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¿Por qué ese gusto por el pop coreano?
 K-Pop (Korean Pop) hacen parte de los carteles de los grandes festivales de música en el mundo y participan en los premios de la industria. 
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Colprensa
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Jueves, 21 de Noviembre de 2019

Fue el Gangnam Style, esa canción de ritmo pegajoso que cantó un carismático PSY (hacía monerías en el escenario, jugaba con el público, parecía actuando), el que puso al mundo en 2012 no solo a hablar del K-Pop, sino a cantar y a bailar como lo hacen los coreanos. Fue tan popular que en redes sociales se imitó el baile del caballito.

Ese fue el punto de quiebre que tuvo este movimiento, que nació a finales de 1990, para que se expandiera por occidente. Esa canción de 2012 tuvo el récord de reproducciones (más de 2.000 millones) en Youtube hasta la aparición de Despacito en 2017, que ya superó los 3.000 millones.

Hoy, diferentes grupos de K-Pop (Korean Pop) hacen parte de los carteles de los grandes festivales de música en el mundo y participan en los premios de la industria. Este año la reconocida banda BTS tuvo tres nominaciones en los American Music Awards.

Sí hay un porqué

El profesor Xavier Elejaildek, una de las primeras personas que en 2005 comenzó a hablar de esta cultura en Colombia, luego de vivir varios años en Japón, Corea y China, anota que una de las claves de su popularidad se debe a su influencia en la moda, tanto desde el vestuario como la apariencia misma de sus artistas: ropa ceñida de colores, chaquetas, tapabocas, el pelo morado o rojo, azul...).

“La fórmula musical está basada en que cantan en varios idiomas, las personalidades de los integrantes de las bandas son diversas y eso permite identificación con el público, además son cero groseros, nada irreverentes”.

Para Elejaildek, este fenómeno está sustentado en que es una música alegre y positiva, que genera empatía en las nuevas generaciones.

En ese mismo sentido comenta Stiven Cardona, uno de los líderes del colectivo de seguidores del género, Hallyu Medellín, al hablar que el gran atractivo musical está en la diversidad musical, ya que fusiona géneros como el rap, hip-hop, electrónica y, por supuesto, pop.

Anota que su poder mediático se basa en su propuesta visual, sus coreografías y estilo de sus intérpretes. “Corea del Sur es la capital mundial de las cirugías plásticas, por esos sus cantantes se ven tan bien”, relata.

Seguirlos de lejos

Para este movimiento sus seguidores son fundamentales, casi quienes mandan qué deben y no hacer los artistas. “En la cultura asiática estos le pertenecen a los fans, no deben tener secretos con su público, sus vidas deben ser transparentes, no está escrito, pero no tienen derecho a la intimidad”, relata Cardona, productor audiovisual que semanalmente se reúne con los grupos locales y de seguidores en el Parque de Banderas, en el Atanasio Girardot.

El poder de la gente es tal que muchos se abstienen de tener relaciones románticas para mantener contentos a sus seguidores.

Tanto así que en octubre pasado falleció Sulli, de 25 años y una de las estrellas del K-Pop, que había sido víctima de ciberacoso. La noticia abrió la discusión sobre las denuncias de algunos grupos por contratos abusivos.

Un poco de historia

El K-Pop tuvo su origen el J-Pop, el movimiento japonés que comenzó en los años 70) y que a la vez copió el modelo a las Boys Band de Estados Unidos e Inglaterra, tales como The New Kids on the Block, Backstreet Boys y más recientemente One Direction.

A diferencia de la mayoría de grupos en el mundo, los integrantes salen de escuelas que se preparan por años para hacer parte de una de las bandas. Cuando alcanzan el techo de sus carreras se retiran, con contadas excepciones. “Son remplazados por los jóvenes que vienen de las distintas academias”, dice Xavier Elejaildek.

El boom hace siete años del Gangnam Style es hoy comparable con el de la agrupación Blackpink, que encabeza los listados de la música en el mundo. Esta banda, integrada solo por mujeres, es la primera del género en llegar a un billón de visitas en Youtube gracias a su éxito Ddu-du ddu-du.

La expansión es tal que ya grandes figuras de la música anglo y latina están haciendo proyectos con músicos orientales: Leslie Grace grabó Lo siento junto a Super Junior (uno de los artistas de K-pop más antiguos) y J Balvin lo hizo junto al trío japonés M-flo, con los que trabajó en la banda sonora de la cinta Human Lost.

Hoy, el público musical no solo canta y baila al ritmo en coreano, sino que quiere lucir como los cantantes de K-Pop.

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