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Así se siente la fiebre tricolor en el Mundial de Rusia

En Moscú los cafeteros también tendrán mayoría en el estadio y jugarán como en casa.

La inmensidad de la capital rusa, con sus más de 13 millones de habitantes, no fue superior al entusiasmo de la afición colombiana, que si bien no se vio en masa como por las calles de Saransk, Kazán o Samara, en Moscú la tricolor también tendrá mayoría en el estadio y jugará como en casa.

La extensión de más de 2.500 kilómetros cuadrados de la gran sede principal de la Copa Mundial de la Fifa Rusia-2018 impidió que los colombianos se concentraran en ciertos lugares para hacer notar la alegría que nos caracteriza, por eso se vieron dispersos en los días previos, con una buena masa en la Plaza Roja y sus alrededores, sin embargo, desde el mediodía moscovita, los alrededores del Spartak Stadium empezaron a sentir el calor colombiano.

Aficionados de todas partes de Colombia, de Apartadó, de Armenia, de Ciénaga, de Pereira, de Bogotá, de Medellín y de muchos otros países donde viven los compatriotas, fueron los embajadores en Moscú de los 50 millones de connacionales que hacen fuerza desde casa y envían sus energías hasta Rusia.

Fundada en 1.147, Moscú es la capital de Rusia, la ciudad más grande del país y de Europa, que tiene como centro histórico la Plaza Roja, la Catedral de San Basilio, el Kremlin y la residencia oficial del presidente ruso, pero también cuenta con el famoso Teatro Bolshoi, la Galería Tretyakov y el Museo Estatal de Bellas Artes Pushkin.

El Metro de Moscú, además, es el primer y más grande sistema masivo de transporte de la URSS. Fue fundado en 1.935 y es una de las redes subterráneas más bellas del mundo, de hecho, algunas de sus estaciones forman parte de la lista de patrimonio cultural de la Unesco.

Y aquí es donde la Selección Colombia de Fútbol buscará dar otro golpe a la historia, a la grandeza, al fútbol mundial, cuando se mida contra la Selección de Inglaterra, la campeona del mundo de 1.966, un país lleno de historia, pero todo eso no afecta la fe de los aficionados colombianos, quienes poco a poco se empezaron a acercar al imponente estadio rojo y blanco del Spartak, con la estatua de Espartaco al ingreso, digno para una batalla de gladiadores, para una rebelión de los chicos, contra los grandes.

Con capacidad para 45.000 espectadores, la construcción del estadio revivió los planes para abrir una estación de metro cercana, un proyecto suspendido hace 40 años. Spartak es la segunda estación de metro que lleva el nombre de un club de fútbol, el otro es Dynamo. La plaza fuera del estadio es el sitio de un monumento a un gladiador, considerado como un símbolo del FC Spartak, el equipo local del estadio.

Este estadio ya recibió las rebeliones de Islandia contra Argentina y Senegal frente a Polonia. También vivió el dominio de Bélgica sobre Túnez y el de Brasil contra Serbia, para ahora abrir sus puertas a su último espectáculo de este Mundial, a su última batalla, al duelo entre los ingleses y los colombianos. 

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Colprensa
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Martes, 3 de Julio de 2018
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