La protesta se produjo en horas de la noche del domingo y fue disuelta con una fuerte acción policial que culminó con 15 personas detenidas y una herida de gravedad que posteriormente falleció.
“A mi hija me la mataron y yo lo que quiero es que el que me la mató pague y que se haga justicia”, así comenzó su doloroso relato la señora María Esther Gómez, madre de Jenny Ortíz Gómez, víctima fatal de una protesta por escasez de alimentos que tuvo lugar en horas de la noche del domingo en las inmediaciones de un grupo de galpones y una despostadora de carne, en la carretera que conduce hacia la zona sur del Táchira.
Jenny Ortíz se desempeñaba como camarera en un motel y al salir de su jornada laboral se dirigió a su casa, ubicada en el Barrio Bolivariano, una invasión que rodea un grupo de galpones en uno de los cuales funciona la despostadora “Carnes Venezuela”.
Al llegar a la zona, Ortíz se percató de los disturbios y se apresuró a llegar a su casa, donde se dio cuenta que su hijo de 17 años no estaba. Acto seguido salió a buscarlo, pero al no encontrarlo y ante la intensidad de los gases lacrimógenos decidió retornar a su casa. Media cuadra antes de llegar se encontró en medio de un grupo de gente que era reprimida por los funcionarios policiales, que en gran cantidad acudieron a disolver la protesta y en medio de la confusión Ortíz recibió dos disparos de perdigones, uno en el rostro y otro a la altura de la cabeza.
La madre de 42 años de edad fue trasladada al Hospital Central de San Cristóbal, y recluida en la Unidad de Cuidados intensivos, donde falleció en horas de la madrugada del lunes, debido a la precariedad de su estado. Dejó huérfanos a dos menores, de 17 y 6 años.
Es de destacar que ni el Director de la Policía del Táchira, Amador Torres; ni el Director Regional de Seguridad Ciudadana, Ramón Cabeza; ni el gobernador del Táchira José Gregorio Vielma Mora, accedieron a declarar sobre lo sucedido.
Salimos porque no hay comida
Los vecinos de la zona se acercaron a la que fuese la vivienda de Jenny Ortíz para expresar sus condolencias a los familiares y enviar un mensaje a las autoridades: “Salimos a la calle a protestar por la comida, porque nuestros hijos se están muriendo de hambre; porque vamos con los niños a los hospitales, y no hay medicinas, no hay nada y vamos a seguir saliendo”, dijo Jaime Enrique Peña, residente del Barrio El Hoyo, otra de las comunidades aledañas al sitio donde sucedieron los hechos.
Según versiones de los propios vecinos, la protesta se produjo porque en un galpón aledaño a la despostadora, vieron descargar leche, arroz, avena y papel de baño. “Todo lo que no se encuentra en los supermercados lo tienen represado ellos allí”, dijo Ezequiel Valero, vecino del sector denominado La Invasión, al tiempo de agregar que “para esos galpones lo que entra es pura gente del gobierno, militares, ahí no entran civiles, de ahí salen camiones cargados a las tres y cuatro de la mañana. El decir de la gente aquí es que eso es de un hermano del gobernador Vielma Mora”, aseguró.
Por su parte Pedro Carreño, también habitante de la zona, denunció que la protesta fue reprimida de manera excesiva por los efectivos policiales. “Aquí tiraron bombas lacrimógenas dentro de las casas, tenemos niños y nos tocó tirarnos con ellos en el piso porque no podían respirar; los policías tiraron también piedras contra las casas y los carros que estaban en la calle”, aseguró al tiempo de responsabilizar a las fuerzas policiales por la muerte de Jenny Ortíz.
Interrumpen paso hacia la frontera
Pese a tensión reinante en la entidad por los acontecido durante la noche del domingo, las protestas no cesan en Táchira y a primeras horas de este lunes, un grupo de vecinos de Capacho Libertad, protestó por la escasez de alimentos y medicinas.
Elis Moscoso, habitante de Capacho libertad dijo que los motivos para realizar la protesta son “la falta de alimentos, la falta de gas, la falta de luz, la falta de medicinas, la falta de agua y la inseguridad”.
Carlos Chacón, representante del sector salud de los municipios Independencia y Libertad denunció que en el ambulatorio de la zona “no hay ni gasoil (acpm) para prender una planta eléctrica y cuando toca atender un parto durante la noche, los camilleros tienen que encender las luces de la ambulancia”.
Al lugar se hizo presente el alcalde de la zona, Alberto Gámez, de tendencia oficialista, a quien le exigieron gestionar soluciones afectivas para que en el Mercal del municipio aledaño les vendan los productos de primera necesidad.
“Nos tienen aislados, no tenemos con qué darle tetero a nuestros hijos, vamos a un supermercado y los anaqueles vacíos, y el ciudadano alcalde viene aquí a decirnos mentiras”, respondieron los habitantes ante las ofertas del burgomaestre, de que el próximo sábado coordinaría una jornada de venta de alimentos en el sector a través de los CLAP (Comités Locales de Alimentación y Producción).
Aseguraron que no se retirarán de la zona hasta que obtengan soluciones por parte de las autoridades del gobierno regional, tanto en materia de dotación de medicamentos e insumos, como de alimentos.
