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Alarma por trata de personas en Cúcuta

Dos mujeres aseguraron a las autoridades haber sido traídas con engaños desde Bogotá para prostituirlas.

Cada día quedan al descubierto los movimientos de más bandas delincuenciales nacionales dedicadas a la trata de personas y a la inducción de niñas y adolescentes a la prostitución.

Una realidad de la cual dos mujeres atestiguan haber sido víctimas en Cúcuta tras ser traídas con presuntos engaños desde Bogotá.

La historia de Dennys Patricia Contreras Gutiérrez y Jenny Alexandra Pinilla, quienes enfrentan un proceso judicial por hurto agravado y lesiones personales, dará un giro de 180 grados luego de ser escuchados sus reveladores testimonios.

Ambas mujeres fueron denunciadas por Fredy Enrique Fonseca Forero por ser quienes, presuntamente, el 17 de febrero de 2013 lo atacaron con ácido muriático dentro del bar Las Coquetas, el cual administraba en el centro de la ciudad, con el propósito de robarle joyas y dinero.

Hecho por el cual, la Fiscalía Sexta Local les imputó cargos y denunció que el hombre perdió la visibilidad en uno de sus ojos como consecuencia del ataque.

Pero, una versión diferente relataron las mujeres. Dennys Patricia fue escuchada, esta semana ante el Juzgado Sexto Penal del Circuito afirmando que todo se trató de un “plan” para fugarse del lugar donde
Fredy Enrique las tenía obligadas a prostituirse, desde hace varios meses, luego de retenerles sus documentos de identificación y con la amenaza de matar a sus familiares si escapaban.

La mujer afirmó que fue contactada en la capital del país para venir a trabajar en un salón de belleza en Cúcuta como manicurista de artistas y ella decidió traer a su amiga Jenny Alexandra. Dice que al llegar, el hombre las condujo directamente al bar Las Coquetas, donde inició el “infierno” para ellas.

Santería

Según Dennys Patricia, Fredy Enrique presuntamente las obligaba a mantener relaciones sexuales con varios clientes en las noches, sin importar que tuvieran la menstruación, tiempo en el cual las obligaba a introducirse algodones por la vagina.

Además -aseguró- eran golpeadas y obligadas a someterse a prácticas de santería. Por eso, argumentan que fraguaron el plan de escape.

Jorge Alberto González Dulcey, abogado de las mujeres, expresó que la idea “era que Dennys rociara en el piso de la habitación del hombre ácido muriático y cuando él saliera a ver qué ocurría, Jenny aprovecharía para entrar al cuarto y sacar sus documentos. Luego escaparían”.

Pero dicho plan no resultó bien del todo, puesto que al notar el ácido Fredy Enrique se enfrentó a Dennys Patricia. Ella -dice- le ganó de fuerza y con una toalla impregnada de la sustancia alcanzó a tocarle parte del rostro.

Luego de que finalmente las dos mujeres escaparan hacia Bogotá, el hombre decidió denunciarlas por las lesiones causadas y el presunto robo.

“Yo le quité las llaves a Fredy y saqué de un clóset los documentos, porque sabía que estaban allí, pero quiero dejar claro que desconocía dónde estaban las joyas y el dinero que él dice. No le robamos nada (…)”, señaló Dennys ante el estrado.

Sin embargo, en la audiencia, la Fiscalía mostró los videos de las cámaras de seguridad del primer y segundo piso del bar donde ocurrieron los hechos en busca de demostrar los delitos cometidos presuntamente por las dos mujeres.

¿Quién es Fredy?

(Fredy Enrique Fonseca Forero fue detenido en enero de 2015 en Bucaramanga, junto a Luis Felipe Sierra Sánchez.)

Fredy Enrique Fonseca Forero, ‘Jorge’ o ‘el Gordo’, fue detenido en enero de 2015 en Bucaramanga, junto a Luis Felipe Sierra Sánchez, ‘Pipe’, en un bar donde fueron rescatadas dos menores de 17 años, que eran explotadas sexualmente.

En el lugar, los uniformados decomisaron varias dosis de droga, que aparentemente eran suministradas a las víctimas y vendidas a las personas que acudían en condición de clientes.

Las autoridades lograron ubicar el sitio luego de cinco meses de investigaciones, que incluyeron 100 diligencias judiciales en las que se identificaron a los cabecillas de la red, su rutina y artimañas para atraer a niñas de Bogotá y otras ciudades del interior, que aceptaban falsas ofertas de trabajo, para terminar explotadas sexualmente.

Para entonces, se conoció que esa organización de trata de personas atraía a jóvenes entre 15 y 17 años por medio de avisos clasificados en periódicos, en los que ofrecían oportunidades laborales en centros de estética, como administradoras de establecimientos comerciales, entre otros oficios, con unas remuneraciones mensuales cercanas a los 10 y 13 millones de pesos. De esta manera eran engañadas las menores.

Según la Policía, las niñas que alcanzaron a caer en esta red fueron trasladadas a Bucaramanga y Cúcuta, donde permanecieron retenidas ilegalmente por la organización, intimidadas con amenazas de muerte a sus familiares y aterrorizadas por la práctica de rituales de santería.

En el registro a la vivienda de ‘el Gordo’ “fue ubicada una habitación en la que estaban dispuestos varios elementos utilizados en cultos de hechicería. Estas prácticas, al parecer las utilizaba para evitar que las adolescentes sometidas escaparan o que fuera descubierto por las autoridades”, indicaron los investigadores del caso.

Las autoridades tuvieron conocimiento del lugar por una mujer que desde los 16 años estuvo sometida por esa red de trata de personas y fue explotada hasta los 23 años. Por dicha denuncia, la Policía pudo desarticular la red, de la que hasta ahora, no se tiene un número exacto de víctimas.

Fonseca Forero está cobijado actualmente con detención domiciliaria mientras avanza el proceso en su contra por el delito de trata de personas.

De otras ciudades, a ejercer la prostitución en Bogotá

Esta semana se conoció sobre la captura de dos hombres y una mujer señalados por la Fiscalía de integrar una estructura delincuencial que explotaba sexualmente a menores de edad.

Unidades de la Seccional de Investigación Criminal de Bogotá lograron desmantelar la estructura delincuencial dedicada a la trata de personas, que operaba en los departamentos de Risaralda, Huila y Tolima.

Tras 12 meses de investigación, la Policía pudo identificar y judicializar a los integrantes de la organización denominada El Último Cielo, que engañaba a menores entre los 14 y 17 años, para posteriormente obligarlas a prostituirse.

Según las primeras investigaciones, los hombres y la mujer se aprovechaban de la ingenuidad de las adolescentes, en su mayoría de escasos recursos, y las hacían viajar desde Pereira, Huila y Tolima, hasta Bogotá, atraídas por llamativas y jugosas ofertas laborales, que resultaban ser falsas.

Al llegar a Bogotá, eran llevadas a un bar ubicado en el noroccidente de la ciudad, en el sector de Kennedy, donde bajo amenazas eran obligadas a sostener relaciones sexuales con diferentes clientes.

Además, tenían que mentir cuando se comunicaban con sus familiares para que no sospecharan nada.

Sin embargo, las autoridades llegaron hasta el establecimiento público y lograron las capturas y la incautación de unas botellas de licor adulterado que eran comercializadas en el bar.

En el lugar encontraron a dos menores de edad, de 15 y 17 años, víctimas de Pereira y del Huila, quienes estaban siendo explotadas sexualmente.

En la audiencia de control de garantías la Fiscalía les imputó a los tres detenidos, ante un juez, los delitos de inducción a la prostitución con menores de edad y trata de personas, cargos que ninguno aceptó.

Los procesados podrían pagar 23 años de cárcel, de llegar a ser encontrados responsables.

Las autoridades siguen buscando en todo el país a otras cinco personas que también harían parte de la estructura, mientras que tratan de consolidar el total de víctimas de esta organización.

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Hugo González Correa
Miércoles, 27 de Abril de 2016
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