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Colombianos, apetecidos en las ligas del mundo
Las cifras que han ido en aumento obedecen al trabajo en las divisiones menores de los clubes profesionales.
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Colprensa
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Viernes, 26 de Abril de 2019

Colombia, por tradición, es un país exportador de futbolistas. Así lo ratifica el último informe (2018) del Cies Football Observatory, grupo de investigación del Centro Internacional de Estudios Deportivos con sede en Suiza, en el que el país aparece noveno en el ranquin mundial y tercero de Suramérica con 327 jugadores. Lo encabeza Brasil con 1.236, seguido por Francia (821) y Argentina (760).

Las cifras que han ido en aumento obedecen al trabajo en las divisiones menores de los clubes profesionales y aficionados que basan gran parte de su estabilidad económica en este rubro, como lo señalan los presidentes de Medellín y Nacional, Michael Gil y Juan David Pérez, respectivamente.

Pero, ¿cómo se ha transformado este negocio? ¿Cuál ha sido la tendencia histórica de ventas: arqueros, defensas, volantes o delanteros?

Aunque hubo momentos importantes en los que el país transfirió guardametas como Óscar Córdoba, Miguel Calero y Farid Mondragón, y zagueros de la calidad de Andrés Escobar, Iván Ramiro Córdoba, Mario Alberto Yepes y Jorge Bermúdez, la resonancia internacional del balompié colombiano la han dado los volantes y atacantes, especialmente en la última década con Falcao García, Carlos Bacca, James Rodríguez y Duván Zapata, entre otros.

Para entender mejor esta transformación hay que señalar que el factor económico marca una gran diferencia en estos negocios. Por ejemplo, David Ospina, el guardavallas titular de la Selección y quien juega en el Nápoli de Italia, está cotizado en 5 millones de euros, en tanto que el creativo James (Bayern de Múnich) cuesta 65 millones y el artillero Zapata (Atalanta), que no es inicialista en el conjunto tricolor, hoy en día vale 35 millones de la moneda europea, de acuerdo con Transfermarkt, sitio web alemán especializado en fútbol.

Sin embargo, hay excepciones y esta, en el caso nuestro, se concreta en el joven zaguero Dávinson Sánchez, del Tottenham inglés, por quien el club que pretenda sus servicios tendría que pagar 45 millones de euros.

Goles que valen oro

El primer futbolista profesional colombiano que actuó en un club del exterior fue el arquero barranquillero Efraín “Caimán” Sánchez, entre 1948 y 1949 en el club San Lorenzo de Argentina. Pero la demanda mayor a lo largo de la historia ha sido por delanteros con olfato goleador.

En la década del 70 Víctor Campaz y Ernesto Díaz se fueron para España y Bélgica, sin mucho éxito. Otros nacionales, como Miguel Guerrero, Carlos Castro y Albeiro Usuriaga probaron suerte más tarde (años 80) en Europa y empezaron a abrir la puerta que definitivamente consolidaron Faustino Asprilla e Iván René Valenciano en los 90. Hoy, Colombia se da el lujo de tener goleadores en las principales ligas del mundo.

El entrenador Jesús Ramírez, fundador del club Estudiantil, del que surgieron Róger Martínez (jugó en las ligas de China y España y ahora en México), Santiago Arias (Atlético de Madrid) y Andrés Ricaurte (DIM), dice que los equipos europeos casi siempre ocupan las plazas de extranjeros con delanteros foráneos. 

“Lo que ellos no producen tanto, en Colombia abunda”. Y añade que los empresarios buscan jugadores potentes y veloces, por los que están dispuestos a pagar cifras importantes. Este tipo de deportista se encuentra especialmente en las costas Atlántica y Pacífica por su biotipo.

Guillermo Londoño, quien trabaja para el Manchester City detectando talento en Suramérica, asegura que para ellos no importa tanto la posición del deportista, “sino la condición técnica”. Pero tampoco puede negar que los goleadores valen oro y nuestro país está en la jugada.

Trabajo integral

Para Jaime Pabón, actual fundamentador en Atlético Nacional y quien entrenó por un tiempo a Rafael Santos Borré, la exportación de futbolistas colombianos está equilibrada para las diferentes posiciones en la cancha. Para muestra, los defensas Dávinson Sánchez (Tottenham), Yerry Mina (Everton), Santiago Arias (Atlético de Madrid) y Felipe Aguilar (Santos), y los volantes Nicolás Benedetti (América de México) y Jorman Campuzano (Boca Juniors). “Estamos en un gran momento, con aceptación en México, Suramérica y Europa). Las actuaciones de los goleadores son sonoras, pero las demás también se valoran. Nuestros deportistas tiene un nombre ganado y marcan diferencia”.

De acuerdo con Pabón, en los clubes se trabaja igualmente para todas las posiciones y por eso el surgimiento de figuras. “Los entrenadores son capacitados, se han preparado y los frutos lo demuestran. Sucede en los equipos profesionales y en las divisiones menores”, apunta el exjugador y ahora formador de talentos.

Así funciona el negocio de juveniles

El cazatalentos Guillermo Londoño explica que los elencos europeos casi siempre buscan futbolistas “que marquen diferencia de la mitad de cancha hacia adelante”.

En Colombia, él está pendiente de los clubes profesionales y aficionados, y asiste a los torneos nacionales.

También acude a campeonatos suramericanos, pues asegura que la competencia internacional da luces para saber si un jugador puede rendir.

Cuando un muchacho pasa todos los filtros y entra en lista de una posible negociación, debe tener en cuenta que ese apenas es el comienzo de una etapa exigente. Los clubes grandes adquieren los derechos deportivos y ceder al jugador a otro elenco o filial. Si se destaca allí puede llegar definitivamente al equipo que lo compró y los valores del negocio se incrementan.

Según trasnfermark a Marlos Moreno lo compró el Manchester City a Nacional por 5,5 millones de euros. Lo cedió a La Coruña, luego al Girona, al Flamengo y a Santos Laguna. Aún no le alcanza para ir a Inglaterra. 

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