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La cucuteña de los sonidos internacionales

La joven trabaja para Turner Studios, una compañía de entretenimiento con sede en Atlanta. 

Nadie se imagina que en un estudio en Villa del Rosario, una cucuteña diseña los sonidos para comerciales y programas de televisión de reconocidos canales como Cartoon Network, TNT, CNN, entre otros. 

También es quien le ‘da vida’ a los rebotes, clavadas, pasos y demás jugadas de los equipos de la NBA y de la Champions League, cuyos resúmenes y documentales son colgados las páginas webs oficiales de estas ligas deportivas.

Ella es María Claudia Mora y es una de los 23 diseñadores de sonidos que tiene Turner Studios, una compañía global de medios, cuya casa matriz está en Atlanta. Además, es una de las 4 mujeres del equipo y la única extranjera que trabaja vía remota fuera de Estados Unidos.

De forma técnica, su trabajo es netamente de postproducción: tomar el video que le envían los productores para nivelar la voz del locutor, limpiar los cortes bruscos, ‘marcar’ las escenas en las que deba ir un efecto de sonido y combinar todo para que suene perfecto entre los oyentes.

También diseñar el hilo sonoro de toda un video ‘mudo’, en el que debe poner a prueba su ingenio y creatividad.

Durante su recorrido por Turner, también ha trabajado con sonido en vivo. “En unos premios Oscar,  me senté con la ingeniera que comanda el sonido para la transmisión en vivo por TNT. Verla pilotear esa nave espacial de audio, con una guía de 200 hojas con música, efectos, comerciales y locutores, fue impresionante. Algún día sueño con conducir esa nave”. 

Su pasión

La creadora describe estos procesos de una forma sencilla: “Armamos un rompecabezas en el que unimos música, ambientes, voces y efectos para darle vida a esas imágenes que se proyectan en la pantalla, para lograr generar diferentes emociones: miedo, asombro, alegría, etc”.

Cumplir con este cometido requiere que Maria Claudia trabaje sola en su estudio, equipado con parlantes, monitores, dos discos duro, un televisor y varios páneles para aislar el sonido. 

Estos últimos los elaboró ella misma con fibra de vidrio revestido con tela. No necesitó una estructura pesada para ailar el ruido exterior, por lo que la sala se construyó en drywall. 

Desde allí, recibe asignaciones, que van desde incluir los efectos a series infantiles para los televidentes de Latinoamérica, hasta preparar algo de último minuto para algún canal deportivo. 

El cielo de Cúcuta la mira desde una pequeña ventana. Cuando necesita inspiración, sale de la sala acondicionada, se estira y se sienta frente a la piscina de sus padres. Se toma un tinto y mira hacia esas infinitas nubes para despejar la mente. 

El ejercicio lo completa con alguna melodía de Carlos Vives, Fonseca, Coldplay o de Bruno Mars. De vuelta al estudio, se prepara para diseñar y subir al servidor los trabajos asignados por día.  

Al comparar este tipo de trabajo sonoro tan minucioso con lo que se produce en los canales colombianos, María Claudia habla desde su propia experiencia. “El nivel trabajo es totalmente opuesto. Por 3 años trabajé en una productora en Bogotá y estos cargos no existen. Es el editor de videos quien hace todo y muchas veces trabaja con las uñas”.

Llegada a Turner

Sus pasos en esta multinacional iniciaron en el 2016, con una pasantía, luego de terminar una maestría en diseño de sonido, en Savannah, Giorgia.

“Fueron 10 semanas de prácticas- En noviembre de ese año se abrió la vacante a tiempo completo y me eligieron”, comentó la ingeniera, amante del tenis y que toca guitarra y piano.

Sin embargo, al vencer su visa de trabajo por un año, el panorama se complicó para María Claudia, ya que al aplicar a la lotería de visas laborales de Estados Unidos, el sistema no la seleccionó. 

“Solo se puede aplicar una vez por año, los primeros días de abril. Lo hice en el 2017 pero es un proceso aleatorio. Entre 300 mil solicitudes, solo se escogen 80 mil y no quedé. Tenía la empresa, el trabajo, pero la lotería no me favoreció”.

La cucuteña no se desanimó. Le plantearon la contratación por un año, a través de la filial en Bogotá, lo que significó volver a Colombia para trabajar en casa.

“Acordamos el traslado por un años para luego volverme a postular por una visa de transferencia de compañías. Elegimos Cúcuta para instalar el estudio; ya que mi papá tenía un lote al lado de su casa y se nos era más sencillo adaptar los equipos”, añadió.  

Una buena conexión a internet y una adecuación del espacio, significó para Mora un nuevo reto: trabajar desde la ciudad en la que creció, rodeada nuevamente del amor incondicional de sus padres. 

En dos semanas, debe volver a Atlanta, ya con su visa de transferencia aprobada. Le tocará despedirse nuevamente de sus afectos y retomar el puesto que dejó  un año atrás, con la firme convicción de seguir aprendiendo, para un día no muy lejano, volver a Colombia y abrir su propio estudio de postproducción de sonido.

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Miércoles, 9 de Enero de 2019
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