Javier Alonso Hernández Paniagua arrojó una granada contra varios policías e Iván Darío Meza Neira les disparó para no dejarse atrapar. Por estos hechos, en que un cómplice murió y tres uniformados salieron heridos, serán condenados a 12 años de prisión.
El caso se registró el 24 de julio de 2016 en un bar ubicado en la esquina de la calle 6 con avenida 1 del barrio Trigal del Norte.
En dicho sitio -relató la Fiscalía- eran la 11:15 de la noche cuando una patrulla de la Policía se acercó al local para verificar el cierre del establecimiento por horario nocturno permitido.
“El administrador del lugar le manifestó a los policías que ya estaba cerrando y terminando de cobrarles a los clientes. Minutos después, se despidió de los uniformados y cerró el negocio”, señaló el organismo investigador.
Pero lo que parecía una acción policial de rutina se convirtió, a los pocos minutos, en un violento escenario que desencadenó un enfrentamiento e invadió de temor y zozobra a los vecinos del sector.
El propietario del local se subió a su camioneta, dio una vuelta a la manzana y se estacionó en una esquina.
Desde allí, llamó, por señas, a los policías para que se acercaran e inmediatamente les confesó que dentro del bar estaban cinco sujetos armados que lo obligaron a dejarlos adentro con la promesa de que más tarde serían recogidos por un taxi.
En vista de la situación, los policías solicitaron apoyo por radio y se prepararon para entrar.
La balacera
Luego de que el dueño del bar le quitara el seguro a la puerta, ingresaron los primeros policías, quienes dieron la orden: “Salgan, somos de la Policía”.
Pero, enseguida, los uniformados fueron recibidos a disparos e inició un enfrentamiento. Luego, vino el lanzamiento de la granada y los primeros policías heridos.
Los vecinos del sector relataron que los delincuentes se subieron a los techos e ingresaron a dos casas para intentar escapar.
Al tratar de alcanzar un tejado, uno de los delincuentes fue impactado por la policía y murió de manera inmediata. Junto al cadáver quedó un arma de fuego.
Finalmente, la Policía capturó a Hernández Paniagua y a Meza Neira, junto a un menor, de 16 años. Un civil que resultó herido fue llevado a un centro médico.
Para entonces, el coronel Jaime Barrera, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, señaló que dos de los capturados, tras haberse despojado de sus armas, rompieron un techo y entraron a una casa. Luego de intimidar a los residentes se ubicaron en la sala y una habitación para hacerse pasar como familiares.
“Allí fueron capturadas estas dos personas, presuntos integrantes del Clan del Golfo; a media cuadra detuvimos a otro, quien también entró a una casa e intimidó a una joven”, señaló en esa oportunidad el coronel Barrera.
En varias casas cercanas al bar, quedaron las esquirlas de la granada y los disparos.
Preacuerdo
Javier Alonso Hernández Paniagua e Iván Darío Meza Neira fueron presentados ante el Juzgado Primero Penal Municipal, con función de control de garantías, que legalizó sus capturas y les impuso medida de aseguramiento en prisión.
En vista del contundente material probatorio en su contra, los dos hombres llegaron a un preacuerdo con la Fiscalía y aceptaron los cargos por tentativa de homicidio agravado, porte ilegal de armas de uso personal y de uso restringido de las Fuerzas Armadas, a cambio de una rebaja en la pena, que consistió en degradar su participación de coautores a cómplices.
Dicho preacuerdo fue aprobado por un juzgado especializado de Cúcuta que fijo para el próximo 16 de febrero la lectura de la sentencia condenatoria solicitada.