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Puerto Santander fue mercado a cielo abierto con reapertura fronteriza

Al ritmo de la oferta y la demanda transcurrió el primer día de reabierto el paso binacional por esta zona.

Para los porteños no fue gran noticia el anuncio presidencial de la reapertura de la frontera; para ellos, el paso ya estaba abierto desde hace más de un mes.

Con un clima llevadero a pesar de los 34 grados centígrados, los nuevos visitantes de este municipio vieron como se ‘reinauguraba’ o aumentaba el mercado informal a cielo abierto a 55 kilómetros de Cúcuta. Las pocas calles y andenes fueron invadidos, ya no por ventas de ropa sino por artículos  alimenticios de primera necesidad.

Procedentes de apartados y cercanos municipios del vecino país como Colón, Coloncito, El Vigía, Santa Bárbara, La Fría y Michelena, entre otros, aglomerados iban y venían los compradores con fajos de billetes verdes en sus bolsillos. (Lea además Los vendedores en Puerto Santander, los más felices con la reapertura fronteriza)

En un marco multicolor y bullicioso, estilo mercado persa, algunos caminantes llegaban puesto por puesto para averiguar precios y hacer cuentas antes de requerir algún producto, mientras que otros ya iban a la fija y solamente exclamaban: “deme azúcar, pasta y arroz” y uno que otro agregaba: “tiene que caer”.

A veces el panorama parecía un carrusel, los compradores daban y daban vueltas en torno a esas dos manzanas del epicentro comercial en busca de mejores precios, las cuentas no les daban, el bolívar oscilaba en 2.38 y 2.40.

Los vendedores aprovecharon para recibir el pago en bolívares y facilitar las cosas;  los artículos que más demandan los venezolanos en esta población son el salchichón cervecero, seguido por el azúcar y el arroz; los siguen el aceite, las pastas y no podían faltar, el papel higiénico y los pañales.

El día transcurría al ritmo de la oferta y la demanda, los cambistas muy ocupados mientras los almacenes de ropa permanecían vacíos.

Mientras tanto en el paso del puente Unión, por ratos se convertía en un hormiguero, donde los venezolanos entraban y salían como Pedro por su casa; allí no operó la Tarjeta Migratoria; los funcionarios de Migración Colombia solo atinaban a hacer un control pedagógico, explicaban la manera de usar el formulario a quienes se lo pedían, para un posterior uso, en caso de que tuvieran que llegar hasta Cúcuta.

Por otro lado, un diligente patrullero de la Policía Nacional, hacía sus cuentas y decía respecto a la cantidad de visitantes: “Hay ratos en que he contado entre 35 y 40 personas por minutos, pero no es constante, a veces pasan 15 o 20”. Entre tanto Migración Colombia informaba al mediodía que los ingresos llegaban a 4.000.

Llama la atención la manera como miembros de la Guardia Nacional Bolivariana y patrulleros de la Policía Nacional de Colombia conviven en un ambiente de camaradería y se saludan después de cada cambio de guardia. Se nota una nueva tónica en las relaciones bilaterales.

Habilitaron el paso por Ureña

Aunque hasta el viernes pasado el gobierno nacional había anunciado que el paso por el puente Francisco de Paula Santander, que une a Cúcuta con Ureña, no estaría habilitado para el paso peatonal y seguiría como corredor humanitario, ayer pasado el mediodía se habilitó este paso. El único requisito era presentar la Tarjeta Migratoria.

Como era de esperarse, el flujo peatonal por este corredor fue reducido, ya que la mayoría de personas desconocían hasta ayer esta determinación. Se espera que hoy el flujo de personas sea mucho mayor.

César Obando | cesar.obando@laopinion.com.co

Sábado, 13 de Agosto de 2016
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