Sin crespos, sin lentes  y sin guitarra se presentó a la audición de ‘Yo me llamo’, en Bucaramanga.

Julio César Contreras Sanabria confiaba en su voz y aunque antes de cantar, Valerie Domíguez y  Carlos Calero , dijeron que no se parecía a Andrés Cepeda, el cucuteño ‘les tapó la boca’ al empezar a  interpretar ‘Me voy’.

De inmediato  Amparo Grisales recorrió su brazo izquierdo con el dedo, en señal de me erizó, mientras el maestro César Escola espichó el botón que brotó luz verde.  Lo mismo hizo la diva diciendo en alta voz: ‘Te juro que me erizó’. Y al pedir que parara la canción le aclaró “que no era fácil lograr los malabares en la voz de Cepeda”. A lo que Escola agregó: “lograste la voz engolada, con las cositas que tiene Cepeda”. Sin embargo, Jessi Uribe apagó la emoción prendiendo la luz roja y dijo que le hacía falta el look.

Pero en ese proceso se encuentra Julio César, de 36 años, quien ha sido un fiel admirador de Cepeda.

Su vida ha transcurrido entre el Liceo San Antonio, donde terminó la primaria; el colegio La Salle, donde se hizo bachiller y la Universidad Francisco de Paula Santander donde estudió Ingeniería de Producción Industrial.

Ha sido asesor CAE en la Cámara de Comercio y técnico y comercial en concretos y morteros S.A.

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Desde los 19 años le ha apasionado la música y se matriculó en la academia Caden del barrio San Luis para aprender técnica vocal.

Perteneció al grupo ‘Los Caballeros’, en el 2010, que interpretaba música de bohemia y tropi-pop. Allí permaneció dos años. Y Álvaro Arenas, uno de los integrantes de ‘Vilma Palma’ que participó el año pasado en ‘Yo me llamo’ lo animó a concursar.

Después de tanta insistencia viajó a  Bucaramanga, el 2 de  octubre, a la audición donde se enfrentó al exigente jurado.

“Sentí una emoción muy grande porque Cepeda es profesional”, dijo Julio César, quien admira la voz, la expresión corporal, pasión por la música, el carisma y el profesionalismo en el escenario de Andrés Cepeda.

Lleva un mes estudiando el personaje, sometiéndose a una dieta para bajar 6 kilos y dejándose crecer el cabello para que se le armen los crespitos y decir ‘Yo me llamo Andrés Cepeda’.