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Manuela Álvarez y su compromiso con las raíces culturales

Su estilo se mueve entre la sofisticación y el saber técnico.

La diseñadora colombiana Manuela Álvarez, a través de su marca MAZ, ha trabajado el encuentro entre la sofisticación y el saber técnico, propios de la sastrería contemporánea, con el valor artístico-social de los saberes ancestrales colombianos, para ayudar al empoderamiento de las mujeres.

“Descubrir nuestras comunidades es descubrir nuestra raíz, nuestro legado cultural y nuestra esencia ancestral. Concientizarnos y responsabilizarnos como las  generaciones jóvenes y creativas que somos, es una obligación para subsanar el daño y deterioro que estas culturas han sufrido gracias a nuestra ignorancia y apatía. Nuestra identidad como colombianos inminentemente indígenas yace en los conocimientos de estos, y en nuestras manos está el compromiso para sostenerlos en el tiempo”, afirmó Manuela Álvarez.

En los últimos años, la diseñadora ha iniciado la reestructuración de su marca MAZ, todo con el fin de lograr que el ADN de dicha marca entre en perfecta comunión con sus objetivos de apoyo social y su plan de ventas para ser una empresa sostenible que no descuide el componente de propuesta y concepto y que logre siempre generar un impulso social.

En su más reciente colección Sastrería Embera, MAZ plantea un encuentro entre elementos representativos de la artesanía creada por las comunidades Embera y Wounaan, con las siluetas propias de la marca; creando una colección cargada de símbolos en donde la mujer y su empoderamiento son el foco.

El uso de piezas como el rombo Embera, el cual es un llamado al vientre y símbolo de la mujer, se complementa con los flecos (movimiento y soltura) para generar apliques en chaquetas y camisas mostrando el constante proceso de cambio y entendimiento en el que está la mujer.

El uso del bordado en chaquiras, típico de la intervención de los canastos, busca integrar la técnica directamente en la prenda y brindar protección en partes claves del cuerpo, como bolsillo de pantalón, pechera y cuello.

El bordado en espina, representando la raíz, se usa en las solapas y en los hombros creando una armadura y brindando fortaleza; anteriormente mostrada en la marca por medio de la estructura de las prendas.

Así mismo, la diseñadora quería hacer un homenaje a la cultura Wounaan Puur, comunidad desplazada y poco recordada, bordando su nombre en camisetas para traerlos a la actualidad y hacer un llamado a su reconocimiento.  

El trabajo de MAZ se destaca no solo por la riqueza creativa y el saber hacer impecable, también por su equipo de trabajo que esta conformado por un grupo de mujeres que desde hace un año y medio vienen realizando un trabajo en conjunto con diferentes comunidades indígenas.

“Creo que la mayor anécdota del desarrollo de esta colección fue abordarnos en el reto de aplicar elaboraciones artesanales indígenas en nuestra ropa, fue un gran reto que floreció en un cambio fundamental en nuestra manera de hacer colecciones  y conceptualizarlas. La generosidad de nuestros hermanos mayores nos llevó a entender la definitiva importancia de sus saberes ancestrales y a nosotros el deber para traerlos a la contemporaneidad y los procesos creativos en la moda”, comentó  Manuela Álvarez.

La búsqueda de esta creadora es que MAZ se convierta en un puente entre las mujeres y las nuevas prendas de vestir, un modo de expresión personal, una herramienta de empoderamiento y ahora, la posibilidad de exaltar las raíces culturales, su reconocimiento, su búsqueda y su conservación.

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Miércoles, 29 de Agosto de 2018
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