Los pacientes corren riesgo de sufrir desnutrición y el personal del psiquiátrico teme ser agredido por enfermos a quienes no pueden cumplir los tratamientos que les ayudan a mantenerse bajo control.
Una situación desesperada padecen desde hace varias semanas los pacientes del Hospital Psiquiátrico de Peribeca (Táchira), y los abuelitos recluidos en varios ancianatos de la entidad, debido a que sus administradores no encuentran alimentos para atender las necesidades diarias de estas personas, impedidas para valerse por sí mismas.
Marina Sánchez, directora general del psiquiátrico, dijo que esta institución, que atiende a unos 230 pacientes, enfrenta grandes problemas para conseguir medicamentos y alimentación, lo que los pone en riesgo de sufrir desnutrición, por lo que calificó la situación como “dramática”.
Sin medicamentos
Por su parte Blanca Guerrero, representante del área de enfermería del psiquiátrico, calificó la situación de crítica, ya que prácticamente están arriesgando sus vidas al prestar atención a pacientes psiquiátricos sin medicación.
Señaló que al no tener los pacientes este tipo de medicamentos, los mismos se tornan agresivos, y en ocasiones se lastiman entre ellos y también al personal.
“No hay psicofármacos, no tenemos tratamientos, no tenemos útiles personales para nuestros pacientes, no tenemos cómo brindarle a los pacientes la atención que necesitan, esto está muy crítico”, señaló.
Dios proveerá
Son 60 los viejitos que pasan sus días en el ancianato “San Martín de Porres”, en Rubio, donde una de sus cuidadoras, sor Fabiola Correa, señaló que dependen “de la Divina Providencia” para dar a estos abuelos el alimento y los medicamentos que necesitan.
“Estamos de alimentación y comida como está el pueblo venezolano. Es muy poco lo que se consigue, sin embargo, la divina providencia no falla y siempre confiamos en el Señor para que nada nos falte, seguimos batallando para atender a los ancianos que hoy necesitan de todos para estar tranquilos en esta etapa de vejez”, dijo la religiosa, quien pidió el apoyo de toda la comunidad.
Agregó que alimentarlos no resulta una tarea fácil. “No es fácil de verdad conseguir alimentos para los viejitos, primero porque están muy escasos y segundo sí se consiguen deben pagarse a precios muy exagerados y de verdad el ancianato no está en condiciones de pagar sobreprecios tan elevados, sin embargo estamos convencidos que Dios proveerá”, concluyó.
Como este, son varios los ancianatos del Táchira que han optado por pedir donaciones a través de la radio y de campañas en calle tipo “potazo”, en un intento por conseguir los alimentos que necesitan los pacientes en ellos recluidos.
