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Regresaron las ayudas, pero la tensión en la frontera sigue

Algunos aseguran que el pueblo seguirá luchando para que quienes están en Venezuela reciban los insumos.

24 horas después de que el Gobierno de Nicolás Maduro impidió el ingreso de cerca de 280 toneladas de ayuda a Venezuela, para brindar alimentos y medicinas a miles de ciudadanos, los venezolanos que se quedaron del lado de la frontera con Colombia tras el cierre de esta (y colombianos que se les han sumado), continúan enfrentándose con la guardia bolivariana para intentar cruzar al otro lado. 

Alrededor de las 10 de la mañana de este domingo, en el puente Francisco de Paula Santander, donde aún quedaban rastros de los vehículos con ayuda humanitaria incinerados el sábado, decenas de ciudadanos se fueron agolpando para tratar de cruzar hacia el otro lado y reunirse con sus familias. Algunos de ellos, al tiempo que les lanzaban piedras, invitaban a los policías que cuidaban la frontera venezolana a que abandonaran el Gobierno de Maduro y reconocieran a Juan Guaidó como su presidente legítimo. 

"Ellos son los que nos dispararon. Ayer (sábado) quemaron dos gandolas (tractomulas) de medicamentos y alimentos. Hoy estamos aquí porque somos de Venezuela y hemos intentado pasar pero no hemos podido. Nos dicen que somos traidores a la patria, pero necesitamos entrar y estamos desarmados", manifestó Yennis, una mujer que se estaba enfrentando con la guardia de su país y prefirió no decir su nombre completo por su seguridad. 

Yennis aseguró que pese a que la ayuda humanitaria fue nuevamente guardada en bodegas para que no se dañara, el pueblo seguirá luchando para que entre y las personas que la necesitan al interior de su país puedan tenerla. Añadió que llegó desde el pasado 22 de febrero a Colombia y no se ha podido regresar por el cierre de la frontera. "Tengo la misma ropa desde ese día, pero al otro lado tengo mi bebé. Hablé con él y me está pidiendo una galleta y leche, pero no tengo como llevárselo". 

Sin embargo, la mujer manifestó que espera que a Maduro le quede poco tiempo en poder porque su gobierno ya fracasó y el pueblo quiere algo mejor. Aseguró que ellos siguen peleando mientras él sigue bailando sin importarle los cerca de 300 heridos que dejaron los enfrentamientos de este sábado, ni los muertos. Yennis señaló que es enfermera de profesión, pero renunció a su trabajo porque no podía seguir viendo cómo los niños se morían de hambre. 

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"Estamos tratando de liberar a nuestro país y por eso seguimos aquí en la frontera que une Colombia con Venezuela. Somos un pueblo rico, pero no tenemos libertad. Queremos encontrarnos con nuestras familias, que las tiene secuestradas el régimen de Maduro. Por eso nos están lanzando bombas de gases con pimienta y que nos están haciendo daño. Quiero reencontrarme con mi familia", dijo, por su parte, William José Valiente Rodríguez, uno de los hombres que se enfrentó con la guardia bolivariana. 

De acuerdo con Valiente, al otro lado de la frontera también hay compatriotas que quieren que todo el país se reencuentre. Asegura que todos quieren la libertad de Venezuela y por lograr eso es capaz de seguir enfrentándose a las fuerzas armadas de su país sin tener armas de fuego en las manos. Sólo las piedras que pueda recoger por el camino. 

Videos que circularon este domingo por redes sociales mostraron que entre los manifestantes no había solo venezolanos. Algunos también tenían acento colombiano. 

Los uniformados venezolanos que custodiaban el paso fronterizo no cedieron un milímetro para dejar ingresar a los ciudadanos. Ni siquiera para permitir el paso de una mujer que perdió su bebé en una cesárea en Cúcuta y regresaba a enterrarlo en su país y a reencontrarse con su familia. 

Los manifestantes, con megáfono en mano, encabezados por el diputado Fernando Flores, les gritaban con las manos en alto que la dejaran pasar, pero fue en vano. 
Resistencia 
Daniela Sánchez Guerrero, una mujer venezolana que vive en el estado de Táchira, llegó desde las 6 de la mañana del viernes al Puente Simón Bolívar para intentar pasar ayuda a sus familiares que se quedaron al otro lado de su país. Llevaba cuatro rosas blancas marchitas en la mano. Eran para entregárselas a los guardias que estaban bloqueando el ingreso de los alimentos, pero no pudo hacerlo porque quedó relegada a la parte trasera de la muchedumbre que tenía como armas sus manos y algunas piedras para tratar de hacer mover los cientos de guardias, vallas y camiones atravesados que impedían el paso. 

"Yo vine para el acto de San Cristóbal quiero que pasen ya las gandolas para allá y que abran la frontera. Mi abuela tiene 95 años y es bipolar. No le consigo medicina y ella se está muriendo. Tengo a mi hijo aguantando hambre porque no le consigo ni alimento ni comida, ellos me piden comida", dijo la mujer venezolana mientras seguía empuñando con las dos manos las rosas maltratadas. 

Daniela, con la cara tostada por el sol y los ojos rojos por los gases lacrimógenos de la jornada decía que Maduro debía entender que la gente necesita alimentarse, tener buena salud. "Me quedo hasta que pase la ayuda humanitaria, tiene que pasar, esto no se ha acabado", decía mientras se acomodaba la gorra con la bandera venezolana que la protegía del sol. "No sé qué responderle a mi hijo cuándo me pregunta: 'mamá, qué puedo comer'". 

Wilson Sabier Palacio Acevedo, quién entró por 'trochas' el viernes, cuando ya la frontera había sido cerrada, aseguró que seguirá haciendo lo necesario para que su país sea libre. Esa fue la razón por la que se arriesgó a cruzar después. "Queremos un cambio político. Lamento que no haya podido entrar, pero me siento optimista porque es lo que todos queremos". 

Palacio añadió que Nicolás Maduro debe ceder y si no lo hace está dispuesto a ver una intervención de otros países. "Sabemos que a nivel mundial están haciendo reuniones y el Gobierno de Nicolás Maduro va a tener que irse tarde que temprano porque ya no aguantamos más". 

Algo similar opina Sanín Correa, quien con los ojos rojos y una bomba aturdidora en la mano dijo que lo que pasó fue solo el inicio de la la lucha, que el pueblo seguirá luchando por la libertad. "Mi familia está allá del otro lado, pero yo no solo lucho por ellos, sino por las demás personas que están allá pasando hambre. Hay que seguir intentando". 

Por ahora, pequeños grupos de venezolanos siguen tratando de pasar la frontera, al mismo tiempo que se mantiene la expectativa por lo que pueda pasar este lunes luego de la reunión del Grupo de Lima en Bogotá, con la participación de Juan Guaidó y el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence.

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Colprensa
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Domingo, 24 de Febrero de 2019
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