La industria del tatuaje ha tenido diversos avances en los últimos años, que han transformado el procedimiento ancestral para dar el paso al plano artístico. Eso es precisamente lo que hace Pedro Luis Gélvez Rico, ‘Pepo’, quien siempre vio la piel como un lienzo para plasmar sus creaciones.
Este chinacotense, de 31 años, ha tenido un crecimiento vertiginoso en la industria, siendo uno de los principales exponentes en Cúcuta, ciudad a la que ha representado en los diversos eventos en las diferentes ciudades de Colombia, incluso, en suelo europeo.
“Nosotros nos hemos especializado en llevar el tatuaje a un plano más artístico, ya podemos fijar en la piel lo que son fotografías con colores bastantes vibrantes, con materiales que dan cierto realismo a nivel visual, eso se logra gracias a los avances tecnológicos en los equipos y pigmentos”, le contó a La Opinión.
Desde pequeño, Gélvez Rico estuvo influenciado por las artes, creciendo en un entorno relacionado con el dibujo, la pintura y la escultura. Siempre soñó en llevar el arte a la piel “porque perduraría más y estaría por todos lados”.
“Lo que hice fue transformar esa idea de un tatuaje tradicional a una pieza artística, como un retrato, una escena, son cosas que perduran mucho y que son bastante valoradas”, complementó.
Sus inicios
‘Pepo’, como le decían sus compañeros de colegio en Chinácota, empezó su perfección de técnicas en un semillero de arte en ese municipio durante tres años. Posteriormente, con un profesor privado, profundizó en las diferentes técnicas del dibujo y la pintura.
Luego, tras obtener su título de bachiller académico en el colegio Nacional San Luis Gonzaga, dio el paso a la Academia del maestro Alonso Cerón (Q. E. P. D.), ubicada en ese entonces en el barrio Blanco, de Cúcuta, en donde conoció otras esferas del arte.
“El maestro Alonso Cerón fue uno de los mejores artistas de Norte de Santander en cuanto a representaciones gráficas y técnicas húmedas, sus conocimientos me ayudaron muchos a seguir enamorándome del arte”, sostiene ‘Pepo’.
El siguiente escalón en su formación artística lo dio en la Universidad de Pamplona, en la ‘Ciudad Mitrada', donde estudió Diseño Industrial y Artes Plásticas.
“Yo empecé a estudiar en un workshop con Erick Chacón, quien es uno de los mejores tatuadores de Latinoamérica, ahí comencé a implementar la teoría y la técnica que sabía en el arte sobre la piel”, recuerda.
La industria en Cúcuta
Este es el momento en el que ‘Pepo’ gana su categoría en Holanda./ Foto: archivo
Tras obtener los conocimientos, el siguiente reto en su carrera fue el de conseguir los implementos para realizar un tatuaje profesional. En ese entonces, en Cúcuta no se encontraban los insumos para lograr un trabajo de mejor calidad, por lo que tuvo que esperar a los intercambios en diferentes ciudades para tener el equipo más avanzado.
“Actualmente, con la facilidad que hay de importar productos, en la ciudad hay artistas que manejan insumos de calidad, el costo y la calidad van muy de la mano, uno no puede buscar un trabajo bastante económico y exigir calidad porque realmente son bastantes costosos los equipos”, asegura.
En este desarrollo han ayudado, según ‘Pepo’, empresas alemanas y españolas que han traído sensores de golpe de la aguja, elementos de amortiguación y precisión, entre otros.
“Hoy los equipos son completamente inalámbricos, las gujas de acero quirúrgico vienen con membranas que aíslan la piel, vienen de manera individual, esterilizadas con CO2, entonces el procedimiento es muchísimo más lento, pero más preciso. Esta es una inversión que hace el estudio de tatuajes para garantizar ese excelente trabajo”, apuntó el nortesantandereano.
Otra de las dificultades para desarrollar el tatuaje en la ciudad fue la reputación y el prestigio de los artistas, precisamente esa era una de las razones para que no se consiguieran insumos, por lo que la tarea fue empezar a mostrarse en las diferentes competencias a nivel nacional.
“Debido a las salidas de muchos artistas locales, dieron un posicionamiento de que en Cúcuta sí habían artistas del tatuaje, Cúcuta estaba abandonada en ese sentido. Después de esto, las empresas ya envían mercancías e insumos. Lastimosamente también hay muchos artistas que no quieren actualizarse porque siguen arraigados a la tradición del tatuaje”, dijo.
Una de esas imprecisiones, cuenta ‘Pepo’, es seguir utilizando la vaselina para adelantar sus procedimientos: “la vaselina quedó totalmente descartada, es un producto que produce mucho daño a la piel, cualquier artista que utilice ese producto realmente está muy desactualizado”.
‘Pepo Tatto’
La experiencia de Gélvez Rico en la industria de los tatuajes lo llevó a crear su propio estudio, ‘Pepo Tatto’, una marca que ha llevado a las diferentes ciudades y que es relacionada directamente con Cúcuta.
“Pepo Tatto nació hace ocho años, empecé un proyecto pequeño, a medida que iba creciendo adopté a algunos artistas que se unieron a través de los años como Alejandro Arias, Marco Perutti y Óscar Ramírez, realmente fueron saliendo artistas muy buenos”, sostiene.
Actualmente el estudio tiene presencia en un importante centro comercial de Cúcuta y cuenta con la contratación de ocho personas de forma directa.
Muestra en Holanda
Una de las mayores experiencias representando al estudio y a la ciudad se dio en 2019, cuando pudo mostrar su talento en Holanda.
“Llegó la solicitud de hacer parte de un grupo de trabajo por tres meses en Holanda y decidí aventurarme, allá compartí con artistas de gran trayectoria, tatuamos a jugadores del Ajax, Sevilla, Tottenham, cantantes, ahí comprendí que el tatuaje tiene un alcance más amplio”, dijo.
Estando en suelo europeo, en mayo del 2019, hizo parte de una competencia de tatuadores en Rotterdam, experiencia que le dejó un reconocimiento.
“Afortunadamente el proyecto que yo presenté gustó muchísimo y obtuve un primer lugar en pierna completa, fue algo increíble que alzaran la bandera de Colombia y me dieran el primer lugar”, se refirió.
Para 2021, el artista espera que la pandemia se supere en todo el mundo, para poder atender las invitaciones a España, Holanda, Alemania, Egipto y Brasil.
“La idea es poder viajar después de esta crisis y así llevar el nombre de la ciudad y la marca a otros lugares”, puntualizó.
