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18 años de cárcel por secuestrar bebé en Villa del Rosario

Laura González quiso hacer pasar a la niña como su hija, luego de fingir nueve meses un embarazo ante su esposo y demás conocidos.

A pesar de que el abogado de Laura Rubiela González Cuadros trató de demostrar en juicio que la mujer era inimputable, debido a un trastorno mental que presuntamente padece, un juzgado especializado de Cúcuta consideró que estaba en plena facultad de comprender sus conductas y la condenó por el secuestro de una bebé.

Los hechos se remontan al 10 de septiembre de 2014 en el barrio La Esperanza de Villa del Rosario, donde Laura Rubiela, haciéndose pasar como enfermera y en compañía de otra mujer (prófuga), se llevaron mediante engaños a la hija menor de Noraida Moncada, de 10 días de nacida. 

Después de tener a la bebé en sus brazos, las dos mujeres tomaron un taxi y se dirigieron al barrio San Martín del mismo municipio, donde residía Laura Rubiela, quien trabajaba como ayudante en el área administrativa del Hospital Jorge Cristo Sahium.

Según se conoció, el plan de Laura Rubiela era hacer pasar a la niña como su hija y para ello fingió durante nueve meses un embarazo ante su esposo, familiares, compañeros de trabajo y vecinos. A tal punto, que presentó a  su pareja una ecografía, donde corroboraba el estado de gravidez. 

Sus amigos, sin saberlo, alcanzaron a celebrarle un baby shower.

Pero, nada le salió bien y dos horas después del plagio la Policía llegó hasta la casa, guiados por el mismo taxista, que les prestó el servicio a las mujeres, y capturaron a Laura Rubiela. Posteriormente, entregaron a la recién nacida a su verdadera madre.

El juicio

La mujer, de 37 años, natural de Villa del Rosario, fue presentada ante un juez de control de garantías que legalizó su captura y le impuso medida de aseguramiento en prisión, mientras avanzaba el proceso en su contra. La Fiscalía le imputó el delito de secuestro simple, agravado (por tratarse de una menor de edad).  Laura Rubiela no aceptó los cargos.

La defensa de la mujer centró sus argumentos  en que no se trató de un secuestro, puesto que padecía en ese momento de un trastorno mental que no le permitía distinguir entre el bien y el mal y sobre las consecuencias de sus actos. 

Por ello, -dijo- su actuar era inimputable (eximida de responsabilidad penal por no poder comprender la ilicitud de un hecho punible o por actuar conforme a dicha comprensión).

Decisión

Ante el estrado, estuvieron  presentes un siquiatra forense y una sicóloga, quienes coincidieron en afirmar que la mujer habría sufrido un trastorno transitorio al momento de cometer el secuestro, debido a situaciones de su pasado y de un aborto, a los tres meses de gestación, que también le ocultó a su pareja.

Sin embargo, en la lectura de la sentencia, el juzgado especializado afirmó que no había lugar a dudas sobre la existencia del hecho punible, tras ser escuchados tanto el taxista (quien fue vecino de la mujer) como de los demás testigos traídos por la Fiscalía, pero descartó de tajo que Laura fue inimputable.  

“Ambos profesionales dicen que ella sufría que de un trastorno mental transitorio, con altas y bajas en su estado anímico, pero durante nueve meses no se mantienen esas condiciones sicológicas. En juicio no se demostró que ese día estaba afectada mentalmente. Entonces, no serían trastornos transitorios, sino permanentes”, argumentó el juzgado. 

A ello, adicionó que la mujer por nueve meses trató de convencer a su entorno sobre su embarazo, salió de su casa, alquiló un taxi, sabía dónde buscar a la bebé y se la llevó consigo. Ello quiere decir que no estuvo “todo el tiempo enajenada y estaba en la facultad de comprender su actuar (…) No se trató de un acto impulsivo, sino de un acto premeditado”, agregó.

Así las cosas, Laura Rubiela fue sentenciada a  18.8 años de cárcel y a pagar una multa de 600 salarios mínimos legales mensuales vigentes a favor de Estado. La decisión fue apelada por la defensa de la Laura Rubiela y corresponderá al Tribunal Superior de Cúcuta, en segunda instancia, modificarla, ratificarla o rechazarla.

La bebé regresó con su madre 

A principios de 2014 González Cuadros llegó al Hospital Jorge Cristo Sahium, con una prueba de embarazo que daba positivo. 

La mujer la habría entregado para iniciar el proceso legal en la entidad y así obtener los beneficios de ley, según contó una fuente del centro asistencial. Desde entonces, sus compañeros comenzaron a tratarla especialmente. 

El 26 de agosto, fecha en que salió a disfrutar el periodo de vacaciones, se despidió de sus amigos y compañeros, asegurándoles que ya estaba próximo a nacer su hijo. 

Lo que no le cuadraba a algunos funcionarios de la parte administrativa del centro asistencial era que Laura González no había solicitado la licencia de maternidad y además no se veía que la barriga le creciera. Sin embargo, todos quedaron convencidos que cuando la mujer regresara, lo haría seguramente con su bebé.

La Policía cree que para poder mantener esa mentira buscó la forma de hacerse a un niño y por eso raptó a la bebé de Noraida. 

Laura Rubiela tenía tan bien planificada su mentira, que el primero de septiembre, cuando nació la pequeña, le rogó a un compañero del hospital para que fuera hasta donde Noraida y le pidiera los datos personales, porque ella le iba a regalar algunas cosas. La madre, sin pensar nada raro, le entregó los datos solicitados.

Días después González apareció en la residencia de Moncada, llevándole un detalle. Pero la visita tenía otra intención: ver con quién vivía la víctima y saber cómo podía hacer para llevarse a la infante. 

Una vez planificó todo, la mujer y su cómplice  llegaron al atardecer de ese miércoles a la casa de Noraida, decididas a robarse a la niña. 

“Las dos mujeres decían que venían del Ministerio de Salud a aplicarme la dosis del papiloma, pues el martes me inyectaron la del tétano. Yo confiada las dejé entrar”, sostuvo Noraida. 

Como la víctima tenía una visita, esperaron a que se fuera y de inmediato pro- cedieron a inyectarla, junto a una prima de Noraida que también estaba en el predio. Pero, no fue una vacuna, sino un líquido que supuestamente las adormeció.

Enseguida, las falsas enfermeras sacaron a la bebé de la cuna y se la llevaron. 

“A nosotras nos inyectaron algo que nos dio como sueño, pero yo tenía una corazonada de que algo malo iba a pasar y por eso no me dormí. Cuando vi que ellas agarraron la niña les pregunté que para dónde la llevaban. Entonces, me dijeron que a una unidad móvil que estaba parqueada cerca de la casa, porque la querían medir y saber el peso. Yo no les creí”, sostuvo Noraida.

Uno de los hijos de la angustiada madre, al ver que se llevaron a la pequeña, corrió hasta donde su abuela que vive en la esquina y le contó lo ocurrido. Acto seguido,  la mujer salió en busca de su nieta, pero ya era demasiado tarde. 

Algunos vecinos le dijeron a la abuela que las dos mujeres se marcharon en un taxi y le entregaron las placas del automotor. De inmediato, llamaron a la Policía y tras aportar los datos del vehículo lograron ubicarlo. 

“El taxista nos colaboró y nos llevó hasta el sitio donde las mujeres se bajaron con la bebé. Allá encontramos a Laura Rubiela y a la pequeña. La otra mujer ya no estaba, pero la estamos buscando”, señaló ese día el coronel Gonzalo Carrero, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta.

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Miércoles, 9 de Mayo de 2018
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