Alrededor de la ferretería ubicada en la calle 20 con avenida 53, del barrio Antonia Santos, se sentía ayer la tristeza que invadió a los vecinos del sector, tras conocer la muerte de Brayan Arley Castro Bernal, de 15 años, quien murió en la mañana, luego de recibir un disparo en medio un atraco, el domingo.

Los recuerdos de un niño ejemplar, religioso y amigable, quedarán para siempre en los alrededores de la vivienda, donde la familia Castro fue víctima del desmedido accionar de delincuencia que tiene azotada a la población cucuteña.

Entre los familiares del menor solo predomina un sentimiento de dolor. Las ilusiones y los sueños que tenía Brayan se apagaron para siempre, lo que dejó a su paso lágrimas y lamentos.

Castro era el menor de tres hermanos y precisamente, una de sus hermanas aseguró que él siempre quiso aprender los conocimientos que ella adquirió en programación de sistemas.

“Era muy creativo en la parte tecnológica y siempre le llamó la atención todo lo relacionado con eso. Aunque quería ser instrumentador quirúrgico”, dijo la familiar.

Brayan cursaba décimo grado de bachillerato en el Instituto Técnico Carlos Ramírez París.

“Era un buen muchacho, que no le gustaba ni salir. Siempre estaba pendiente de sus papás. Me da mucha nostalgia mirar hacia esa casa y saber que ya no está”, dijo una vecina del barrio Antonia Santos, tras lamentar la muerte del menor.

Nobleza, carisma y obediencia son las principales características con las que la familia de la víctima la recordarán desde ahora.

“Mi hermano era el más ordenado, el que más ayudaba a mi papá y el más obediente. Siempre madrugada para ayudar”, dijo la hermana.

El hecho

Precisamente, el domingo, cuando iniciaba las labores en la ferretería con sus papás, ocurrió el trágico hecho que le costó la vida.

Uno de los atracadores que ocultaba su rostro con un pasamontaña, ingresó al lugar e intimidó a Nicodemo Castro, papá del menor, con el revólver para que le entregara las pertenencias, pero en ese momento se desató un forcejeo, por lo que Brayan se percató del hecho e intentó intervenir, generando que el atracador le disparara en la cabeza.

Posteriormente, el agresor impactó en el hombro derecho y en el brazo izquierdo a su papá, dejándolo inmóvil.

Sin embargo, la pareja del propietario del establecimiento comercial tomó una de las herramientas que tenía a su alcance en la ferretería y se abalanzó sobre el pistolero, golpeándolo en la cabeza, ocasionando que este no pudiera reaccionar con el revólver, tras quedar afectado.

En ese momento la mujer aprovechó para desarmar al delincuente y este al ver lo sucedido, recibió el apoyo de su compinche que lo esperaba en una moto.

Aunque el cómplice del asaltante disparó, al parecer, un arma traumática, no impactó a la mujer, dándole tiempo a su acompañante para que saliera del lugar y así pudieran huir en la motocicleta con un millón de pesos que se alcanzaron a robar.

“El atracador primero le hizo unos disparos a ella pero no le salió. Luego, impactó al niño. Todo es muy difícil”, dijo un familiar.

Paradójicamente, en la madrugada de ayer fue dado de alta el papá de Brayan, mientras que el menor no pudo seguir luchando por su vida y murió sobre las 10:00 de la mañana.

Los vecinos y dolientes les pidieron a las autoridades que se refuercen los patrullajes de registro y control en la zona,  debido al aumento de atracos alrededor de este popular sector de la ciudadela Juan Atalaya.

“Lo que comentan por acá es que los dos hombres que le dispararon al niño se acababan de robar la motocicleta en la que llegaron de unas cuadras más abajo”, dijo un habitante de la zona.

Por ahora, se espera que la Policía avance con las investigaciones para identificar y capturar a los responsables del hecho.