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Anuncios económicos de 1935 (I)
La particularidad que se destacaba en esa época era la familiaridad con que se trataba de comunicar los servicios y productos ofrecidos
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Sábado, 22 de Octubre de 2022

En el año en mención, la divulgación publicitaria de las empresas cucuteñas en la prensa local titulaba esa sección como “Anuncios Económicos”. La particularidad que se destacaba en esa época era la familiaridad con que se trataba de comunicar los servicios y productos ofrecidos. Era usual que fuera el propietario quien los ofreciera y como el pueblo era ‘pequeño’ sobraba indicar la dirección del establecimiento, escasamente se hacía referencia a los sitios destacados de la ciudad como los parques o iglesias. Para entonces los teléfonos eran tan escasos que ni siquiera se mencionaban en los avisos, tenían apenas dos dígitos y los más nuevos, tres, las placas de nomenclatura de las casas indicaban la distancia (en cuadras de 80 metros) desde el punto de inicio de la numeración; como subsiste aún hoy, sólo que la notación se inicia desde la esquina donde comienza. Sí se ha mantenido el concepto numérico que utiliza los números pares en los accesos de los inmuebles en el costado derecho de la calle que aumenta a medida que se aleja del punto de partida, y los impares en los de las entradas en el lado opuesto de la calle.

Un ejemplo de lo anterior se aprecia en el anuncio publicado por don Avelino Ramos propietario de la sastrería que llevaba su nombre y que decía: “Eso es así…” quien aspira a ser un perfecto caballero se viste de pies a cabeza  en la sastrería de Avelino Ramos, avenida 5° Nos. 147 a 151.

Y así sucesivamente vamos viendo toda clase de avisos que anuncian las drogas y medicinas del momento, así como algunos productos de higiene y cosméticos, los alimentos nacionales e importados de mayor demanda y los servicios más utilizados y de mayor necesidad.

De los almacenes y productos anunciantes en ese año, sólo quedan algunos que han sobrevivido al paso del tiempo como la Droguería Ruiz y el hotel Pálace, ambos situados en direcciones distintas a las de hoy; en cuanto a los productos publicitados entonces solamente alcanzamos a recordar el cigarrillo Pielroja de la Compañía Colombiana de Tabaco, cuya imagen no ha sufrido cambios desde su lanzamiento.

He agrupado los avisos de acuerdo con su temática, de manera que veremos series de anuncios relacionados como un todo, por ejemplo empezando con los medicamentos y similares. Don Víctor M. Pulido, uno de los más conocidos comerciantes de productos farmacéuticos, a quien la gente le había puesto el mote de “yodoformo” era el agente en Cúcuta del producto “Geniol” al que promocionaba así: “… Señora, para sus malestares tome Geniol. Niño, para sus fiebrecitas tome Geniol. Adulto, para sus guayabos tome Geniol. Anciano, para sus resfriados tome Geniol.”  El sitio de venta quedaba, como decía el aviso, junto al correo.

La Botica Estrada, de cuyos propietarios habíamos escrito en una crónica anterior, pues eran de los pocos profesionales que habían sobrevivido al terremoto y mantenido el negocio desde entonces, anunciaba el “Preparado Gotas 800” y aclaraban que ‘antes era llamado Dep. Gotas 914’. Encabezaba el anuncio: “No más sufrimientos. Padece usted de reumatismo, dolores en los huesos, úlceras, tumores, etc.? No se desespere. Tome un frasco del afamado producto “Preparado Gotas 800”, el único legítimo.

Las Rentas Departamentales del Norte de Santander, con su fábrica de licores y alcoholes, elaboraban una línea de “Aguas de Tocador” que publicitaba ampliamente. Decía el aviso: “… cuando usted necesite ‘Aguas de Tocador’ no se decida a la presentación más o menos atractiva, solicite CALIDAD y quedará satisfecho. Las Aguas de Tocador superan a todas sus similares porque en su presentación sólo se usan esencias de primera calidad de procedencia francesa, porque el alcohol que para ella se somete a una redestilación y porque sus precios son los más económicos.

Las Aguas Perfumadas de las Rentas Departamentales del Norte de Santander. Prefiera la industria regional que es riqueza que vuelve a usted trasformada en obras de utilidad pública. No hacerlo es egoísmo, es incomprensión de solidaridad máxime en el presente caso donde el producto es proclamado y reconocido como superior al extraño.

Las Rentas Departamentales del Norte de Santander ofrecen a usted: Agua de Colonia; Agua de Quina; Agua de Florida; Agua de Kananga, todas en presentaciones grande y mediana; Bay Rum y Alcohol perfumado.

Solicítelas en la Asentía y en todos los establecimientos importantes.”

La misma institución, pero en este anuncio mencionaba la “Fábrica de Licores del Norte de Santander” ofrecía el “Anisado Pichón”, un producto superior; seco y dulce, Ron Boy, Ron Zulima, Ginebra y cremas de cacao y de café y el insuperable “915”, rival del brandy; Aguas perfumadas extrafinas.” El aviso no traía nada más, sin dirección ni sitios de distribución, aunque todo el mundo sabía dónde comprarlos.

El doctor Villamora era un médico muy famoso por los años de la primera mitad del siglo XX, afincado en Cúcuta, pero de renombre tanto en Colombia como en Venezuela. Estableció una botica a principios de los años treinta o finales de los veinte y se había dado a conocer entre el público por su famoso depurativo que llevaba su nombre. En esta ocasión y ya posicionada su inigualable receta, ofrecía además, todo un surtido para la industria médica, clínicas y hospitales y algunos productos para el cuidado de pacientes en casa.

Leemos en el anuncio: “Depurativo del doctor Villamora… tomarlo es curarse.” Agregaba: “La Botica del Doctor Villamora, recibió: Telas de caucho para camas; colchoncitos de caucho en colores, inflados con aire para camas de niños. aparatos para esterilizar la leche de los niños. Aparatos. Densímetros para examinar la leche y conocer cuánto tienen de agua o materias extrañas. Fajas de caucho para el estómago. Fuentes de caucho adaptables para agua caliente. Bolsas para agua. Aceite de aguacate legítimo. Crema egipcia, etc., etc. Servicio rápido a domicilio, pida al teléfono 312”. Nótese que ya para esa época se ofrecía el servicio domiciliario a pesar de los pocos teléfonos disponibles. Es posible que el doctor Villamora sea uno de los pioneros de este beneficio en la ciudad.

Continuaremos exhibiendo estos avisos en la próxima crónica.

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Redacción
Gerardo Raynaud D.
gerard.raynaud@gmail.com

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