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Judicial
Condenan a dos hermanos a doce años de prisión
Están señalados de integrar redes de apoyo de las Farc. 
Domingo, 3 de Enero de 2016

Haber caído con las ‘manos en la masa’ cuando intentaban activar un potente artefacto explosivo improvisado les costó 12 años y 2 meses de prisión a los hermanos Misael y Albeiro Ruedas Amaya, señalados de integrar las redes de apoyo de las Farc.

Los hermanos, de 35 y 29 años, naturales de Teorama, fueron detenidos por unidades de la Trigésima Brigada del Ejército, el 28 de febrero de 2012.

Según relató la Fiscalía, los militares, guiados por un desmovilizado, patrullaban por el sector de la vereda El Porvenir, jurisdicción del municipio de El Tarra, en busca de caletas con municiones y armamento perteneciente a la guerrilla del Eln, al mando de alias Camarote.

De pronto, los militares notaron los movimientos extraños de dos personas que salían de una casa desde una parte alta y se dirigían a la parte inferior de otro rancho. Apoyados con un visor nocturno vieron que escarbaban en la tierra.

Ante los movimientos sospechosos, al día siguiente el grupo de militares se dividió y optó por revisar minuciosamente a la orilla de un potrero encontrando dos cajas de cemento, enterradas y tapadas con tierra suelta, hojarasca y unidas por un cable, que contenían una sustancia artesanal explosiva compuesta de nitrato de amonio, aluminio y azufre, con trazas de hierro y calcio.

El otro grupo de militares llegó por detrás de donde se encontraban los hermanos Ruedas Amaya, quienes tenían en su poder un flash que serviría para detonar el artefacto explosivo distante algunos metros (mediante impulsos eléctricos con las baterías de carga).

“El que tenía el flash en la mano (Misael) estaba pegado contra la cerca y el otro (Albeiro), sentado. Los dos hombres no se percataron de la llegada de los soldados. En ese momento, les empezaron a disparar desde diferentes partes de la montaña”, relató la Fiscalía.

Tras un cruce de disparos, que duró algunos minutos, los militares no dejaron escapar a los hermanos y les incautaron el flash. Además, les decomisaron dos rollos de cable dúplex, rojo con blanco, conectado a las cargas y enterrado en el suelo.

En medio del enfrentamiento fue herido el soldado Daniel Mauricio Castaño, quien fue trasladado a la clínica San José de Cúcuta tras sufrir trauma ocular por explosivos como consecuencia de la onda provocada por el estallido de un artefacto accionado en el sector.

Los detenidos fueron trasladados a la capital nortesantandereana y presentados ante un juzgado de control de garantías que legalizó sus capturas y les impuso medida de aseguramiento en prisión, sin que se allanaran a los cargos. La Fiscalía les imputó los delitos de fabricación, tráfico y porte de armas de uso privativo de las Fuerzas Armadas o explosivos y utilización de medios y métodos de guerra ilícitos.

Juicio

El 26 de junio de 2012, la Fiscalía presentó el escrito de acusación donde narraba que el artefacto explosivo improvisado estaba elaborado con cemento para impedir la detección por parte de los perros antiexplosivos que acompañaban al personal militar, pues este material bloquea la difusión de los gases que emanan los explosivos.

“La diferencia con las demás armas de uso privativo es que esta es activada directamente por una persona, la cual no mutila, sino que desintegra a cualquier hombre que la hubiera activado”, señaló el ente investigador.

Sumado a ello, la Fiscalía conoció los testimonios de varios desmovilizados que identificaron a los hermanos con los alias de Cotorro y El Flaco Agudelo; también los señalaron de desarrollar actividades ilegales como parte de las redes de apoyo de las Farc en El Tarra, desde el 2011.

“No existe duda alguna de que los hermanos Ruedas Amaya fueron las personas vistas el día anterior a la captura escarbando la tierra para camuflar el artefacto explosivo improvisado y ocultando el cable dúplex que estaba adherido al flash”, agregó el ente investigador.

Por estos hechos, un juzgado especializado de Cúcuta los condenó sin beneficios de casa por cárcel o suspensión condicional de la ejecución de la pena, teniendo como único beneficio un descuento tras hacer manifestaciones de culpabilidad preacordadas.

*La Opinión

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