Venezuela inició ayer una semana de flexibilización amplia en todo el territorio nacional, luego de registrar durante varios días un descenso en la cifra oficial de contagios, pero ¿cómo afecta esto a los habitantes del estado Táchira?; entidad en la que pese al relajamiento nacional, el estatuto radical se ha mantenido casi inalterado durante los últimos dos meses.

 Por su condición de estado fronterizo, Táchira es una de las dos entidades en Venezuela (la otra es Zulia) donde el abastecimiento de combustible se ha mantenido suspendido de forma permanente durante más de nueve semanas.

 Victoriano Contreras vive en San Cristóbal y trabaja en El Cobre, municipio José María Vargas, a unos 60 kilómetros de la capital tachirense, desde hace dos meses, para poder cumplir con sus obligaciones laborales se queda en El Cobre y regresa a su casa cada 15 días, para lo cual necesita comprar al menos dos pimpinas mensuales de gasolina, por cuanto no tiene acceso al abastecimiento establecido sólo para sectores priorizados.

 “Esperaba que esta semana, que se supone es de flexibilización amplia, se reanudara el suministro de gasolina a particulares, para poder al menos venir a casa una vez a la semana, pero no ha sido así, aquí aunque haya flexibilización en el resto del país, parece que la cuarentena radical llegó para quedarse”.

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 El domingo en la noche, horas después de que el presidente Nicolás Maduro anunciara desde Caracas el inicio de la fase de flexibilización amplia, la Mesa de Combustible del Táchira divulgó un comunicado en el que señala que las restricciones se mantienen en la semana del 20 al 27 de septiembre “para establecer los mecanismos necesarios” para aplanar la cifra de la COVID-19 en el estado.

 Pese a las restricciones, con flexibilización o sin ella los tachirenses poco a poco parecen haber ido perdiéndole el miedo a la pandemia, y cada vez más salen a la calle a intentar obtener el sustento diario.

 José Hernández, quien atiende una bodega en el popular sector de Barrio Sucre, relata que al principio de la pandemia, los vecinos se resguardaron, pero con el paso del tiempo, las cosas han ido cambiando.

 “Radical o flexible, la gente sale cumpliendo las medidas, especialmente los de la tercera edad porque son la población más vulnerable, a ellos los veo con el distanciamiento y el tapabocas, la mayoría lo hace caminando porque no tienen cómo mover los carros, en cuanto a los comercios, hay algunos que trabajan a puerta cerrada o con las redes sociales y delivery” acotó.

 En los municipios fronterizos de Táchira, además de las restricciones al combustible, durante la semana de flexibilización amplia también se mantiene el toque de queda impuesto por las autoridades en horario que va de 4:00 de la tarde a 10:00 de la mañana y que rige desde el pasado mes de marzo.