El pequeño Luis Fernando Díaz viene con su madre, Maritza Chirinos, desde San Cristóbal hasta Cúcuta, para tomar un vuelo a Chile.
Allí les espera el resto de la familia, Juan Carlos Díaz. Pasan por el puente internacional Simón Bolívar donde se detienen por un segundo a sellar pasaportes, pero también a respirar un aire de familiaridad y cercanía.
Justo al salir de Migración Colombia son atajados por el grupo de jóvenes del evento El Amor y la Cultura nos unen, que la entidad organizó como un espacio para promocionar los derechos humanos, la integración entre ambos países y el rechazo a la xenofobia.
Luis Fernando se unta las manos de pintura verde y talla la forma de su pequeña mano, de 6 años, en el muro de la huella de los inmigrantes, donde muchos escribieron sus mensajes de agradecimiento a Colombia por el recibimiento y acogida que ha tenido con los venezolanos.
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En el lugar hubo una muestra de pintura y música de artistas colombianos y venezolanos.
El director regional oriente de migración, Rafael Eugenio, explicó que el Gobierno nacional ha sido benigno con la migración venezolana, y siempre ha hablado de dos pueblos hermanos, dando muestra de fraternidad y cordialidad, sin dejar a un lado la migración segura y regulada.