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Familia clama información sobre paradero de comerciante

Desapareció desde el pasado 26 de abril.

“Amor, me voy a trabajar, nos vemos al mediodía”, fue lo último que Leidy Solerma Lizarazo, de 30 años, le escuchó decir a su esposo, Juan José Rondón Hernández, de 40, ese día que salió de su residencia y no volvió. Ya han pasado casi 5 meses y nadie da razón de él. 

Rondón, casado con Leidy desde hace cuatro años, vivía junto a ella y sus cuatro hijos por la vía Boconó. 

Él es comerciante informal y todos los días salía a las 4:00 de la mañana en su carro, un Hiunday EON (2015), a buscar el sustento diario para su familia, pero el pasado jueves 26 de abril, no retornó a casa.

¿Qué pasó? 

Ese día Juan José se despertó temprano, como acostumbraba hacerlo, para iniciar su rutina diaria. En la mayoría de las ocasiones él transportaba a sus hijos a los diferentes sitios de estudio, pero ese jueves decidió no hacerlo y le pidió el favor a su hermano Carlos Javier Rondón, que le ayudara con eso.

Una vez cuadró el transporte de sus hijos, el hombre salió de la vivienda e inició el recorrido, pero metros más adelante, en la vía que conduce hacía Cúcuta, según testigos, fue interceptado por un grupo de personas que no le dio oportunidad de reaccionar.

“Cuando eran las 7:00 de la mañana, yo lo llamé y no me contestó; me imaginé que debía estar ocupado”, contó Leidy.

Con su voz entrecorta agregó que cuando ya eran las 9:00 a.m. y el teléfono sonaba apagado, se empezó a preocupar, pues él jamás dejaba de comunicarse.

“Fue como a las 10:00 de la mañana cuando Carlos Javier, mi cuñado, recibió un audio donde él (su esposo) le decía que unos hombres lo habían llevado por la fuerza, que alistáramos una plata”, señaló la angustiada mujer. 

Añadió: “mientras él hablaba se escuchaban como pasos en hojas, en monte, pidiendo que no lo dejáramos morir, era muy extraño”.

Pesadilla

Ese mismo día, Leidy recibió una llamada donde les advertían que a Rondón se le iba a respetar la vida hasta las últimas consecuencias y, en demostración de seriedad, les dejarían el carro que él conducía, en el sector conocido como El Tierrero, cerca a la Terminal de Transporte de Cúcuta, y así fue. 

Para que la familia lo volviera a ver, debía pagar 200 millones de pesos como aporte de guerra, según decían en las llamadas. En ese momento, asumieron que todo se podría tratar de un secuestro.

Durante los siguientes 15 días a su desaparición, la tristeza y la preocupación se apoderaron de la esposa, madre, hermanos e hijos, quienes emprendieron la búsqueda de un dinero que era casi imposible de reunir. 

En ese lapso de tiempo, la familia recibió cinco llamadas de un grupo armado ilegal, que jamás se identificó. 

En una de esas llamadas, les dieron una supuesta prueba en la que “se oía como si fuera una grabación, como un audio, yo sentía que en ese momento no estaba hablando con él”, dijo Ana Alicia Hernández Caballero, madre del desaparecido.

Este jueves, 143 días después de lo sucedido, la familia Rondón no sabe si Juan José aún está con vida, pues luego de esas dos semanas, los hombres jamás se volvieron a comunicar.

“Le pido de corazón a esas personas que tienen a mi hijo que por favor me lo devuelvan, estoy muy preocupada, sus hijos y su esposa lo extrañamos, no nos hagan sufrir más”, pidió la madre.

Si usted ha visto o sabe del paradero de este hombre, por favor comuníquese con las autoridades a las líneas 123 o 165.

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Miércoles, 12 de Septiembre de 2018
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