La carta que el pasado 8 de mayo le envió el estado mayor central del Epl (hoy llamado por el Gobierno Los Pelusos) al frente Fronteras de esa misma organización criminal, haciéndole saber que desconocieron las órdenes dadas hace dos meses de retornar al Catatumbo para volverse a unificar como una sola estructura armada, saliéndose de la línea política revolucionaria, deja ver que entre ellos hay una enorme fractura.
Esa fisura dentro de la estructura del Epl, que es comandada por Luis Antonio Quiceno Sanjuán, ‘Pácora’, se habría dado, según las autoridades judiciales, por el poder que hoy tiene un pequeño grupo de Los Pelusos en más de 20 kilómetros de frontera, desde el corregimiento Guaramito hasta la vereda Vigilancia, pasando por Puerto Santander y otros sectores de la zona rural de Cúcuta.
“La estructura Frontera, de este grupo armado ilegal, decidió no seguir más las órdenes de ‘Pácora’, porque sabe que ellos tienen el control de una de las mejores rutas del narcotráfico, así como del contrabando y la comercialización de armas. Eso les significa el ingreso de mucho dinero, sin un gran esfuerzo militar, y retornar al Catatumbo, dejando ese gran imperio que hoy tienen, no es un buen negocio”, explicó un defensor de derechos humanos que pidió la reserva de su identidad por seguridad.
Según informes de inteligencia militar y policial, desde hace más de dos años ‘Pácora’ envió hacia Vigilancia y Puerto Santander una comisión del Epl liderada por Jesús Serrano Clavijo, ‘Grillo’, e integrada por unos 80 hombres en armas.
La misión era apoderarse de toda esa parte de la frontera con Venezuela, pues en la ‘guerra’ contra el Eln perdieron muchos territorios en el Catatumbo y se vieron acorralados, por lo que decidieron expandir sus tentáculos hacia ese punto de Norte de Santander.
Luego de varios enfrentamientos con otros grupos al margen de la ley que dominaban esas zonas, y que dejó un gran número de personas muertas, entre ellas líderes sociales, esta fracción de Los Pelusos decidió hacer un pacto con Los Rastrojos, “pues se dieron cuenta de que esa organización criminal tenía el mayor control de la frontera. Por eso una vez se unen, comienzan una ‘guerra’ contra el Eln y el Clan del Golfo, logrando extender sus tentáculos a varias zonas de Venezuela”, indicó una fuente judicial.
La carta enviada por el comando central del Epl confirmaría que los cabecillas que hoy se encuentran en esa zona de la capital nortesantandereana y el área metropolitana y que no están bajo sus lineamientos, uniéndose a Los Rastrojos, son: ‘Grillo’, ‘Chupeta’, ‘Ponto’ y ‘Barba Roja’; además, las autoridades también tienen identificados a ‘Germán’, ‘Yeison’ y ‘Julián’.
“El Ejército de Liberación Popular (Epl) no responde a partir de la fecha por ninguna acción que ejecuten los anteriores mandos o individuos a nombre de nuestra organización, haciendo claridad de que los anteriores se salieron de la línea política revolucionaria que es la verdadera razón de ser de nuestra organización”, puntualiza la misiva.
Tal es la división entre la estructura, que las autoridades se enteraron de que hace un mes hombres de ‘Cóndor’, comandante militar, detuvieron a uno de los cabecillas del frente Frontera, conocido como ‘El Ahijado’, y bajo las órdenes de ‘Pácora’ lo torturaron hasta morir, pues querían saber la ubicación exacta de todos los sublevados para acabar con ellos.
“Lo que se sabe es que a ese sujeto lo habrían torturado de la forma más despiadada, pues dicen que le sacaron los ojos y hasta le atravesaron un destornillador por la cabeza. También nos dijeron que la mamá de él fue y reclamó el cadáver y lo enterró. Adentro de esa organización criminal vienen pasando muchas cosas y todo por la ansiedad de poder y dinero”, sostuvo un fuente militar que también pidió la reserva de su identidad.
Alianza macabra
Lo que las autoridades saben es que hace más de un año se dio esa unión que comenzó a dar resultados con el fortalecimiento del narcotráfico, contrabando, comercialización de armas y el cobro de extorsiones.
“Por eso cuando ‘Pácora’ le pidió a ‘Grillo’ y al resto de personal que se devolviera para el Catatumbo, le dijeron que no y decidieron dar un paso al costado para seguir con Los Rastrojos, pues están viviendo una mejor vida que los que están peleando en las montañas contra el Eln, lo que provocó una fuerte reacción por parte del comando central del Epl”, señaló el reporte entregado por las autoridades.
Un defensor de derechos humanos explicó que, “una vez este grupo del Epl firma el pacto con Los Rastrojos se comienzan a dar unos enfrentamientos, no solo por los lados de Vigilancia y zona rural de Puerto Santander, sino en territorios venezolanos como La Popa, La Fría, El Vigía, Orope, Boca de Grita y Guarumito, entre otros, dejando un gran número de personas muertas”.
Agregó: “estos criminales una vez toman control de las zonas comienzan a cobrar ‘vacunas’. Se sabe que en la zona rural de Cúcuta y Puerto Santander todo el mundo tiene que pagar. A los arroceros les cobran 500 pesos por bulto que recojan y $2.000 por bulto de abono que lleven, mientras que los ganaderos tiene que pagar $30 mil por cada res; y lo más absurdo es que quien quiera abrir una mina por donde ellos están, les debe dar $30 millones y luego le cobran por sacar el carbón”.
Los transportadores, comerciantes y contrabandistas también tienen que pagar las tarifas que les establezcan y quien se rehúse a hacerlo, es asesinado o debe irse del lugar, dejando todas sus cosas abandonadas, como ya se ha presentado en algunos casos.
Las autoridades tienen claro que ‘Grillo’ y su gente hicieron el pacto con Wilfredo de Jesús Torres Gómez, ‘Necoclí’, quien era el jefe máximo de Los Rastrojos en Norte de Santander, pero como este fue capturado por las autoridades venezolanas en marzo, ‘Menor’ asumió su cargo y junto con José Gregorio López Carvajal, conocido como ‘Becerro’, siguieron el acuerdo con Los Pelusos.
Aunque tal alianza es bien conocida por la Policía y el Ejército, hasta el momento no hay una reacción contundente contra estos grupos armados ilegales. Personas que se mueven por la zona rural de Cúcuta aseguraron que hoy no es raro ver hombres armados que se mueven en motos por los diferentes caminos que comunican con Venezuela o a veces hay retenes que ellos mismos montan para cobrar por el paso de la gente o de mercancía.
“Toda esa gente (Pelusos y Rastrojos) se la pasa por las trochas o caminos veredales. Uno ya sabe que son ellos porque andan armados y en motos. De día están de civil, pero de noche se uniforman y cargan fusiles.
El control que ejercen es muy estricto, quien no les paga se atiene a las consecuencias, a veces matan a las personas y las tiran a los ríos o dejan los cuerpos ahí para que se descompongan o lleguen los chulos a comérselos. Son muy sanguinarios y lo peor de todo es que no se ve ni la Policía ni el Ejército, esto parece la frontera del infierno”, sostuvo una persona que a diario se mueve por la zona rural de Cúcuta y Puerto Santander, pero que por seguridad no revela su nombre.
Tal es el dominio que hoy tienen esos dos grupos que se unieron, que en lo corrido de este año han cometido varios hechos como poner grafitis en vehículos de transporte público y fachadas de varias casas; además, han quemado algunas busetas porque los dueños no pagan las ‘vacunas’ y han asesinado a más de una docena de personas, pero solo unos cuantos cuerpos han sido recuperados por sus familiares.
Por ahora se espera que la Fuerza Pública actúe contra estos criminales para que dejen de someter a la población civil.
El poder del narcotráfico
Las autoridades civiles, militares y policiales tienen claro que desde que se dio ese acuerdo entre ‘Grillo’ y su combo con Los Rastrojos, el negocio del narcotráfico aumentó sustancialmente, a tal punto de que en la zona rural de Cúcuta y Puerto Santander los cultivos de hoja de coca, como los laboratorios, se dispararon.
El defensor de derechos humanos afirmó que tiene información de que las hectáreas cultivadas con coca en estas zonas próximas a la capital de Norte de Santander sobrepasarían las 300, además de que hay varios laboratorios para procesar la base.
“Lo que hemos sabido es que existen tres enormes laboratorios. Uno lo controla ‘Grillo’ con su gente, el otro es operado por Los Rastrojos y el tercero lo montaron unos mexicanos. Toda la droga que sacan de ahí pasa la frontera hacia Venezuela y luego la llevan a México y Estados Unidos. Eso es un negocio muy grande que a ellos por eso no les interesa pelear entre sí, porque todos ganan, pero eso sí, no dejan que otro grupo entre a la zona”, señaló la fuente.
Añadió: “lo que nos dicen es que esos laboratorios están muy cerca uno del otro, además, que están casi pegados a la frontera, entonces sacan la droga y de una la mandan al exterior. Lo lamentable es que las autoridades saben eso y ninguna actúa, se vuelven cómplices de eso”.
A esto se le suma, según contó una fuente de la zona, que ahora Los Rastrojos y ‘Grillo’ les exigen a los contrabandistas el pago con base de coca. “Lo que se sabe es que quienes vienen a comprar combustible traen la droga, pero eso sí, no se la reciben en suelo colombiano, ellos deben llevarla hasta el otro lado de la frontera, donde tienen sus puntos de recolección; una vez hacen la transacción, les dan la orden de recoger las pimpinas o barriles de gasolina o ACPM”.
Agregó: “todo eso sucede especialmente en Boca de Grita, allá se la pasan ‘Becerro’ y ‘Grillo’ con su gente.
Ellos son custodiados por la Guardia Nacional, así saben que no les va a pasar nada. Los contrabandistas tienen unas chalupas disponibles para navegar por una parte del río Zulia para llegar a los puntos que les señalan. La cosa se pone dura cuando llegan miembros del Sebín y ponen a correr a todo el mundo, pues ellos ya saben que vienen es a atacarlos”.
Este medio pudo establecer que la base de coca que llega a ese punto de la frontera es traída de Tibú y Sardinata, donde la disidencia del frente 33 de las Farc tiene el control de varios laboratorios.
“La droga la compran allá y la ruta que toman es La Florida-La Silla-Vigilancia-Banco de Arena- Puerto Santander. Por ahí son puras trochas que dominan Los Rastrojos con ese grupo Los Pelusos, nadie se atreve a meterse por ahí si no ha sido autorizado por ellos”, manifestó una fuente.
Varias personas consultadas aseguraron que la primera parada de los cargamentos de droga la hacen en Boca de Grita; una vez allí, los vehículos son cargados y enviados hacia Maracaibo, desde donde varios barcos parten con los embarques hacia México o Estados Unidos.
Pero también hay otra ruta que es vía área y las avionetas parten muchas veces desde pistas clandestinas. “Boca de Grita ya se parece a La Gabarra de hace 20 o 30 años, un pueblo bien pobre, lleno de dinero por todas partes. En esta población quienes ponen la ley y el orden son Los Rastrojos y el Epl, no se puede hacer nada si ellos no lo autorizan”, señaló una fuente de la zona.
Aunque no hay una cifra exacta de producción del alcaloide en los tres laboratorios que supuestamente están en esa zona, se creería que por lo menos semanalmente estarían procesando entre 1 y 2 toneladas. “Es que no más imagínese que unos mexicanos tengan un laboratorio ahí, es porque eso les resulta muy sustancioso; además, si por allá no llega ni la Policía y el Ejército, de qué se pueden preocupar”, indicó el defensor de derechos humanos.
“Se hace un trabajo de inteligencia”
Fuentes militares y policiales confirmaron que todo lo que se dice que está pasando en zona rural de Cúcuta y Puerto Santander es cierto y que por eso ya llevan adelantado un trabajo de inteligencia, con el que tienen identificados plenamente a los integrantes de cada una de las estructuras criminales que están delinquiendo. Estas dos estructuras unidas tendrían entre 250 y 300 hombres a su servicio.
“Lo primero que estamos haciendo es un trabajo de inteligencia, lo que nos ha ayudado mucho, pues sabemosquiénes están por esa zona y cómo se están moviendo. Lo único malo que se tiene es que todo sucede muy cerca a la frontera, entonces cuando llegamos a ejecutar una operación, estos bandidos huyen hacia Venezuela, como ya sucedió en un operativo que se hizo hace menos de dos semanas”, señaló un fuente militar.
Añadió: “por inteligencia se pudo establecer que en un punto que se conoce como El Paraíso, en el corregimiento Guaramito (Cúcuta), había 40 de esos bandidos Los Pelusos y Los Rastrojos, pero cuando las tropas del Ejército llegaron, salieron huyendo hacia el otro país, por eso solo se pudieron capturar cinco de ellos y otros dos que se enfrentaron a los soldados, murieron”.
Las autoridades también tienen claro que el Epl tiene otra estructura armada que delinque en Cúcuta y que se llamaría frente urbano Víctor Ramón Navarro Serrano, que estaría dirigido por un hombre que responde al alias de ‘Resorte’ y que contaría con 25 o 30 miembros. “Ellos se encargan de imponer el miedo y controlar el microtráfico y las extorsiones en varios puntos de la capital de Norte de Santander”, indicó el defensor de derechos humanos.
La Policía aseguró conocer toda esta situación que se vive en esa zona, pero los esfuerzos por evitar que eso siga sucediendo son muy escasos, pues hasta el momento no se ve una sola acción para frenar a Los Rastrojos y el Epl.
Las autoridades se mantienen en afirmar que los enfrentamientos y el delinquir de estas organizaciones criminales se dan al otro lado de la frontera.
“Nosotros tenemos un trabajo de inteligencia muy bueno, pero estamos esperando el resultado de las investigaciones que se vienen efectuando. Ellos (bandas) se la pasan al otro lado de la frontera, solo vienen a territorio colombiano cuando saben que llegan altos mandos de Caracas o el Sebin se les aproxima, ahí sí salen corriendo hacia este lado”, indicó el reporte entregado por la Policía.
La Policía Metropolitana destacó que este año ha ejecutado varias acciones contra Los Rastrojos y Los Pelusos, capturando a varios de sus integrantes.
Redacción Q'Hubo
