Para el alcalde de Cúcuta, César Rojas, el presidente Iván Duque se equivocó con haber decretado el cierre de la frontera luego del concierto Live Aid Venezuela del 22 de febrero pasado.
Dijo que son decisiones que respeta, pero no le cabe duda de que fue un paso equivocado porque le dio pie al gobierno venezolano para que también cerrara la frontera, conminando a estudiantes, enfermos y personas en general a pasar por las trochas como animales.
De todos es conocido que cuando se transita por estos pasos ilegales se es objeto de atracos y amenazas, de extorsiones que tiene que pagar la gente por pasar por el río, algo que es absurdo, dijo Rojas.
Precisó que en las escuelas públicas de Cúcuta estudian 9.200 niños venezolanos, de los cuales a 3.000 se les presta el beneficio de transporte escolar.
Los otros 6.000 viven en Cúcuta, pero son venezolanos hijos de colombianos.
Rojas hizo un vehemente llamado a la comunidad internacional, en especial al Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr) para que interceda en esta crisis que tiene vulnerados los derechos de los niños.
Muchos niños se desplazan solos por las trochas y en medio de desconocidos.
Yo creo que aquí nos equivocamos cuando hablamos de ayudas humanitarias en el intento que se hizo de pasarlas hacia Venezuela el pasado 23 de febrero, porque esa misión estuvo fue en manos de los gobiernos y no de un organismo neutral como la Cruz Roja, dijo el alcalde de Cúcuta.
La travesía, muy peligrosa
Brando Sebastián Lara Rubio, residente en el barrio Mora, de San Antonio, no ha podido superar el impacto que le produce desplazarse por las trochas para venir a la Institución Educativa La Frontera, en Villa del Rosario, donde cursa séptimo grado de bachillerato.
“Son muy peligrosas, asustan, eso no me ha gustado, porque no son seguras para nosotros los estudiantes”, dice Brando Sebastián, quien confesó que por este motivo dejó de venir a la escuela por espacio de una semana, después del cierre de la frontera.
Este niño asegura que no solo son las condiciones topográficas las que dificultad el tránsito de los estudiantes, también se han presentado robos, sobre todo en la oscuridad de la madrugada, porque en su gran mayoría el cruce de la frontera por las trochas se produce en la más completa penumbra.
Otros estudiantes relataron que lo que más les llama la atención en su paso por las trochas es la gente extraña con la que se encuentran, muchos de ellos con los rostros cubiertos y armas de fuego.
Caminos quebrados y resbalosos es lo que se encuentran los estudiantes venezolanos que vienen a la escuela en Villa del Rosario.
La guerrilla, en la trocha
Leonidas Mancera, de 13 años, estudiante de segundo año de bachillerato en Cúcuta, pidió a la Cruz Roja Internacional intervenir para que a los niños no les siga tocando ir a la escuela en condiciones de extremo peligro.
“Hay mucha guerrilla a lo largo de la trocha y el miedo que le da a uno es que llegue el día en que empiece a reclutarnos a la fuerza, separándonos de nuestra familia, eso me da mucho miedo”, dice este estudiante.
Leonidas relató que caminar en la oscuridad es algo que lo tiene cansado a él y sus compañeros, porque el camino es resbaloso, de hecho ya varios amigos se han torcido los tobillos caminando por el pedregal del río Táchira.
Algo que tampoco le gusta es lo que hace el presidente de su país, Nicolás Maduro, de quien dice no está haciendo nada por defender los derechos de los niños. Lo vemos es bailando en la televisión. “Nos gustaría que alguien le haga ver el daño que nos está ocasionando a los niños, de tener que exponer nuestras vidas solo por la prepotencia”, dijo Leonidas.
Este viernes, muchos estudiantes denunciaron que encapuchados les estaban cobrando en la trocha dos mil pesos a sus papás para permitirles el regreso a San Antonio.
