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Con árboles cerraron vía a la frontera, en protesta por los servicios públicos

La mayoría de las familias de la zona son propietarios de unidades de transporte de rutas cortas.

Habitantes de un puñado de pequeñas aldeas que conforman la zona rural entre los municipios Bolívar y Capacho viejo, obstaculizaron desde muy temprano el paso vehicular hacia la frontera entre Colombia y Venezuela, cansados de la falta de servicios públicos y las duras condiciones de vida que les han impuesto las restricciones por la pandemia de la COVID-19.

Unas dos mil personas viven en el área que concentra las aldeas de ambos municipios a lo largo de unos 30 kilómetros de carretera que conducen a la zona de frontera y en la que desde el inicio de la cuarentena se ha prohibido todo tipo de transporte público. Sólo circulan por esta vía vehículos militares y los camiones cargados de suministros que abastecen a los Puestos de Atención Social Integral (PASI) en los que concentran a los migrantes que retornan al país desde Colombia y otros países de Latinoamérica.

Irónicamente, la mayoría de las familias de la zona son propietarios de unidades de transporte de rutas cortas, pero ante la prohibición de suministro de combustible a particulares, se han quedado varados, por lo que caminar se ha convertido en la única opción para llegar a los pueblos cercanos.

“Yo puedo caminar pero los abuelos no”, dijo Diego Parada, vecino de la aldea Salado Negro, quien aseguró que para poder adquirir los alimentos deben andar al menos tres horas de ida y vuelta hasta la población de Capacho, pues en la zona no existen supermercados ni abastos, solo pequeños comercios familiares. “Estamos cansados de ver pasar todos los días camiones de comida para los PASI y a nosotros no nos llega ni siquiera la caja del CLap”, agregó.

María López, una ama de casa de la tercera edad, dijo que lleva 6 meses sin gas, “cuando no hay luz no puedo cocinar ni siquiera con leña, porque el humo me hace daño, y con los apagones se nos daña la comida que tanto trabajo nos cuesta conseguir”, se lamentó mientras señalaba que a sus años, nunca pensó tener que acostarse sin comer porque no tenía cómo preparar su alimentos.

Los manifestantes derribaron algunos árboles sobre la vía, decididos a impedir el paso hasta obtener respuestas, por lo que hasta el lugar se trasladó el jefe militar de la zona y el alcalde de Capacho Viejo, Rogelio Ontiveros, quien se comprometió a gestionar el abastecimiento de combustible a algunas unidades de transporte para que los pobladores puedan movilizarse a comprar sus alimentos.

Desde el inicio de la cuarentena social y colectiva para prevenir la propagación del coronavirus, se ordenó el cierre total de los accesos hacia los municipios de frontera en el estado Táchira, así como el suministro de combustible sólo a vehículos militares, policiales, personal de salud y transporte de alimentos, por lo que muchas comunidades rurales se mantienen sin acceso a los centros urbanos. 

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Eilyn Cardozo
Lunes, 18 de Mayo de 2020
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