Esbozos de órganos
El equipo de Jacob Hanna fue más lejos.
Desarrolló estructuras similares a un embrión de ratón de ocho días, es decir, un tercio de la gestación, y en un momento en que los órganos comienzan a diferenciarse.
Para ello, los investigadores extrajeron células de la piel de los ratones y luego las hicieron regresar artificialmente al estado de células madre, capaces de diferenciarse para constituir órganos diferentes.
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Las colocaron en un baño de nutrientes, las agitaron constantemente y las alimentaron con oxígeno para reproducir en la medida de lo posible las condiciones de un útero materno.
Como resultado, en una pequeña parte de estos dispositivos, las células se organizaron por sí mismas, a partir de la información que contenían, para formar órganos nacientes.
Es un avance nunca visto, aunque tampoco hay que ver en ello el secreto de la vida artificial. En la mayoría de los casos, la experiencia no dio resultado e, incluso cuando tuvo éxito, el resultado fue un conjunto demasiado mal formado para confundirlo con un verdadero embrión.
Por otra parte, algunos científicos no aprueban la expresión "embrión sintético".
"No son embriones", declara el investigador francés Laurent David, especialista en desarrollo de células madre. "Hasta que se demuestre lo contrario, no dan un individuo viable y capaz de reproducirse", precisa.
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El investigador, que prefiere el término 'embrioides', subraya que solo presentan "esbozos" de órganos.
Sin embargo, celebra un trabajo "nuevo y muy convincente", que ofrece el potencial de realizar experimentos con estos embriones de imitación para comprender mejor cómo se desarrollan los órganos.