubican en el departamento de Norte de Santander. Cúcuta es el municipio que concentra al mayor número de población migrante que ingresa al departamento de Norte de Santander: el 58,6% del total.

Venezolanos

Por Villa del Rosario entran a diario alrededor de 35.000 personas, de las cuales un 89% corresponde a población pendular, es decir, que ingresa y regresa a Venezuela bien en el mismo día o máximo en los dos o tres días siguientes para abastecerse de alimentos, medicinas y/o visitar a familiares. 

Si bien el destino más deseado es Bogotá, muchos de ellos se quedan en Cúcuta o Villa del Rosario para estar más cerca de los familiares que dejaron atrás o, simplemente, porque no tienen información ni medios para buscar otros destinos dentro o fuera de Colombia.

La manera en cómo se ha llevado el proceso migratorio a lo largo de los últimos años ha determinado características particulares en esta población en términos laborales, por ejemplo, el proceso de regularización de los venezolanos es un factor influyente para la toma de decisiones de esta población, puesto que el 56% de los venezolanos -cifra enero 2021- se encontraban en condición irregular, es decir, no cuentan con el PEP, incidiendo sustancialmente en las exigencias que puedan hacer al empleador, además de las dificultades para validar sus estudios y competencias. 

Esta misma falta de regularización ha llevado a que la población migrante venezolana busque empleos similares al que busca el colombiano, teniendo este último mayores oportunidades en otros sectores, puesto que la misma regularización en el país impide que los migrantes accedan a empleos como en el sector público o como empleadores.  

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Así mismo, la búsqueda de trabajo es de forma casi aleatoria a través de la ayuda de familiares o amigos, y este trabajo predomina en la participación en actividades que presentan un mayor grado de informalidad, tales como comercio, restaurantes y hoteles y construcción, cabe mencionar que estos son los sectores más afectados por la pandemia.  

Sin duda alguna, la informalidad es un rasgo del mercado laboral que afecta tanto a la población nacional como la foránea, teniendo una mayor repercusión en esta última, la cual ha generado condiciones laborales precarias, en términos de remuneración, jornadas laborales y poco acceso a servicios esenciales.

Frente a esta problemática, a partir de mayo de 2021 y gracias a la expedición del Estatuto Temporal de Protección de Migrantes Venezolanos (ETPV), el Gobierno nacional empezó el registro para otorgar el Permiso Especial de Protección a todos los migrantes y refugiados residentes en Colombia que no cuentan con una visa o estatus de refugio. 

Esta medida, entre otras cosas, busca solucionar parte de los problemas del estatus migratorio irregular, entre ellos, el acceso al mercado laboral colombiano. De esta manera, sin regularización, no se puede hablar de la integración de esta población, además tampoco se puede dar un reconocimiento a sus derechos. 

Sumado a la situación a la que se enfrentan los migrantes venezolanos para acceder al empleo y las razones por las cuales los llevaron a migrar de su país, se encuentra que una gran cantidad de ellos viven en condiciones de pobreza y presenta mayor probabilidad de desempleo que los colombianos de acuerdo con el Banco Mundial. 

Si bien existe una migración pendular que resulta siendo la mayoría, población que viene al territorio nacional colombiano para la compra de bienes en Colombia y el empleo por un corto periodo de tiempo, muchos otros migrantes optan por establecerse en ciudades como Cúcuta, situación que lleva a que las personas realicen un gasto en las ciudades. 

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Aunque no se cuenta con un dato exacto que permita saber el aporte que ha tenido la migración venezolana sobre el gasto en bienes y servicios, de acuerdo con un estudio realizado por Raddar para Usaid/ACDI-VOCA, a 2019 un migrante venezolano había autodeclarado que entre el 80-90% de sus compras fueron alimentos, mientras que el colombiano promedio había manifestado que el 70% de sus compras eran alimentos. El mayor peso de los alimentos dentro de las canastas de consumo tiende a asociarse con menores ingresos en los hogares, esto lleva a que se priorice el gasto en ciertas canastas.  

De esta manera, a pesar de que esta población migrante no llega en las mejores condiciones al país, bajo sus condiciones establece nuevos hogares en la ciudad de Cúcuta. 

Compras

Si bien no se cuenta con un dato exacto sobre el impacto de la población migrante, está población claramente ha tenido un efecto en el gasto de los hogares en la ciudad, lo que se puede evidenciar desde más o menos el 2019 cuando el gasto de los hogares en Cúcuta empezó a crecer a un mayor ritmo que el nacional, pero este crecimiento impulsado principalmente por lo que se puede llamar “lo necesario”, ya que el gasto tiende a concentrarse en alimentos para el hogares y vivienda (por el pago de arriendo y servicios públicos). 

De igual manera algo que se pudo ver reflejado en el gasto de ciudad de Cúcuta, fue que en el 2020 cuando el gasto de la mayoría de las ciudades registraron grandes caídas como consecuencia de la pandemia, el gasto en la ciudad de Cúcuta, a pesar de que cayó, registró unos buenos niveles, lo cual llevaría a pensar de que a pesar de los cierres que hubo en la frontera con Venezuela, de alguna manera se logró tener algún tipo de comercio entre los dos países y generó que la caída no fuera tan grande. 

Además de que el gasto de la ciudad parece verse beneficiado por el mayor número de hogares que hay gracias a los migrantes, también se puede decir que se ve impulsado por las personas que siguen viviendo en Venezuela, pero sus compras habituales las hacen en Colombia. 

Con un proceso de formalización de permisos dirigido a población migrante para acceder al empleo formal en marcha, se esperaría que esta población pueda acceder a empleos mejor remunerados que le permita así mismo, adquirir otra clase de bienes y servicios y por supuesto mejorar su calidad de vida.

Por Alejandra Acosta, Daniela Ramírez y Andrea García / Raddar

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