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La nueva casa del Atlético de Madrid es el Wanda Metropolitano

El estadio se preparó con una cubierta blanca con luces rojas, como no podía ser de otra manera.

La nueva casa de los Atléticos, o de los Atletistas, como les queramos llamar, se engalanaba el 16 de septiembre de 2017 para recibir a sus más fervientes seguidores, amigos, vecinos, curiosos, extranjeros y cuanto público se quisiera acercar.

Todos a la expectativa y con los nervios propios de la primera vez, el sitio, el aparcamiento, los accesos, las entradas, el campo, el metro, el reencuentro con los antiguos compañeros de sitio, los nuevos compañeros y hasta el bar para hacer la previa. No faltaron las apuestas, ¿quién marca el primero?, ¿quién gana?, ¿a quién le sacan la primera amarilla?, ¿habrá expulsados?, en fin, un sin número de preguntas de las cuales no importaba la respuesta, el hecho es que cualquier cosa sería histórica.

Desde muy pronto la gente empezó a llegar, todos muy preocupados por lo que podía ocurrir, sin embargo, sin ningún contratiempo, hubo aparcamiento, metro y calle para llegar, todo quedó en unas cuantas fotos, el paseo y la fan zone. 

El Wanda Metropolitano se preparó con una cubierta blanca con luces rojas, como no podía ser de otra manera, pantallas que anunciaban ‘Atlético-Malaga, Jornada 4’, la tienda del equipo con distintos souvenires, como camisetas y el póster conmemorativo, por supuesto, la bufanda del partido, en fin, todo histórico. Además, una fan zone con DJ en vivo y una zona de food trucks muy americana que ofrecía una variedad de comidas y bebidas. Fuera, un poco lejos, pero aun en las inmediaciones del estadio, algunos bares que se vieron desbordados por la llegada de los rojiblancos.

19:00 y abren puertas, todos adentro que hoy es la inauguración. Efectivamente, la llegada no defraudó, aunque a uno que otro acabado habrá que hacerle un retoque, claro, es que esto no es el Calderón, la cosa ha cambiado. 

20:30 y empiezan los primeros acontecimientos, con rey y todo dentro, caen los paracaidistas de la aviación española, un clásico del Atleti con el balón, una bandera rojiblanca y una bandera de España. Posteriormente, hicieron eco conmemorativo de los estadios que han sido sede del club. Seguimos...suena el himno, y... primera incógnita ¿yo me voy al manzanares al estadio Vicente Calderón?, de momento, sin cambios, se cantó el mismo, por incongruente que fuera. 

Hizo el saque de honor Gárate, Fernando Torres. Hubo foto del primer once y empieza el partido, ¿contra quién? el Málaga, un equipo andaluz dirigido por Michel, madridista por excelencia. ¿Árbitro? José María Sánchez Martínez, el primer córner fue para el Atleti, la primera falta la hizo Koke, del Atleti, el primer fuera de juego fue del Atleti, primer cambio, también del Atleti, Carrasco por Thomas, primer saque de banda para el Atleti, primera amarilla para Carrasco del Atleti, y el esperado primer gol también fue del Atleti, a pase de un argentino y convertido por un Francés, no pudo ser de un español, pero al fin y al cabo gol. 

Mientras esto sucedía, en la grada el frente atlético distribuido a pie de campo en el fondo sur animaba a su equipo, sin embargo, el resto del estadio se levantó apenas unas pocas veces, aunque el frente les insistía, muchos aplausos y hasta pitadas. Minuto 93 pitada final, gana el Atleti 1-0, vuelta al campo de los jugadores y unos fuegos artificiales para celebrar.

¿Qué nos queda de esta primera noche? Luces y sombras, por supuesto, todo histórico. Del lado futbolístico, poco control, muchos pases perdidos, poca efectividad de cara al gol y poco centro del campo. Del estadio, silletería buena, pasillos amplios, seguridad, espectacular juego de luces, por el contrario, mucho hormigón, mucha escalera, los accesos para coches, recoger los residuos de la obra y... promesas por cumplir, escaleras mecánicas, wifi y calefacción.

Del lado de la afición, con el Calderón casi olvidado, se empieza a perder el ambiente de animación y canto, luces de que el Atleti ya no es tan pequeño y el estadio tampoco. Pocas levantadas, muchos aplausos y hasta pitadas. No dudo que el sentimiento lo hayan perdido, pero poco a poco la esencia se empieza a desvanecer. Este año el reto es gritar aún más fuerte y lograr que tiemble una mole llamada Wanda Metropolitano, esto con 68.000 sillas es posible.

Juliana Caicedo Buitrago | Especial para La Opinión

Domingo, 24 de Septiembre de 2017
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