José Humberto Jaimes Ayala, representante de la Comunidad de Naciones de Derechos Humanos en la Frontera ratificó que los corredores humanitarios están funcionando con normalidad, tanto para estudiantes como para pacientes que requieren tratamientos médicos y los mayores inconvenientes se presentan con los viajeros, quienes no pueden ingresar a Colombia a menos que vayan a un tercer país.
Para resaltar el hecho de que este lunes las oficinas del Consulado en San Antonio no mostraban la habitual fila de personas a la espera de sellar sus pasaportes, y aunque en el puente de San Antonio había relativa normalidad entre quienes aguardaban para pasar hacia Colombia, haciendo uso del corredor humanitario, las colas en el paso de Ureña eran kilométricas.
“Quienes aguardan para pasar han tomado sus previsiones, pero acá sólo hay estudiantes y personas que van a hacerse tratamientos médicos y tienen sus informes y toda la documentación requerida”, agregó Ayala.
Incomodidad e incertidumbre
José Cárdenas, habitante de San Antonio, dijo ver con preocupación el incremento de los controles por parte de Colombia, pues asegura que “aunque fuese pasando por la trocha, Cúcuta seguía siendo el aliviadero de quienes vivimos en los municipios de frontera”.
“Si usted se fijaba con atención, todos los que regresaban por el puente o por las trochas traían papel de baño, que en San Antonio hace meses que no se consigue; mucha gente pasa a buscar sus medicinas, porque aquí las farmacias están vacías; entendemos la reacción de Colombia, pero aquí la peor parte –como siempre- nos la llevamos los habitantes de la frontera”, apuntó
Ana Mesa es venezolana, hija de colombianos, y relata que toda su familia vive en Medellín. “Nosotros acostumbramos hacer un reencuentro familiar todos los años, al que vamos primos, tíos, abuelos… Somos una familia numerosa y todos hacemos el esfuerzo de juntarnos, pero ahora, con esta situación, los costos se nos triplican pues tendríamos que viajar de San Cristóbal a Caracas y adquirir un boleto internacional a Bogotá y luego a Medellín; cuando siempre hemos cruzado la frontera y nos vamos en un vuelo Cúcuta-Medellín”.