El alto índice de asesinatos en Cúcuta es un claro reflejo del accionar criminal que se viene dando, especialmente, en la cadena que se desprende del millonario negocio del microtráfico de drogas.
De los 248 homicidios que se han registrado este año en Cúcuta, al menos, 110 víctimas tenían un prontuario delictivo y, particularmente, 16 de ellas habían salido recientemente de la cárcel, luego de pagar las condenas por diferentes delitos.
Sin embargo, la sombra de la ilegalidad no se alejó de estas personas y una vez recobraron la libertad, se encontraron con la muerte. Esta es una de las conclusiones a la que llegan las autoridades judiciales al hacer un análisis de lo que está pasando en la ciudad.
En cifras
En 11 homicidios de esas 16 personas que salieron de la cárcel, las autoridades presumen que la hipótesis, es que la muerte se produjo en medio de la disputa territorial por el control del microtráfico.
Una fuente judicial, aseguró que a pesar de que la comercialización de drogas sigue generando problemas de inseguridad y de homicidios, continúan las investigaciones para determinar los demás factores que influyen en la alteración del orden público.
No obstante, entre las estrategias de la Policía Metropolitana para combatir la delincuencia y el crimen, persiste la ubicación, judicialización y el desmantelamiento de estructuras de microtráfico.
La muerte de ‘Piolín’
El homicidio de Jhon Jairo Picón Tami, alias Piolín, ocurrido la tarde del 21 de septiembre en el barrio Torcoroma II, complementa las hipótesis que indagan las autoridades sobre estos hechos particulares.
El pistolero que caminaba por la manzana D3 casa 1 de este sector, con la única intención de acabar con la vida de Picón, cometió el hecho con tal sigilo, que escondió el arma en un balde, para no generar ninguna sospecha de las personas que estaban por esa zona.
‘Piolín’ solo disfrutó tres meses del beneficio de casa por cárcel que le dio un juez, luego de estar en prisión respondiendo por homicidio. Sin embargo, para las autoridades, este hecho se produjo en medio de la disputa por el control del microtráfico.
Mujeres víctimas
Entre las 16 personas que fueron asesinadas tras haber salido de la cárcel, están tres mujeres referenciadas por la Policía.
Una de ellas era Meiby Beatriz Suescun Torres, quien fue atacada a bala el 14 de abril, en la entrada de la invasión 6 de Enero, por un hombre que se movilizaba en una moto Bera Socialista.
Aunque Suescun quedó con vida y fue trasladada al Policlínico de Atalaya, después murió.
En mayo de 2019, la víctima fue capturada por la Policía por porte ilegal de armas, en el barrio Nuevo Horizonte.
Para ese entonces, a Meiby, las autoridades le hallaron en su bolso un revólver calibre 38 milímetros con cinco proyectiles.
La madrugada del 13 de septiembre, también fue asesinada Sandra Yaneth Cárdenas, de 51 años, en la calle 28 con avenida 5, del barrio Santo Domingo.
Cárdenas había sido detenida en 2016 y 2019 por hurto. Los homicidas aprovecharon que la mujer estaba sentada en una esquina y la asesinaron. En el ataque, resultó herido un hombre que iba pasando por el lugar.
