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Testimonio de una cucuteña confinada en Milán, Italia
“Al principio las medidas del gobierno italiano me parecían exageradas. Recuerdo los primeros memes": Angélica Salguero.
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Celmira Figueroa
Celmira Figueroa
Miércoles, 25 de Marzo de 2020

Angélica Salguero Bermonth, es una cucuteña que vive en Italia desde hace 10 años. Es  ingeniera, con maestría en innovación en tecnología y trabaja en la  empresa de moda Gucci.

Y desde su casa, donde se encuentra confinada desde hace un mes, se animó a contar su experiencia, alejada de sus  seres queridos.

“Al principio incluso a mí las medidas del gobierno italiano me parecían exageradas. Recuerdo los primeros memes, el primer sticker  “coronavirus entró al grupo” en WhatsApp, etc., pero poco a poco me dí cuenta de la seriedad de esta situación y de la importancia de quedarme en la casa, siguiendo las recomendaciones. 

El gobierno italiano después de casi dos semanas tomó las primeras medidas drásticas y cerró casi todo. Pero ya era demasiado tarde. Creo que el resto ya lo han visto en las noticias. Italia lleva alrededor de 70 mil contagiados y cerca de 7 mil muertos. Probablemente ustedes han visto más noticias que yo porque las noticias son tan tristes y deprimentes que decidí no verlas más.  

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El coronavirus es un enemigo invisible, al que no hay que subestimar. Es tan escurridizo que al 50% de las personas no les dan síntomas. Entonces uno piensa que está bien, y sigue contagiando otras personas, y uno transmitiría el virus a sus seres queridos y potencialmente los llevaría a la muerte. Lo más triste es que los contagiados son aislados del resto, no pueden despedirse de sus familias, ni de nadie. Mueren solos, eso para mí es lo más triste de todo.

Aquí escuchamos ambulancias todos los días, es como una guerra, con un enemigo que no podemos ver, es muy frustante, pero creo que situaciones así nos ayudan a acercarnos más a Dios y a nosotros mismos.

Volviendo a mi experiencia en la cuarentena, les puedo decir que la primera semana fue la más difícil, a uno como que le pica algo y le dan ganas de salir. Pero ya después de una semana uno empieza a analizar y a ver lo positivo de esta situación. Algo positivo debe haber, sino lo encuentran hay que inventárselo, sino uno se enloquece. Lean, cocinen, hagan aseo, hagan algo. Creo que uno se reencuentra con cosas que había abandonado. Y tiene tiempo de hacer videollamada con todos los tíos, primos, vecinos, etc.

Creo que este virus ha evidenciado todos los límites de la sociedad en la que vivimos, de tal modo que los podamos eliminar. Creo que este periodo nos ayudará a apreciar la importancia de un abrazo, del contacto físico, de nuestro contacto con la naturaleza. No imagino aún que haré cuando termine todo esto. Cuál será la primera cena afuera, el primer viaje, no he pensado en eso. Después de 31 días de cuarentena, decidí levantarme y darle gracias a Dios cada día por mi salud, aprovechar el tiempo, y disfrutar mi vida.En Colombia ustedes aún están a tiempo de parar la difusión del virus y proteger a sus familias. Depende solo de ustedes. Que Dios los bendiga”.

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