Durante media hora Luis Antonio Vergel Bayona cruzó miradas con su presunto homicida, en un estanco, mientras se tomó sus últimas tres cervezas antes de ser asesinado de un balazo en la frente.
El escenario mortal fue el barrio Simón Bolívar, en la calle 18 con avenida 22, donde Vergel vivía junto a su familia. Sobre las 10:30 de la noche del sábado, su vida se apagó para siempre.
En los segundos previos al crimen, el sospechoso de cometer el asesinato, se levantó de la silla en la que estaba sentado, mientras lo acompañaban dos hombres y una mujer, se persignó sosteniendo un vaso de cerveza en su mano derecha y luego decidió ir detrás de la víctima, cuando esta iba en camino a su casa.
Mientras el homicida, de tez morena, vestido de franela blanca y bluyín, caminó hacia su objetivo, sacó un arma de la pretina de su pantalón y posteriormente atacó a Vergel, de 49 años, quien murió en la escena del hecho, de manera inmediata.
“No entendemos qué pasó. Él no se metía con nadie y no tenía problemas. No sabemos si fue por robarlo”, explicaron los dolientes de Vergel, que no pudieron ocultar el dolor y la tristeza que los invadió al conocer la noticia de la muerte de su ser querido.
Vergel trabajó desde marzo como obrero en la construcción de la doble calzada Cúcuta-Pamplona, por lo que reflejaba siempre alegría por salir adelante.
Su familia lo recordó como un hombre noble, trabajador, papá de dos hijos y que siempre se preocupó por sus familiares.
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La despedida
Vergel trabajó durante la mañana del sábado y luego llegó a su casa, almorzó y salió a enviar una encomienda hacia la Terminal de Transportes.
Posteriormente, se encontró con su hermano, conocido como Diomedes y su cuñada, para compartir unas cervezas.
“Él se despidió de mi tío Diomedes, lo abrazó y le dijo que se quedaría en el estanco”, comentó una familiar de Vergel.
Miembros de la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho) practicaron la inspección y el levantamiento del cadáver que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal.
Los investigadores judiciales practicaron las pesquisas y recolectaron evidencias que serán pieza clave para judicializar y capturar al presunto homicida.
Asimismo, algunos videos de las cámaras de seguridad del sector serán analizados para determinar la responsabilidad del sospechoso.
Aunque hasta el momento no hay una hipótesis clara sobre el crimen, los familiares de la víctima aseguraron que se perdió un celular que Vergel estaba pagando a cuotas, valorado en 1,2 millones de pesos y dinero en efectivo.
Sin embargo, se conoció que alrededor de la escena del crimen funciona un expendio de drogas, conocido como ‘olla’, por lo que las autoridades adelantan rigurosas investigaciones.
