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Viviana Torres, la cucuteña que le robó el corazón a Luifer Cuello

Influencer, mamá y gerente de la empresa artística.

Sus rasgos  de ‘motilona’ la delatan a donde quiera que va.  Viviana Paola Torres Vargas luce una larga cabellera negra y ese mágico atractivo ‘enredó’ al cantante y compositor Luifer Cuello, considerado uno de los integrantes de la generación de la denominada Nueva Ola del Vallenato.

La cucuteña, quien también es influencer, recuerda que nació en la clínica Norte y estudió hasta el tercer año de primaria en el colegio Santa Teresa. Tenía diez años cuando su familia empezó a viajar. Primero fue a vivir a Arauca y después a Bucaramanga. Allí estudió ingeniería financiera en la Universidad Autónoma de Bucaramanga y conoció, al que hoy es su esposo de una manera sui géneris. Sí, por medio de un mensaje en Twitter. Esa relación fue tomando forma en Instagram y la primera cita  se concretó en un restaurante, en una cena.

A Viviana Tovar le gustaba la música de Luifer Cuello, pero jamás pensó casarse con un artista. “Nunca pertenecí a ese mundo. Siempre estuve enfocada en mi carrera, en los proyectos personales. Incluso tenía planes de viajar al exterior  a penas me graduara”.

Sin embargo, el destino la hizo  trinar cuando Luifer estaba de gira de medios en Bucaramanga. Su primera impresión fue buena, pero pensó que no pasaría de ahí. De él solo le gustaba su música. Pero el “gordito” se le fue metiendo en el corazón. A donde iba la cucuteña él la llamaba o la visitaba. Pero  fue en Bogotá donde se formalizó el noviazgo, delante de la futura suegra. “Pensé que mi mamá se iba a oponer porque ella es muy estricta, exigente, fregada como decimos en Cúcuta, porque Luifer era cantante. Pero le cayó bien a pesar de la fama que tienen los artistas”. 

El noviazgo duró ocho meses. Después Luifer le pidió matrimonio y se casaron en Bucaramanga, donde vivieron alrededor de seis meses. Luego pasaron  otro tiempo en Valledupar  y en Bogotá nació Mía,  que considera “nuestra gran bendición”.

Se fue compenetrando con la organización del grupo vallenato y fue asumiendo las riendas  como gerente. Empezó a aplicar sus conocimientos y a darle un giro a la empresa musical. “Estoy todo el día en función del grupo y manejo 30 personas que hacen parte del proyecto y están bajo nuestra resposabilidad”.  

Las dos tareas las cumple sin contratiempos. Es decir, la de gerente de la empresa musical y la de mamá desde hace tres años. Sin embargo, le agregó otra que nació de manera espontánea y fue la de aparecer en las redes sociales . 

Influencer

Empezó a compartir las rutinas que hacía durante la etapa del embarazo y poco a poco fue ganando adeptos. Ese camino se fue abriendo solo y lo ha fortalecido en estos largos siete meses de confinamiento. Y no lo hace sola. Involucra a su esposo y a su pequeña Mía. Modelan, cocinan, actúan,ríen, bailan, hacen travesuras y sus seguidores van en subida.

Muchas empresas la han buscado para promocionar productos y acepta cuando ha comprobado que no es publicidad engañosa porque dice que en buenahora la Superintendencia de Industria y Comercio está metiendo en cintura a gente inescrupulosa que recomienda algún producto que jamás ha probado y pueden causarle daño a la gente.

El ser influencer implica un trabajo de mucha responsabilidad. “He creado una comunidad de mujeres empoderadas, emprendedoras, de mamás que me siguen, se identifican con mi faceta, con mi vida, donde puedo recomendar elementos que utilizo, y  también dar a conocer mucho emprendimiento”.

Cuarentena

Durante la pandemia se quedó en casa,en Barranquilla, pero aprovechó para reinventar su empresa musical. Luifer Cuello ha estado presente de manera virtual todo el tiempo, pero  especialmente en fechas claves. Compuso la canción ‘La mejor mamá del mundo’ para el Día de la Madre y ofreció serenatas. El Día del Padre hizo lo mismo con la canción ‘El ángel del camino’.

También  sacó una cuenta muy divertida en Instagram @uffquedelicia de recetas en ‘costeñol’ donde todos los días preparaba platos costeños. “Porque  los artistas pararon por el coronavirus”.Grabó una canción con varios artistas vallenatos y “el  video se hizo en casa. Ahí estuve apoyándolo, porque no se podía salir  y me convertí en la ingeniera de la canción, de todo el proceso”. 

Viviana Torres Vargas tiene a su familia en Cúcuta y a pesar de que ha perdido el acento, por  vivir tanto tiempo por fuera, siempre evoca los pasteles de garbanzo, el mute y los quesillos. Aún no sabe cuando regresará porque se ha consagrado a Luifer Cuello, el hombre que le robó el corazón.

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Sábado, 10 de Octubre de 2020
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