Contrario a lo que esperaban los vecinos de La Parada y Viejo Escobal, el paso masivo de más de 500 mujeres desde Venezuela, no revivió lo suficiente el comercio en inmediaciones de los puentes, como para sobrevivir a la decadencia del sector.
Aunque hay posiciones divididas sobre el manejo de la crisis de frontera, algunos comerciantes de ambas localidades concluyeron que de la jornada del martes solo se beneficiaron los negociantes del centro.
“El aceite, el arroz, la mayonesa, todos esos productos venezolanos fueron revendidos”, dijo un vendedor.
A raíz de la corta reactivación ilegal, los comerciantes están a la expectativa de la pronta reapertura de las actividades mercantiles.
“Estamos quebrados”, afirmó Fredy Vargas, dueño de un negocio de llantas en La Parada, quien tiene todos sus trabajadores sentados afuera del negocio, a la espera de la reanudación de las relaciones binacionales.
“Antes, el contrabando era por parte de Colombia, ahora los venezolanos son los bachaqueros”, comentó un tendero, quien dijo que el Escobal Viejo está estancado “desde hace rato”.
Según dijo, ya han cerrado 30 locales comerciales, incluyendo el suyo.
Otros comerciantes señalan que la gente no pasa ilegalmente a comprar productos porque algunos mayores de la Guardia Nacional Bolivariana cobran entre 15 mil y 30 mil bolívares para pasar los productos hacia Venezuela.
Por ahora, las condiciones en estos puentes internacionales son tranquilas, con el flujo habitual de transeúntes y viajeros que pasan hacia Colombia por el corredor humanitario, sin aglomeraciones ni disturbios como los que se han presentado en Ureña, o Puerto Santander.
Mientras, los minoristas advierten el cierre de más locales comerciales.
La Opinión