Serias deficiencias viene confrontando desde hace meses el Hospital Central de San Cristóbal, cuyos trabajadores han denunciado que la situación genera trágicas consecuencias para las familias de los pacientes que acuden a este centro en busca de asistencia médica.

Isabel Rodríguez, residente de Pediatría, señaló que no cuentan con catéteres umbilicales para tratar a los recién nacidos, por lo que deben comprarlos fuera del hospital u obtenerlos con donaciones. 

Señaló que por la falta de insumos mueren de 3 a 4 bebés prematuros a diario: “Se nos están muriendo los niños en el retén porque no tenemos surfactante pulmonar y son niños que pueden salir vivos de este hospital. Aquí lo que estamos haciendo es medicina de guerra”.

“Hay dos recién nacidos que comparten una cuna térmica cuando no debe ser así. Las incubadoras de la UCI todas se dañaron por falta de tarjeta madre y están en el 'cementerio', que es el ala que está al frente. No nos queda ni una incubadora nueva, y no podemos seguir así, porque no podemos permitir que los recién nacidos se nos sigan muriendo” dijo Anny Coronel, enfermera de la Unidad de Pacientes Neonatales.

La amenaza del zika

El encargado del área de Emergencia y Medicina Crítica del Hospital Central de San Cristóbal, Edwin Omaña, denunció que el hospital tampoco cuenta con mosquiteros para proteger a los pacientes sospechosos de tener zika, dengue o chicungunya. 

Calificó de grave que los pacientes no cuenten con ningún tipo de protección para evitar el contagio por picadura de zancudo entre quienes hacen vida o están recluidos en el Central.

“Hablamos de pacientes sospechosos porque no tenemos las maneras diagnósticas en el Hospital para decir qué tiene (…) la situación en la salud es muy difícil”, señaló al tiempo de explicar que son los laboratorios privados los que realizan la prueba para saber si el paciente padece de dengue o chikungunya, ya que no hay manera de confirmar el zika, porque en Venezuela no hay reactivos para esa patología. 

Omaña advirtió que de existir alguna complicación como el Guillan-Barré, en su mayoría son remitidos a la Unidad de Ciudades Intensivos –UCI-  donde no se cuenta con la cantidad necesaria de asistentes respiratorios o ventiladores para garantizar la vida de los pacientes.

Recientemente las autoridades regionales reconocieron la existencia de al menos 27 casos sospechosos de zika en el Táchira, sin embargo médicos aseguran que ya pasan de 54 los casos sospechosos solo en hospital central de san Cristóbal y esperan una declaratoria de emergencia regional para evitar  una epidemia.