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Drogado mató a su hermana
Sola bastó una puñalada en la arteria para causarle la muerte a Hilda Pacheco Jaimes, quien junto a él consumía drogas.
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Martes, 21 de Enero de 2020

“Me haló el brazo para despedirse y pedirme que cuidara a sus hijos. Murió gritando el nombre de su hijo menor”, así describió una familiar, sobre los últimos segundos de vida de Hilda Pacheco Jaimes, la mujer que fue asesinada por su hermano en la parte alta del barrio Los Alpes de Cúcuta.

La tragedia familiar se presentó a las 4:20 de la madrugada de este martes, en la casa K-548-8, cuando Hilda, de 39 años, consumía sustancias alucinógenas junto a Orielso Pacheco Jaimes, de 58, su hermano mayor.

Eran consumidores los dos y ambos bajo esos efectos eran agresivos. Siempre se peleaban con todos. Pero, lo que nunca imaginé es que nuestro propio hermano la fuera a matar”, dijo una de las hermanas.

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El hecho

Un rastro largo de sangre quedó en el camino a la casa donde ocurrió el hecho, todo sucedió puertas adentro. Lo único que algunos vecinos escucharon fueron los gritos de Hilda, que salió herida en el cuello, en busca de su otra hermana. La mujer caminó sola al menos una cuadra.

“Nadie supo qué pasó allá adentro. A nosotros nos despertaron los gritos. Salimos y la vimos toda ensangrentada y pidiendo auxilio”, dijo una residente del sector.

Hilda logró llegar a la casa de su hermana. En la puerta blanca quedó otro rastro de su sangre cuando pedía auxilio.

Enseguida, su hermana y otras dos personas iniciaron una travesía para salvarla. Debían bajar unos 400 metros más de escaleras para llegar a la transversal 17 del barrio Loma de Bolívar, y así montarla a un vehículo y llevarla a la Unidad Básica de Loma de Bolívar.

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En medio de ese trayecto, los gritos de Hilda a su hermana eran: ‘No me deje morir, no me deje morir’.

“Ella siempre me buscaba a mi cuando estaba con problemas. La verdad yo pensé que era otra herida más con las que acostumbraba a llegar porque siempre terminaba metida en líos. Cuando estaba drogada se ganaba problemas como si nada”, contó la hermana.

En esa angustia por lograr salir a la avenida principal, Hilda se desplomó dos veces y así mismo su hermana y quienes la ayudaban. 

Sin embargo, cuando ya lograron sacarla a la vía principal, nadie se prestó voluntariamente para transportarla.

“El presidente de la junta ayudó a alertar a la Policía y fue una patrulla que obligó a que un taxi parara para montarla. Ahí empezó a decirme que le cuidara a sus hijos. Cuando llegamos al puesto de salud, me dicen que llegó muerta, yo no podía creerlo. Les decía que miraran bien, que ella venía hablándome”, contó la hermana.

Cuando la patrulla de la Policía Metropolitana de Cúcuta empezó a indagar por lo ocurrido subieron hasta la vivienda del hecho y capturaron a Orielso.

Una fuente judicial cercana al caso aseguró que “los hermanos estaban tomando cerveza y consumiendo drogas. El señor le pegó una sola puñalada, pero le dio justo en la arteria y por eso falleció”.

La hija mayor de Hilda alcanzó a gritarle a su tío “se llevó a mi mamá, ahora púdrase”.

Hilda era madre de tres hijos de 22, 17 y 13 años. Era la menor de 9 hermanos y según su hermana desde hacía 5 años empezó probando perico (cocaína), pero luego cayó en el bazuco.

Este martes, Orielso era presentado en audiencia de legalización de captura y definían si lo enviaban o no a la cárcel. 

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