“Un producto audiovisual de ‘narconovela’ al estilo tragicomedia, con sobreactuación al estilo de parodia, con un lenguaje burlesco y vacío sin sentido, porno comedia, con estereotipos equivocados y distorsionando la realidad sufrida, asistida y presenciada por los protagonistas en la vida real”. Este es uno de los argumentos expuestos en una tutela con la que se pretendía frenar la emisión de ‘El Bronx’, serie emitida por el canal Caracol.

Los demandantes aseguran que la historia sobre la que se basa el hilo central de la serie está basada en una experiencia de la vida real. Describen que un miembro de su familia, cuyos apellidos nos abstenemos de publicar por carácter de seguridad, se infiltró en la temida zona del centro de Bogotá para rescatar a su hija que fue raptada por la banda conocida como ‘Gancho Homero’.

En la serie, el papel del padre, aseguran los afectados, es el que interpreta Ramiro Meneses para salvar a su hija que está en poder de un sujeto llamado Manolo que vendría a ser el jefe de la mencionada organización criminal que delinquía en el sector que estuvo por años ubicado en la parte trasera de una instalación del Ejército y a escasas dos cuadras de la estación de la Policía Metropolitana de Bogotá.

La tutela fue instaurada por la Fundación Manos Limpias que expuso en sus escritos representar a la familia afectada a la que se le vulneraron los derechos intimidad personal, buen nombre, integridad física, moral y psicológica. El caso llegó a manos del magistrado Aroldo Quiroz Monsalvo, de la Sala Civil de la Corte Suprema, luego de que el Tribunal de Bogotá negará la petición de los demandantes.

Según su alegato, Caracol Televisión, Fox Tele Colombia y Gustavo Bolívar (el senador) no tenían autorización de los derechos de autor para la creación, publicación y comercialización de la autobiografía de la familia afectada. La familia también acotó que con la divulgación de esa historia está en peligro la vida de sus integrantes ya que “los capos de la mafia están libres”.

En primera instancia, el juzgado falló en contra aduciendo que los demandantes no acreditaron su condición de autores de la “obra cinematográfica cuya producción se pretende suspender”. Esa decisión se conoció el 12 de septiembre del año anterior.

En igual sentido el Tribunal de Bogotá se pronunció en providencia conocida el 22 de enero de este año.

La Corte dirimió el caso y dejó en firme la decisión argumentando que la Fundación no podía presentar ese caso en nombre los perjudicados porque, pese a que existía un poder, ese documento no tiene “la virtud de transferirle al apoderado los derechos fundamentales de su poderdante, ni habilitarle para interponer acciones de tutela”.