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El expreso de Gales y su eterna crisis

Diferentes lesiones le han impedido a Gareth Bale participar en 79 partidos oficiales con el Real Madrid.

De ser la estrella del Tottenham a jugar en Real Madrid, todo brillaba para Gareth Bale, en 2013. Cuando fue fichado por el Real Madrid, llegaba a la capital española con gran expectación y todo para dar.

El expreso de Gales ya estaba aquí. Vino la primera temporada, que no empezó con buen pie, pero bueno, era la primera vez, se estaba adaptando, apenas normal.

Poco a poco empezaba a galopar a base de entrenar, correr y, por supuesto, jugar. Un tiempo después todo parecía marchar con normalidad. Bale se había adaptado, pero poco le duró, no la adaptación sino el cuerpo, y así empezaron a llegar  las  lesiones y desde entonces ya llevamos 20 o más.

El soleo, el tobillo y, por último, una rotura fibrilar, en su gran mayoría todas musculares, estas lesiones le han impedido participar en 79 partidos oficiales con el equipo en la Liga, Copa, la Champions e incluso en el Mundial de Clubes. Ahora, el expreso de Gales resulta más conocido por las lesiones que por su galope y su juego. 

Bale era un hombre de Champions, lograba marcar en casi todos los encuentros del Real Madrid en dicha competición, sin embargo, la Liga se le daba peor. Aunque participó enérgicamente en la Copa del Rey, con aquella carrera en la que incluso se salió del campo, jugada en la que recibió, corrió y marcó gol, partido en el que el Real Madrid fue campeón.

El galés, también anotó en Lisboa, en aquella anhelada 10 Copa de Europa, en la que el Real Madrid se impuso al Atlético de Madrid.  Todo iba bien, hasta que las lesiones fueron más intensas y constantes. Por eso no jugó en su natal Cardiff la final de la  Copa de Europa,  en la que el equipo merengue se coronó por duodécima vez campeón de este competición. Todo por lesión. 

Así las cosas, en un ambiente caótico, el galés parece seguir adelante,  ha jugado los partidos que ha podido con su selección y con su equipo.

En su casa, el Real Madrid, tienen un control perfecto sobre sus rutinas, tienen muy controlados detalles como la comida, el sueño, aparte de la actividad física. De hecho, no se explican el por qué se lesiona tanto, es más, se ha llegado a pensar que es una cuestión genética o sicológica, porque parece que los nervios le juegan malas pasadas a Bale y por eso se sobrecarga. 

A día de hoy, lo cierto es que si Bale no galopa y lo da todo con sus carreras, no aporta nada al equipo, es su mayor fuerte, pero también su talón de Aquiles, porque en cuanto se pone a tope se rompe.

Este hombre tiene una dualidad bastante complicada, que no le ayuda en nada, si va a tope se rompe y si no, no aporta al equipo y tampoco es garantía de no lesionarse. Entra y sale de convocatorias con facilidad por sus débiles recuperaciones y juega poco, porque, en cuanto sale de una lesión son pocos los partidos que logra finalizar sobre el césped.

Verónica Caicedo | Especial para La Opinión

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Sábado, 23 de Diciembre de 2017
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