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Tienditas, posible punto de acopio humanitario en la frontera
El puente no sería el punto de entrega, sino que desde allí la ayuda sería distribuida a territorio venezolano.
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Domingo, 3 de Febrero de 2019

El puente binacional Tienditas y su moderna estructura podría ser el punto de recepción de ayudas humanitarias provenientes de la cooperación internacional que se destinarán a los venezolanos, según comentaron fuentes cercanas al proceso de apoyo al vecino país.

La decisión es evaluada por el Gobierno Nacional, que este lunes en la madrugada, según conoció La Opinión, recibió una primera parte de esos auxilios, para ser despachados posteriormente a Cúcuta.

En los próximos días se espera, igualmente, avanzar en la logística, la consolidación de cooperantes y la coordinación para distribuir los víveres, enseres, medicinas, entre otros aportes que el presidente Iván Duque se comprometió a reunir en la capital nortesantandereana, ciudad que será uno de los centros de acopio de ayuda internacional, junto con otros dos sectores en Brasil y el Caribe.

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Vale aclarar que, hasta donde se sabe, el puente no sería el punto de entrega de la ayuda, sino que desde allí sería distribuida a territorio fronterizo venezolano para que los ciudadanos la reciban en su propio país, por parte de organizaciones civiles.

Fuentes que conocen el proceso que se está adelantando, aseguraron que este es, además, un ejercicio para demostrar que el autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, tiene el control  para el ingreso de lo que se envíe a su país.  

Entre los cooperantes clave se destaca Usaid, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, cuya respuesta al fenómeno migratorio dejó en 2018 ayudas por 13 millones de dólares, destinados al Programa Mundial de Alimentos de la ONU y casi 3 millones de dólares más a oenegés que dan asistencia alimentaria de emergencia a venezolanos, repatriados colombianos y comunidades de acogida. 

Sin embargo, se seguirá buscando el apoyo de otros cooperantes, con el fin de ampliar el rango de auxilios requeridos.

Otra pieza clave en la organización y distribución de ayudas sería la Cruz Roja, entidad que atiende la crisis migratoria desde agosto de 2015. 

De aprovecharse la infraestructura física y tecnológica de Tienditas, se sacaría partido a una edificación binacional que costó 35 millones de dólares, aportados por los gobiernos de Colombia y Venezuela, pero que por la crisis fronteriza no fue aprovechado para el tránsito entre ambos países.

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Algunas preocupaciones

Pese a que el propósito del presidente Duque es, según dijo, garantizar el compromiso de Colombia con el apoyo humanitario que requiere Venezuela, para algunos analistas la situación no es tan simple, dada la injerencia del gobierno de los Estados Unidos.

El senador de la Alianza Verde, Antonio Sanguino, afirmó que comprometer a Cúcuta en acciones humanitarias en cabeza del autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, con el apoyo de los Estados Unidos, “es una enorme irresponsabilidad”.

“La información que está circulando es que el diputado Guaidó va a iniciar unas acciones humanitarias usando territorios de países vecinos, para adelantar acciones humanitarias”, dijo. “Ese es otro paso más en el involucramiento de Colombia en la crisis venezolana que puede derivar en un conflicto bélico con Venezuela”.

Sanguino, quien además integra la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, advirtió que esta decisión podría generar una reacción adversa del gobierno venezolano, en especial porque “estamos ante una persona, del otro lado de la frontera, que tampoco es que esté gobernado por la racionalidad”.

“Eso me parece un acto de provocación, en una situación que no es nuestro problema”, declaró. “Lo que deberíamos hacer es facilitar el diálogo político entre las partes enfrentadas, que permita una transición pacífica”.

Por su parte, el profesor de la Universidad Nacional de Colombia, Víctor de Currea Lugo, manifestó que la acción humanitaria debe ser “neutral y desinteresada, no atada a una agenda política”.

El experto recordó que en Irak, el gobierno del expresidente George Bush planteó tres frentes de batalla: militar, diplomático y humanitario, y señaló que “querer convertir lo humanitario en parte de las operaciones militares es negar per se lo humanitario”. 

“Lo que se ve ahí no es un centro de acopio con fines de preocupación por los venezolanos, sino parte de una estrategia militar de presión sobre Venezuela”, comentó. “Si el gobierno del presidente Duque estuviera preocupado realmente por los venezolanos, permitiría mayor acceso a la salud o evitaría el abuso laboral al que son sometidos, por parte de los empresarios colombianos oportunistas”.

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Ronald Rodríguez, director del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, recordó que la canalización de la ayuda humanitaria es, sin duda, una estrategia del gobierno de transición de Guaidó, pero enfatizó en que “se corre el riesgo de que la ayuda sea interpretada como una tendencia política, porque ha sido el presidente interino el que ha solicitado el envío de la ayuda”.

Por ello, indicó que lo más acertado sería que organizaciones civiles e iglesias se encarguen de distribuir cualquier auxilio que urgen opositores del gobierno de Nicolás Maduro, y quienes aún tienen filiación con el chavismo, teniendo en cuenta que la tragedia humanitaria es general.

Sin embargo, insistió en que Colombia debería jugar un rol más mesurado en este proceso, para evitar que los ánimos se caldeen en la zona de frontera. 

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