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La basura electrónica: otra ‘pandemia’

Los celulares, computadoras y los electrodomésticos son potenciales contaminantes ambientales cuando no tienen un buen manejo.

Las malas prácticas al desechar los electrodomésticos, pilas y baterías representan un problema para la salud y el medio ambiente. Tras el inicio de la pandemia en el mundo, en muchos de los hogares cucuteños se incrementó el uso de esta clase de aparatos, debido a la virtualidad en el trabajo y las clases escolares. Al respecto, ¿Qué dicen los expertos y las investigaciones?

“Desde un cepillo de dientes electrónico hasta una nevera o un automóvil pueden resultar siendo residuos de dispositivos eléctricos y electrónicos”, explica Sandra Méndez Fajardo, docente e investigadora de la Pontificia Universidad Javeriana.

La ingeniera Gloria Aguilar revela que una batería es suficiente para contaminar hasta tres litros de agua. “Las pilas tienen altos contaminantes, por ejemplo, la lata que las recubre tiene zinc y es un corrosivo. Si las metemos a una nevera contamina los alimentos y si la arrojamos al suelo estos químicos no desaparecen, sino que se acumulan. Contaminan el agua a un nivel que es muy difícil tratarla para el consumo humano, o el riego de cultivos”, destaca.

Una reciente publicación del portal Pesquisa Javeriana, con 12 años de experiencia en divulgación científica y tecnológica, señala que los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE, por sus siglas en inglés)  contaminan por la gestión que se les da.  Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) los RAEE más pequeños, como los teléfonos celulares, pueden acabar en los cubos de basura de las casas y eliminarse junto a otros residuos domésticos, lo que significa que terminarían en vertederos (como los rellenos sanitarios) o incinerados, sin ninguna infraestructura para la gestión de sustancias tóxicas o el aprovechamiento de los materiales valiosos.

Por otro lado, los trabajadores del sector informal que se dedican a la reparación manual, renovación o desmantelamiento, especialmente de grandes electrodomésticos, en ocasiones ejercen sin los estándares técnicos y ambientales.

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“A veces pasa el reciclador en su camioncito diciendo con su megáfono que recibe chatarra y aparatos viejos. Incluso ofrece subir él mismo por ellos. Muchos no saben cómo desbaratarlos sin liberar las sustancias que son problemáticas. Por ejemplo, sacan de un televisor lo que es valioso, pero no saben que pueden liberar mercurio”, comenta Méndez.

 

Los problemas de salud

De acuerdo a la publicación, solo el 17,4 % de los RAEE son recogidos y tratados adecuadamente en el mundo. En estos aparatos pueden encontrarse hasta 69 elementos químicos, incluidos materiales potencialmente tóxicos como plomo, mercurio, cromo, entre otros.

La investigadora javeriana explica que “el cadmio, por ejemplo, al ser liberado de forma no controlada puede ocasionar problemas de salud o puede contaminar suelos, aguas e incluso el aire. El primer caso documentado de intoxicación masiva por cadmio ocurrió en la cuenca del río Jinzü, en Japón, en 1912, también conocido como la enfermedad de Itai.Itai. La acumulación de esta sustancia ocurrió por el uso de fertilizantes fosforados en las inundaciones de fondo de cultivos de arroz, principal alimento de la población”.

Otro riesgo es la bioacumulación. Cuando alguna sustancia tóxica llega al mar o a los ríos, los peces la absorben, la acumulan en sus órganos y después pasan a ser consumidos por comunidades que viven de la pesca o se exportan a muchos lugares del mundo, puntualiza Méndez.

“Algo similar ocurrió con el mercurio en la Bahía de Minamata, también en Japón. Las actividades industriales contaminaron el agua de la bahía en donde, por procesos de bioacumulación y bioamplificación, el mercurio pasó de los peces a los habitantes de la región, al ser estos una de sus bases alimenticias”, añade.

El informe de la Universidad de Naciones Unidas expone que son los niños y quienes trabajan con residuos electrónicos y eléctricos potencialmente peligrosos los que más riesgo tienen de presentar problemas de salud. “En los niños, según diversos estudios, las principales consecuencias son la disminución del crecimiento, la alteración en el desarrollo neurológico, afectaciones sobre la función pulmonar, pérdida de audición y coagulación súbita de la sangre”.

Por otro lado, -agrega- quienes manipulan los RAEE se enfrentan a diferentes peligros. Múltiples investigaciones demostraron que pueden sufrir daños en el ADN , en los niveles de glucosa en la sangre, en la función hepática  y en los genitales masculinos, además de ocasionar problemas en el embarazo.

 Minería urbana

La recolección y tratamiento adecuado de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos puede recaudar grandes sumas de dinero por la gestión de los materiales preciosos que contienen, lo que se conoce como minería urbana. Además, son fuente para la generación de empleos.

 

Mitos

Poner las pilas en el congelador de la nevera para que recuperen carga es infructuoso y peligroso. Según expertos del programa Recopila, estos elementos son una reacción química y lo que se produce al ponerlos en el refrigerador es reposar y generar otros ciclos. Esa acción no es recomendable, pues allí hay alimentos que pueden ser contaminados. Además, es probable que el dispositivo o equipo electrónico que recibirá la pila se dañe.

Otra acción que muchas personas llevan a cabo para “revivir” las que ya están desgastadas es la de ponerlas al sol, echarles sal, morderlas o golpearlas. Nada de esto funciona porque cuando cumplen su vida útil deben ser remplazados.

¿Cómo deshacerse de estos dispositivos?

Para la docente Fajardo lo primero es no arrojar los RAEE en la bolsa negra de los desechos ordinarios o en las canecas de la casa. En Colombia hay diferentes planes posconsumo para entregar estos aparatos. Organizaciones que se encargan de recolectar y reciclar electrodomésticos como lavadoras, hornos microondas, aires acondicionados y neveras que han cumplido su ciclo de vida.

Además, las pilas que ya no sirven pueden depositarse en uno de los 4558 puntos de recolección de Pilas con el Ambiente, distribuidos en los 32 departamentos y 384 municipios. En cualquiera de los #PuntoLúmina más cercanos, presentes en más de 70 ciudades del país, es posible depositar bombillas ahorradoras, fluorescentes o hid (que contienen mercurio, sodio y haluro metálico).

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Domingo, 25 de Julio de 2021
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