Miles de tachirenses se volcaron una vez más a las calles, pero esta vez, atendiendo el llamado que una peregrinación con los patrones del estado, el Santo Cristo de La Grita y la Virgen de La Consolación.
La procesión comenzó a las 8 de la mañana del viernes, desde dos templos: la Basílica de Táriba con la réplica de la Virgen de Consolación y, desde la parroquia Santa Rosa de Lima en La Concordia con la réplica del Santo Cristo, y el Santísimo Sacramento, para encontrarse en la avenida Antonio José de Sucre, en la pasarela de Barrancas, donde se elevó una plegaria por Venezuela.
La actividad estuvo conducida por el obispo del Táchira, monseñor Mario del Valle Moronta y el presbiterio de la entidad, quienes impartieron un contundente mensaje sobre la actual situación que vive Venezuela, y en especial la frontera colombo-venezolana.
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“Estamos ante ti pidiendo por Venezuela, por nuestro Táchira y también por los hermanos de Colombia”, dijo el obispo al comenzar una oración en la que además manifestó la firme voluntad de paz y de progreso de todos los tachirenses.
Destacó Moronta que la Iglesia del Táchira “se hace pueblo para caminar junto a su gente”, y que Dios se encuentra “entre los brazos abiertos de la gente de frontera, solidaria con los migrantes y puente de fraternidad con los colombianos”.
Pidió por los enfermos renales, diabéticos y quienes necesitan tratamientos oncológicos “y que ahora deben aguantar, porque además del menosprecio, muchos tienen dura cerviz y no terminan de abrir nuevamente los pasos fronterizos”.
Destacó que “el pueblo venezolano clama por alimentos, por subsistir en un país lleno de riquezas pero expoliado por quienes prefieren sostener un proyecto inhumano”.
“Señor sacia el hambre de nuestro pueblo y toca el corazón de quienes deben no sólo pedir, sino también permitir el paso de la ayuda humanitaria, para que sea fuente de bienestar para nuestra gente…El pueblo clama por respeto, son muchos los que lo irrespetan, quienes se dedican al comercio de muerte de la droga, quienes se dedican a la corrupción para sostener su propio estilo de vida, quienes contrabandean, quienes especulan o bachaquean, quienes reprimen con violencia la protesta de nuestra gente, quienes en vez de tender puentes, o los cierran o profundizan las brechas y barrancos existentes”.
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Describió con dolor la situación de los miles de migrantes que atraviesan Venezuela para huir por la frontera con Colombia y caminar por las carreteras de Brasil y Ecuador y Perú hacia destinos inciertos.
Especial atención brindó a la situación de los pemones, “que están siendo atacados y asesinados al sur de Venezuela… mientras quienes deben velar por la Constitución, en vez de ponerse del lado de su pueblo, prefieren bailar olvidando lo que está pasando”, dijo en clara alusión a las recientes imágenes de Nicolás Maduro bailando en una tarima, mientras en el estado Bolívar se reporta la muerte de varios indígenas, donde además los heridos se cuentan por decenas.
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Cerró monseñor esta actividad con la bendición de Dios impartida hacia los cuatro puntos cardinales, bendiciendo especialmente al pueblo de Colombia, momento que fue acompañado por una cerrada ovación por parte de todos los presentes.
