“Confiamos en Dios para que se haga justicia y no les den beneficios”. Esa fue la petición que hicieron los familiares de Brayan Arley Castro Bernal, de 15 años, quien fue atacado a bala el 25 de octubre, en medio de un atraco en el barrio Antonia Santos y posteriormente murió dos días después.
Ayer, los responsables se entregaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta.
Primero llegó a las autoridades el pamplonés José Omar Acevedo Niño, conocido como El Cabezón, quien es señalado de haber disparado contra el menor y su papá, tras robarles un millón de pesos en la ferretería de su propiedad, ubicada en la calle 20 con avenida 53, de Antonia Santos.
Al cierre de esta edición, Harold David Gelviz Betancur, alias Lele, quien al parecer, conducía la motocicleta en la que arribaron los dos atracadores, también se entregó a la Policía para responder por el homicidio del menor de edad.
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“Con la presión que se tenía, una fuente humana nos entregó detalles de las placas de la motocicleta que se utilizó en el crimen y aportó información de los responsables del hecho, por lo que se inició el trámite de la orden de captura”, explicó una fuente judicial.
Sin embargo, los abogados defensores de los presuntos implicados iniciaron los acercamientos con las autoridades para coordinar la entrega. Por lo tanto, la Fiscalía los citó a la indagatoria, a la que inicialmente solo acudió Acevedo, el sábado.
Mientras que ‘El Cabezón’ se sometió a la justicia, la Sijín ya tenía en su poder la orden de captura contra Gelviz, por lo que, adelantaba la búsqueda para capturarlo.
No obstante, la tarde de ayer, este decidió entregarse en una estación de Policía en la ciudadela Juan Atalaya.
Acevedo fue escuchado en audiencias de legalización de captura, imputación de cargos y medida de aseguramiento, en las que un juez decidió enviarlo a la cárcel por los delitos de homicidio, porte ilegal de armas y hurto.
Alias Lele también deberá ser sometido a las audiencias judiciales para que responda por el delito de homicidio y hurto.
‘Era un niño bueno’
Entre los familiares del Brayan Castro solo predomina un sentimiento de dolor. Las ilusiones y los sueños que tenía su ser querido se apagaron para siempre, lo que dejó a su paso lágrimas y lamentos.
“Esos hombres (detenidos) acabaron con la paz y destruyeron a la familia. Deben pagar por lo que hicieron”, dijo un familiar de la víctima.
Castro era el menor de tres hermanos y siempre se destacó por ser servicial, obediente y por ayudar a sus papás.
“Era muy creativo en la parte tecnológica y siempre le llamó la atención todo lo relacionado con eso. Aunque quería ser instrumentador quirúrgico”, recordó una familiar.
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“Era un buen muchacho, que no le gustaba ni salir. Siempre estaba pendiente de sus papás.
Me da mucha nostalgia mirar hacia esa casa y saber que ya no está”, dijo una vecina del barrio Antonia Santos, tras lamentar la muerte del menor.
Nobleza, carisma y obediencia son las principales características con las que la familia de la víctima la recordarán desde ahora.
