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Miremos y organicemos nuestro patio

Especialistas analizaron frentes de trabajo que deben priorizarse en el cuatrienio: educación y migración.

La llegada de Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela, y el apoyo internacional de los pueblos de América y de la Unión Europea que lo respaldan, airearon la esperanza en los miles de venezolanos que quieren volver a su país.

El retorno de los migrantes se avizora en el horizonte mientras que, por ahora, se cuecen otros temas, como la polarización en la democracia y la amenaza de una guerra civil interna en el país bolivariano.

Pero mientras que en la esfera internacional a diario acontecen hechos que ponen al límite de la ansiedad a la nación venezolana, estremeciendo a su vez a la región del cono sur de América, llegó la hora de que el gobierno del presidente Iván Duque eche un vistazo a su patio para hacer frente a los retos que se avecinan.

Del lado de Colombia las cosas no pintan fáciles en este cuatrienio. Este 2019 empezó con la explosión de un carro bomba en la Escuela de Cadetes de Bogotá, razón que provocó el rompimiento de los diálogos de paz entre el Gobierno y el ELN. Pero en la inseguridad y en los acuerdos de paz no giran todos los problemas del Estado.  

El desempleo, según  la Gran Encuesta Integrada de Hogares -DANE 2018-, galopó sobre el 9,7% a corte de diciembre de 2018 a nivel nacional, mientras que en Cúcuta y su área metropolitana la cifra casi se dobló con un 16,3%. La ciudad es la segunda con mayor desempleo en el país.

La competitividad es otro de los retos que se deben medir en todas sus dimensiones y para eso se debería recurrir al último Foro Económico Mundial en el cual se replanteó un nuevo concepto el cual  orienta a los países a fortalecer 12 pilares que son: instituciones, infraestructura, adopción de las TIC, estabilidad macroeconómica, salud, habilidades, mercados de bienes, mercado de trabajo, sistema financiero, tamaño de mercado, dinamismo de los negocios y capacidad de innovación. ¿Colombia debería apostarle a todos los pilares?   

En este primer informe dos especialistas analizaron los frentes de trabajo que deben priorizarse en el cuatrienio: la educación y la migración. 

Educación: desafío para toda la sociedad

José Consuegra Bolívar, rector de la Universidad Simón Bolívar.


El 2018 fue para los colombianos un tiempo agitado en distintos escenarios. El cambio de la titularidad del Gobierno Nacional estuvo antecedido por una campaña electoral bastante movida, polarizada y hasta agresiva; una situación que siguió luego de la posesión del nuevo presidente de la República y se mantiene tras cada anuncio gubernamental o escándalo político que surge.

La educación, una de las áreas más importantes para el desarrollo social, termina el año con el paro estudiantil por la educación superior que comenzó el pasado 10 de octubre con marchas multitudinarias en todo el país, y que demandó largas horas de negociación entre los líderes del movimiento y los representantes del Gobierno.

Esta movilización logró poner sobre la mesa las necesidades del sector, específicamente las de las Instituciones de Educación Superior de orden público en materia de gastos administrativos, infraestructura y, sobre todo, inversión para la calidad. Los colombianos ahora son más conscientes de las condiciones en que se encuentran muchas universidades públicas por el lastre financiero que han arrastrado a lo largo de su existencia, que dificulta su buen funcionamiento. Ha sido un tiempo de aprendizajes para todos.

Por la complejidad y la antigüedad del problema no es procedente cargarle al actual Gobierno toda la responsabilidad por las falencias en financiación ni esperar que las soluciones se den mágicamente; pero sí es preciso aprovechar las nuevas ideas de los jóvenes que han encabezado esta movilización para buscar alternativas sostenibles para la educación pública y todo el sistema educativo, pues es innegable que solo a través de la suma de esfuerzos de todos los sectores será posible construir el país que queremos.

Este es uno de los más importantes desafíos de Colombia para este año, entendiendo que bajo el nombre del país se cobijan no solamente los miembros del Gobierno sino todos los actores de la educación y la sociedad, como beneficiaria. Pero además, por el hecho de que la educación es garantía de bienestar social, desarrollo, equidad y de esa paz que le ha sido tan esquiva a Colombia.

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Migración: un compromiso con nuestros hermanos venezolanos

Neida Albornoz, experta en estudios de frontera – Universidad Simón Bolívar.

Colombia asumió la crisis migratoria más grave del sur del continente con altura, aun sin contar con la experiencia de un país receptor de inmigrantes.

Luego de más de tres años de cierre fronterizo y tensiones diplomáticas, el Gobierno afronta el gran reto de la migración y las cifras hablan por sí solas: más de 1.1 millones de venezolanos están radicados en el país, informó Migración Colombia.

Sin políticas claras de comienzo para atender la situación humanitaria, surgida por la crisis, el Gobierno echó mano de las entidades existentes, y con el apoyo de las organizaciones internacionales, hizo frente al éxodo sin dar lugar a improvisaciones, y no con esto quiere decir que la atención no podría ser mejor. 
Quedó en evidencia que todavía hay pendientes por mejorar y debería asumirse que la migración no solo es un compromiso con los hermanos venezolanos sino una obligación por cuanto a que la Nación debe honrar los tratados y convenios internacionales suscritos por la defensa de los derechos humanos.

Eduardo Stein, representante del conjunto de ACNUR y OIM explicó que la atención humanitaria para los migrantes “ha sido una carrera contra el tiempo debido a la naturaleza, el alcance, el ritmo y la complejidad del fenómeno de desplazamiento que enfrentamos”. No hay que olvidar a las familias colombianas retornadas y familias venezolanas vulnerables que demandan servicios de salud, educación y trabajo.

Ciertamente, el migrante es un sujeto de derechos, así como también de obligaciones y aquellos venezolanos que han logrado la regularización e ingresar al mercado laboral formal ya sea en Colombia o cualquier país de acogida, es una persona que está contribuyendo con los servicios de salud y pagando impuestos, lo cual significa que no debe existir resquicio en la gobernabilidad.

Pero esta migración no ha sido del todo mala para los intereses de los colombianos, la presencia de los extranjeros formales dieron un empujón a la economía, la cual creció 0,5%  en el Producto Interno Bruto (PIB), según trazó para el 2018 el Ministerio de Hacienda.

En la frontera entre Norte de Santander (Colombia) – Táchira (Venezuela), los venezolanos aportan al desarrollo de la región gracias a que con el cobro de las remesas, que envían sus familiares inmigrantes de terceros países, se adquieren productos colombianos que estimulan el comercio de la región. 

Posiblemente está próximo el momento en que se detenga la migración venezolana; de ser así, en un futuro cercano, la tarea de la academia sería estudiar y analizar otro fenómeno migratorio.

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Sábado, 9 de Marzo de 2019
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