~Una cuadrilla de empleados contratada por la Alcaldía, se encarga de poner fin a la historia de las edificaciones donde funcionaron el Palacio Municipal y la Casa de la Cultura.~

jhon.jacome@laopinion.com.co

Por las venas de Herrán no corre sangre sino agua. Agua que baja de la parte alta de la montaña y permea el subsuelo del municipio, trastocando los cimientos de las edificaciones que, a pesar de las afectaciones, se resisten a sucumbir ante la humedad que amenaza sus bases.

Algunas casas del pueblo, 30 según el censo del alcalde Hernando José Cely Mogollón, presentan daños estructurales que han obligado a una pronta intervención para evitar que se derrumben.

Sin embargo, dos de estas casas, quizás las más representativas para los herranenses, no soportaron las constantes embestidas que el agua le hacía por debajo de su piel y tuvieron que ser demolidas: el Palacio Municipal y la Casa de la Cultura.

La sede donde funcionaba la Alcaldía había sido inaugurada el 24 de abril de 1960, durante el mandato del gobernador Carlos Vera Villamizar y el secretario de Obras Públicas, Gonzalo Avendaño. Su construcción había sido encargada al arquitecto Jaime Pacheco.

A su lado, con colores vivos que anunciaban la alegría que recorría sus salones, había sido construida la Casa de la Cultura, proyecto que nació con motivo de la celebración de los 80 años de fundación del municipio, en mayo de 1991. Cuatro años más tarde, en 1995, abriría sus puertas al público.

Fueron 17 años de servicio permanente, hasta esta semana, cuando se hizo efectiva la autorización que dio el Concejo de demolerla junto a la Alcaldía.  Desde entonces, una cuadrilla de hombres, armados con picas, palas, carretillas y las fuerzas de sus brazos, invadieron sus instalaciones para poner fin a un cúmulo de historias que pasarán a ser albergadas en la memoria colectiva de los herranenses.

La Casa de la Cultura y la Alcaldía de Herrán, son actualmente un montón de escombros que los habitantes miran con incredulidad, como si sus ojos se resistieran a creer lo que están viendo: la caída de dos gigantes que por muchos años embellecieron a su pueblo.

El alcalde, Hernando José Cely Mogollón, sostuvo que el factor detonante de lo que hoy vive su pueblo ha sido el agua. “Desde el 2008 venimos encontrando tuberías obsoletas construidas en gres, sobre todo en la parte baja del municipio”, indicó el funcionario.

Para Cely, la rotura de muchos de estos tubos viejos, permitió que el agua se irrigara por las laderas del municipio, saturando el terreno y acelerando el movimiento de masa que presenta la población.

“Nos tocó demoler la Casa de la Cultura, el Palacio Municipal, la antigua estación de Policía y la esquina donde funcionaba el Banco Agrario. Esta decisión se tomó luego de que se comprobara que estas estructuras viejas, sin ninguna cimentación, representaban un riesgo para los habitantes de Herrán”, precisó Cely.

Por el momento, la administración municipal busca adquirir unos terrenos en la parte alta del municipio, que permitan generar proyectos de vivienda para los afectados por la falla geológica que atraviesa el pueblo y que ha acelerado su capacidad destructiva por el agua que recorre la profundidad de su suelo.

También remodelará una vivienda frente al parque para pasar el Palacio Municipal hacia allá. De esta manera, habilitarán los salones que actualmente ocupan de la sede urbana del Colegio Integrado Perpetuo Socorro.

Juan Francisco Rojas Manrique, rector del Colegio, indicó que sus estudiantes se encuentran hacinados porque la administración municipal está ocupando la mitad de los salones que tiene la institución.

“En Semana Santa de 2010 debimos desocupar las instalaciones del Colegio que se habían construido en la zona rural del municipio, en la vereda El Llano. Esa construcción no está habilitada por cuanto representa un peligro para los estudiantes por las fallas que padece su estructura”, indicó Rojas.

El rector sostuvo que escasamente cuentan con el número de salones para atender a los 270 estudiantes, sacrificando los espacios de cómputo, sala de profesores, salón de almacenamiento de materiales, laboratorios de física, química y la biblioteca.

Otra de las personas que se ha visto afectadas es Omaira Delgado Pabón, directora municipal de cultura y quien tiene a su cargo la Casa de la Cultura, la Biblioteca Municipal y las Escuelas de Formación Artística.

“En estos momentos nos embarga un sentimiento de nostalgia muy grande por la pérdida del espacio que se había convertido en el eje sobre el cual giraba toda la actividad cultural en el municipio. La esperanza que tenemos es que a través de dineros de Colombia Humanitaria podamos reconstruir este espacio cultural lo más pronto posible”, finalizó diciendo Delgado, quien ha entregado toda su vida a la formación cultural de los herranenses.