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Está en el corazón de cada quien perdonar: ‘El Iguano’
El exjefe paramilitar, de visita en Cúcuta, reiteró su arrepentimiento por sus crímenes, entre ellos 35 masacres.
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Lunes, 15 de Mayo de 2017

Para muchas de las personas que este lunes en la mañana visitaron el Palacio de Justicia de Cúcuta, pasó inadvertida la presencia de Jorge Iván Laverde Zapata, quien fuera el comandante del Frente Fronteras de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc).

Laverde Zapata, conocido como ‘El Iguano’, no ingresó por la puerta de los presos traídos por el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), que a diario son llevados a cumplir con sus diligencias judiciales, sino por la entrada principal de la avenida Gran Colombia, acompañado de dos policías encargados de su seguridad personal.

Después de haber pagado 11 años de pena alternativa, bajo la ley de Justicia y Paz, actualmente se encuentra en libertad.

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Laverde, vestido de manera informal, con  cabello corto y un morral negro colgado en sus hombros, se dirigió a una de las oficinas de la Fiscalía en el segundo piso del Palacio; allí se encuentra colaborando con la Justicia, para dar con la ubicación y exhumación de las fosas dejadas por la agrupación armada ilegal que lideró.

Cabe recordar que Laverde Zapata confesó su participación, como jefe del Frente Fronteras, en 35 masacres perpetradas entre 1999 y 2004, donde más de 114 personas perdieron la vida en Cúcuta, Salazar, Urimaco, Sardinata y El Zulia. Sin contar los hornos crematorios donde la agrupación armada desapareció a cientos de víctimas, ubicados en el corregimiento de Juan Frío (Villa del Rosario) y la finca Pacolandia, en la vía a Puerto Santander. 

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La visita hace parte de una serie de compromisos adquiridos dentro de la Ley de Justicia y Paz; se prevé que también se encuentre  con los familiares de los desaparecidos que dejó el conflicto paramilitar en la región.

La Opinión habló con él sobre su situación actual y sus proyectos a futuro.

¿Cuál es el motivo de su visita a Cúcuta?

Estoy en Cúcuta, autorizado por un magistrado y una jueza de Bogotá, en cumplimiento de una labor que tiene que ver con el tema de fosas. La idea es tratar de cumplirle a las víctimas como lo hemos venido haciendo. 

¿Cómo será ese trabajo?

¿Todos sabemos que el tema de las fosas es completamente delicado por el tiempo y por los sitios. Muchas de las personas que cometieron esos hechos y enterraron a esas víctimas ya no se encuentran (vivas). Entonces, la idea es hacer lo más humanamente posible para que se puedan entregar esos cuerpos y decirles a las víctimas si se pueden o no se pueden ubicar.

¿De cuántas personas estamos hablando y en qué sitios de Norte de Santander?

Estamos trabajando y colaborando en la que fue mi zona, el Frente Fronteras, pero también del Bloque Catatumbo. Todos sabemos que Salvatore Mancuso (comandante general de las Auc) está extraditado y no ha sido fácil para él trabajar en la reconstrucción de los hechos. Armando Alberto Pérez Betancourt (alias Camilo, comandante militar del Bloque Catatumbo) está trabajando también en el tema. Estamos contribuyendo para ser un solo bloque de desmovilizados trabajando todos en pro de que se le pueda contar a las víctimas qué pasó con sus familiares.

Terminó su tiempo en Justicia y Paz. ¿Todo está cerrado y ya se dijo toda la verdad?

La negociación fue de 8 años, pero terminamos pagando 11; eso fue algo que se implementó para nosotros como desmovilizados, pero el proceso como tal no ha terminado. Hay muchas cosas que todavía estamos trabajando con los fiscales y precisamente a eso vengo a Cúcuta. Hay muchos hechos que ya están confesados, pero falta por esclarecer otras cosas, las cuales no deben ser muchas.

¿De cuánto tiempo hablamos?

Esperemos que este año ya estemos cerrando este asunto, porque la preocupación son las víctimas. Entre más demore el proceso más seguimos revictimizando. Lo que ahora tenemos que terminar es el tema de las confesiones para que las víctimas sepan qué fue lo que pasó con sus seres queridos, pero el proceso como tal continúa por 4 años.

¿Usted fue vinculado a otros procesos judiciales antes o durante su paso por Justicia y Paz?

Yo no tengo procesos aparte de Justicia y Paz. Todos los hechos fueron dentro de mi participación en el grupo armado. No tengo ninguna investigación que diga que Jorge delinquió desde la cárcel o después de desmovilizado.

Culminado todo, ¿qué pasará?

Realmente considero que esto es de no acabar, porque son muchas las cosas que no conocemos. Tengamos en cuenta que la mayoría de los hombres del frente están muertos, otros presos y lamentablemente el Gobierno no los metió dentro de Justicia y Paz. Entonces, son muchas cosas que se van quedando y es un proceso que sigue. Vamos  a esperar los próximos cuatro años a ver qué tanto podemos adelantar.

¿Qué le dice a las familias que aún esperan por esa verdad?

Quiero reiterarles a todas las víctimas de Norte de Santander mi arrepentimiento por los daños causados. Sabemos que las palabras no curan, ni cierran las heridas, pero está en el corazón de cada quien perdonar y aquí seguiremos trabajando al pie de la letra todo lo que tenga que ver con el proceso.

¿Cómo ve el proceso de paz con la Farc?

Como desmovilizado y como hombre le apuesto a la paz. Nosotros nos desmovilizamos, sin un marco jurídico, para parar un acto de barbarie que estaba viviendo este país. Pero pienso que no podemos ser triunfalistas porque las Farc aún no han entregado las armas. El mundo entero les abrió los brazos y están en el país haciendo política, lo que no nos hicieron a nosotros que sí entregamos las armas sin firmar nada. Hasta tanto no entreguen las armas y se desvinculen de la vida armada, no opinaré más sobre ello.

¿Qué viene en su vida? 

Lo primero es que el remoquete de ‘El Iguano’ ya quede atrás y tratar de vivir una vida normal aunque sé que es totalmente difícil. Personalmente, estoy dedicado a la familia, a tratar de restablecer mi vida y continuar en lo que tiene que ver con el proceso de Justicia y Paz. Por ahora la libertad no es total, es una libertad a prueba, donde tenemos que cumplir con todos los requisitos y lo ordenado por los jueces y los magistrados.

¿Le han hecho propuestas para trabajar en algo?

Como hombre de familia tengo que reintegrarme a la vida civil y compartir con mis familiares, pero tampoco es fácil que nos empleen. Estamos pasando por una situación difícil, pero llegará el momento en que tengamos algunos proyectos de la mano del Gobierno, que esperamos nos apoye para vincularnos y poder subsistir.

Los pasos de Laverde Zapata

Jorge Iván Laverde Zapata nació en Turbo, en el Urabá antioqueño, en 1974. Fue miembro de un hogar tradicional católico de 15 hermanos y se ganaba la vida como camionero en la zona bananera. Comenzó a manejar armas el día que se unió a las Auc, con tan solo 17 años. Fue ‘Doblecero’ el primero en darle una instrucción militar. En ese momento, dijo ‘El Iguano’ para la revista Semana, empezaron a gustarle los fusiles no por rabia o venganza, sino más bien por el deseo de “ser alguien importante”.

En 1997, bajo el mando de los hermanos Castaño, Jorge Iván Laverde pasó a ser tercer comandante en el Chocó. Después de “triunfar” como comandante de la zona, fue ascendido a jefe del frente de Norte de Santander, lugar donde más muertos dejó. Entre su enorme lista de asesinatos, que según él, no fueron errores sino parte de su desempeño como paramilitar, se encuentran muchos inocentes desarmados.

Laverde Zapata fue apresado por miembros del CTI en Cúcuta el 16 de noviembre de 2000 y logró escaparse dos veces de la cárcel. El 22 de noviembre de 2000, cuando estaba siendo atendido en un hospital, llegaron treinta miembros de su grupo y lo sacaron. En ambas ocasiones logró escaparse con complicidad de funcionarios del Inpec y de la Fiscalía (Revista Semana). El 23 de mayo del 2007 empezó a entregar versiones libres ante Justicia y Paz en Barranquilla.

En una de sus versiones, en octubre de 2008, confesó que el Bloque Catatumbo quemaba los cuerpos de sus víctimas para no dejar rastros.Además, que en el 2001 los paramilitares cremaron 98 restos. Asimismo, confirmó que dos años después ordenó la construcción de otro horno crematorio en la Finca Pacolandia, (Puerto Santander), donde sepultaron 20 cadáveres que fueron exhumados e incinerados para que él construyera su propia casa.

Laverde dijo que los paramilitares calcinaban los cuerpos para evitar el hallazgo de fosas comunes por parte de las autoridades.

Durante sus declaraciones ante la justicia, también reconoció los homicidios de varias personas en territorio venezolano, cometidos entre 2000 y 2004 en zona limítrofe con Puerto Santander. Según ‘El Iguano’, las autoridades del vecino país habrían hecho los levantamientos respectivos.

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