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Johana Navarro, la cucuteña que negoció en el 'Shark Tank’

$30 millones, por el 30% de las acciones de la empresa, fue el cierre del negocio con los tiburones inversionistas.

Tan solo dos minutos y cuarenta y seis segundos fueron suficientes para que Johana Navarro, arquitecta egresada de la Universidad Francisco de Paula Santander de Cúcuta, convenciera ante la televisión colombiana, a  dos de los mejores empresarios del país de invertir en su producto.

Aunque los nervios por estar frente a las cámaras del ‘reality Shark Tank’ pusieron en juego la destreza para negociar de Johana, su producto, un bloque termodisipador, logró atrapar a dos de los tiburones jurados en tiempo récord.

‘Shark Tank’, traducido al español como “Negociando con tiburones”, es un ‘reality’ estadounidense en el que los empresarios realizan presentaciones de negocios innovadores a un panel de inversionistas, cada uno denominado “tiburón”, quienes luego deciden si invierten en ellos o no.

El bloque permite diferentes combinaciones estéticas y reduce costos de acabados.

El programa ya se había replicado en Brasil y México y la versión colombiana se estrenó el 23 de febrero de este año con 5 jurados (tiburones) en total.

Johana siempre había sido fiel seguidora del programa en la versión estadounidense y tan pronto se enteró de que se estrenaría en Colombia, se animó a inscribirse en la convocatoria a finales del año pasado.

Sin imaginarse que llegaría tan lejos, recibió la noticia de que había sido aceptada por el equipo coordinador del programa y sin pensarlo dos veces empezó a preparse para su presentación.

El capítulo salió al aire el viernes 16 de marzo y en él se pudo observar el momento en el que Johana exhibió su bloque termodisipador por el cual le pidió a los jurados 30 millones de pesos a cambio del 15% de las acciones de su empresa Sumart.

Aunque uno de los tiburones juzgó el diseño del bloque, el producto fue lo suficientemente atractivo como para provocar que dos de los cinco inversionistas quisieran apostar por el proyecto.

Tiburones al acecho

El bloque logró atrapar a dos tiburones: Frank Kanayet: representante de la agencia Maserati en Colombia, e inversionista en negocios relacionados con la movilidad eléctrica; y Mauricio Hoyos, responsable de muchos negocios,entre ellos Puntored.

El primero en decidirse fue Mauricio Hoyos, quien le argumentó a Johana que la eficiencia energética es hoy su principal sector. Le ofreció $30 millones por el 30% de las acciones.

Simultáneamente, Frank Kanayet mejoró la oferta y le ofreció los mismos $30 millones, pero por el 27% de las acciones.

Los dos tiburones decidieron unir sus propuestas, argumentando que era un bonito proyecto para complementarlo con el aporte nacional de Hoyos y el internacional de Kanayet.

Al final, el negocio cerró en $30 millones por el 30% de las acciones de la empresa.

Alexander Torrenegra y Juliana Barreto, dos de los cinco jurados.

Hoy, Johana es consciente de que la inversión no fue muy grande, pero considera que más que el dinero, lo importante fue ganar aliados estratégicos.

“Ellos entienden que 30 millones no son nada, pero tener su conocimiento en nuestra empresa es lo más valioso”, expresó Navarro.

El negocio

Con la idea de crear un material que ayudara a disipar las temperaturas que reciben las fachadas de las construcciones por la radiación solar, a Johana y su esposo, Miguel Niño, ambos arquitectos, se les ocurrió una solución con aras sostenibles.

El BT- Bloque Termodisipador, tiene laterales tridimensionales que ayudan a que la ventilación circule a través de estos canales y se lleve la temperatura alta.

Según Johana, construir estos bloques con arcilla cocida permite que la vivienda se mantenga fresca y no requiera de ventiladores o aires acondicionados, lo que reduce además el gasto energético.

En cuanto a diseño estructural, el bloque permite diferentes posiciones y combinaciones estéticas, como también reduce costos de acabados de materiales, instalación y mano de obra.

Con esto como punto de partida, Johana, su esposo y una amiga administradora de empresas, decidieron fundar Sumart, un estudio que le apuesta a la creación de productos para la construcción con características de sostenibilidad y eficiencia.

El producto fue patentado, lo que les permite a los creadores ser los únicos en poder explotar el invento durante 10 años.

La idea empezó como una tesis de grado, que además logró ser laureada y ya ha sido presentada en la Bienal Iberoamericana de Diseño, donde fue catalogada como un diseño innovador.

Además, el BT también obtuvo el premio del Lápiz de Acero Verde donde fue reconocido como un aporte a la rentabilidad y cuidado con el ambiente.

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Katherine Villamizar Leal
Sábado, 14 de Abril de 2018
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